Crónica de Fernando Caballero
José María Manzano muestra en el Casino de Palencia una antología de sus últimos veinte años de creación. A través de 18 óleos sobre tabla, el pintor, que preside la Asociación de Artistas Palentinos Thieldon, ofrece una exposición en la que el color y las texturas adquieren una gran relevancia.
Nacido en Palencia en 1959, Manzano ha vivido imbuido en el ambiente artístico desde su nacimiento, pues su padre, Mariano Manzano, fue escultor y profesor de la Escuela de Arte, entonces llamada Escuela de Artes y Oficios Artísticos, que también dirigió. Esta vinculación de su padre con el centro docente en el que se han formado generaciones de artistas palentinos le permitió al pequeño José María frecuentarla y aprender a dibujar, aprendizaje que consolidó ya como alumno, con profesores como Luis Alonso, Godofredo Garabito y su propio padre.
José María Manzano además de pintor es un dinamizador artístico en Palencia. Perteneció al histórico grupo Muriel, creó el Grupo Páramo y hace tres años la asociación Thieldon, que reúne a 87 creadores palentinos, y de la que el primer presidente.
Pero lo que muestra en el Casino hasta el 27 de octubre es una selección de su obra, marcada por la figuración con un planteamiento estético basado, como se ha apuntado, en el color y en las texturas. Manzano ha cultivado todos los géneros, como se observa en la muestra: el bodegón, el paisaje, la montaña y la arquitectura rural, siempre con un objetivo cercano, tanto en el motivo que refleja en sus cuadros como en sus vivencias. Así, por sus pinceles han pasado rincones de la ciudad de Palencia, como el Sotillo, y de la provincia, como Saldaña y la Montaña Palentina.
El visitante observa dos ejemplos de la serie ‘Pedreru’, que responden al paisaje cercano, de primer plano, en donde la textura de la piedra casi se acaricia, así como la riqueza cromática. Con una primacía del gris en el número 5, las pinceladas de violetas, naranjas o azules salpican el cuadro para inferirle una fuerza mayor, mientras que en el número 4 la presencia del movimiento del agua y su transparencia compensa la fría materia pétrea.
Los bodegones son numerosos en la exposición, todos ellos muy cuidados en sus elementos, donde se combinan macetas, flores, ramas, pajaritas, limones, uvas, cerezas, membrillos… Hasta una jarra picassiana. Son cuadros en los que el color se hace más intenso. De hecho, algunas de estas obras sirven al pintor para probar matices y explorar formas.
Manzano pintó El Sotillo en otoño, con sus hojas secas caídas, en una imagen en la que el cielo se abre a través de árboles enriquecidos con una rica paleta cromática: ‘Los árboles saben de colores’ se titula la obra. De la Montaña Palentina el visitante disfruta de una imagen de Fuentes Carrionas en un día soleado de invierno con la nieve en las cumbres. El color blanco se muestra potente tanto en el cielo como en la tierra sombreada. La cara sur del Curavacas se presenta más primaveral con el verde que contrasta con unas montañas entre blancas y grises. Finalmente, el Espigüete ofrece un aspecto más serranil con los caballos pastando delante de un pequeño arroyo.
Otros dos cuadros que reproducen en sendos planos el pozo de El Molino de Saldaña -localidad cuya plaza mayor vieja se expande en un apaisado cuadro que refleja con fidelidad este céntrico y muy logrado arquitectónicamente espacio urbano saldañés- constituye otra muestra de la preocupación por el color y las texturas de la piedra, del pavimento y de las paredes del patio.
José María Manzano es uno de los pintores más reconocidos del arte palentino contemporáneo por su técnica pictórica y por su resultado estético. El uso de la tabla como soporte de los cuadros expuestos refuerza su potencia plástica y la intensidad de la pincelada.
Ficha de la exposición
Pintor: José María Manzano
Título: Antología
Sala: Casino de Palencia
Fecha: Hasta el 27 de octubre
Horario: De lunes a sábado: De 19:00 a 21:00; Domingos y festivos: de 12:00 a 14:00
