La exposición Infectum que estos días puede visitarse en el Museo de Palencia merece una doble celebración.
Primero, que tres artistas palentinos presenten su trabajo, con el que están girando por distintos países del mundo, en su tierra. Y segundo, que precisamente lo hayan creado con el apoyo institucional, en este caso, de las Becas de Creación Artística de la Fundación Castilla y León de los últimos años, un apoyo que habitualmente no es frecuente. La omnipresencia de la pandemia nos lleva a equívoco al leer el título de la exposición, porque nada tiene que ver con infecciones, sino con el aspecto verbal opuesto a ‘perfectum’, que surge de la confluencia de tres miradas distintas sobre un mismo territorio -el nuestro- con los proyectos de Javier Ayarza, Ana Frechilla y Ana Marcos.
En su faceta de arqueólogo además de fotógrafo y artista, Javier Ayarza presenta una pequeña parte de un trabajo en desarrollo titulado ‘Geografía’, con más de 3.000 imágenes tomadas en las comarcas naturales de Tierra de Campos y El Cerrato Castellano, que se focalizan en aquellos elementos que forman parte del paisaje a menudo como un elemento secundario, apenas representado y, sin embargo, constante: antenas, carteles de ‘prohibido escombros’, apeaderos, venta ambulante, buzones, tablones de anuncios o tótems informativos. «Un proyecto espectacular sobre el territorio, del que hablarán los antropólogos del futuro y servirá para que se pueda estudiar nuestra tierra», según lo describe el director del Museo de Palencia, Javier Pérez.
Ana Frechilla presentó en Austria su trabajo artístico Niebla antes de poderlo mostrar en su tierra, Palencia, con el que abre en canal el conflicto ético, a menudo acallado, de la industria armamentística en Palencia a través de su Fábrica de Armas. «Es un tema que debemos asumir y pensar», explica la autora. «Tenemos una fábrica de armas inserta en la ciudad y otra muy grande en Burgos, de explosivos. Ambas dan industria y trabajo, pero también tenemos que pensar que esas balas matan gente. El concepto que a mí me llamó mucho la atención, por el que surge el proyecto, es por la relación entre la persona que fabrica la bala y la persona que la va a recibir. Es una relación intensa, muy simbólica pero a la vez muy crucial, y totalmente involuntaria, pero de la vida de uno depende de la del otro».
Niebla, un proyeto «muy anclado en la memoria», tuvo su continuación en Intervalo Lúcido, el trabajo fotográfico desarrollado en el Laboratorio 987 del MUSAC en torno a la otra fábrica armamentística de Castilla y León, ubicada en Burgos, y en referencia al espacio temporal en el que una persona que ha perdido el juicio da muestras de cordura. Da la casualidad que las cancelaciones por la pandemia han hecho coincidir en el tiempo la exposición de ambos trabajos, pues Intervalo Lúcido se exhibe estos días en Nexo 990, en Monzón de Campos.
Por último, Infectum presenta el proyecto artístico Paisajes OBserVABLES de Ana Marcos, que juega con tres ejes transversales a través de una instalación interactiva con la que la autora aborda tres ejes transversales: imagen-paisaje / memoria-relato; retrato colectivo y experimentación digital. Una gran pantalla muestra paisajes grabados en la provincia de Palencia, sobre los que se muestran personas que habitan el mismo, fuera de su contexto, creando paisajes «mágicos e inventados» a partir de algoritmos aleatorios de computación y fragmentación. Además, el propio espectador pasa a formar parte de esos paisajes al ser retratado en la propia instalación.
Más allá de la exposición del Museo, cabe reseñar que este mes destaca también otro proyecto expuesto en Nexo990: ‘Máquina’, de David Herguedas y Julio Mediavilla, una instalación inmersiva en la que un prototipo de activación emocional va evolucionando en diferentes niveles de interacción. En la Sala de Despiece de Nexo990 (antiguo matadero) propone un lugar habitado por objetos posindustriales que hablan de latencia, tensión, violencia, miedo, frustración y control pero a su vez de fragilidad, cuidados, comunidad y pertenencia como un registro emocional en el que reconocernos.