Igor Escudero - compositor ópera Los Comuneros Teatro Ortega Palencia

El autor de la composición musical y el libreto de la ópera ‘Los comuneros’, Igor Escudero, desvela los pormenores de su trabajo, que se estrenó el 2 de octubre en Salamanca y llega al Teatro Ortega este viernes 15

A. Acitores | Palencia

Este mes de octubre se estrena en toda Castilla y León la ópera ‘Los Comuneros’, creada por el compositor y libretista leonés Igor Escudero. Un encargo de la Fundación Castilla y León con motivo del quinto centenario de la revuelta que lleva por bandera el talento local, liderado por este músico autor de nueve óperas, tres musicales y numerosas piezas clásicas.

Intrigas, traiciones, poder… El episodio histórico de la Revuelta Comunera tiene todos los ingredientes para un gran libreto. Y usted también es historiador… ¿Este género ayuda al público a entender lo que ocurrió?

Yo creo que sí, porque no es una ópera donde se utilice la historia como telón de fondo para contar otra historia diferente, sino que tiene cierto carácter divulgativo. Se habla de los ejes principales del proceso.

En el primer acto vemos los orígenes del conflicto y se explica el porqué: el enfrentamiento previo que había en la sociedad, fundamentalmente entre los que producían lana, que querían venderla fuera porque se la compraban a mejor precio, y los que querían fabricar aquí manofacturas, que se veían desabastecidos. Eso generaba un problema porque exportábamos lana y, al comprar los paños y producto elaborado, spagábamos más de lo que ganábamos vendiendo la lana.

Además de ese conflicto, había mucha inestabilidad política: la muerte de Isabel La Católica, las regencias de Cisneros y de Fernando El Católico, la muerte de Felipe El Hermoso y nueva regencia de Cisneros tras la reclusión de Juana I de Castilla… Es decir, vemos la inestabilidad política y los enfrentamientos sociales en esas dos décadas.

Y en el segundo acto vemos cómo estalla la revuelta y viene Carlos I y trata a los castellanos como una colonia a la que pedir dinero. Es un adolescente, no conoce el idioma, se trae a una corte flamenca que ocupa los cargos fundamentales y hay una reacción por parte de la nobleza que ve amenazada su posición.

Y finalmente vemos cómo los comuneros intentan buscar el apoyo de Juana de Castilla en Tordesillas. Es un acto muy potente porque vemos a Juana asustada, tras su largo aislamiento, y enseguida apoya el movimiento porque se da cuenta de cuál es la situación.

En el tercer acto vemos la derrota de Villalar y la ejecución de los tres comuneros más emblemáticos: Bravo, Padilla y Maldonado.

«Esta ópera tiene carácter divulgativo y habla de los ejes principales del proceso»

Con este argumento, nos esperamos, desde el punto de vista escénico y musical, grandes coros de tinte épico, como los de Otelo, Nabucco o Aída

En la partitura sí. En la práctica, debido al covid estamos más limitados. Tenemos coros, ejércitos, aparece una corte, un cuerpo de baile con Gratie d’Amore, que además ha hecho el vestuario…

Y tenemos grandes momentos de estos dentro de las limitaciones, que imponen una orquesta y un coro más pequeños. Pero es una ópera que hemos gestado en la edad del covid….

Quizás es incluso la primera de este tiempo

Imagino que puede haber alguna más, pero podría ser la primera concebida durante la pandemia, sí.

También está ideada para ser representada en todo tipo de teatros. ¿Ha sido eso un reto?

Es un reto porque, al estar de gira, tenemos que montar y desmontar en un mismo día, cuando los decorados más espectaculares de ópera a lo mejor requieren una semana de montaje y tres días de desmontaje. Teníamos que hacer algo mucho más liviano, y la verdad es que al final nos hemos liado la manta a la cabeza y hemos creado más cosas de las que inicialmente pensábamos. La orquesta al final la formarán 40 personas, junto con otros 30 o 40 en el coro. No está mal. Y el cuerpo de baile serán entre seis y ocho personas según el espacio. Además hay siete solistas, la figuración… En conjunto, somos cerca de cien personas.

Se atreve tanto con la música como con el libreto. ¿Concibe la composición operística como un todo?

Sí, cuando escribo el libreto pienso en la música, a veces escribo sobre la marcha música y libreto, y otras veces cambio el libreto cuando estoy haciendo la música. La verdad es que es más eficaz, porque siempre que trabajas con un libretista se crean debates interminables para cada modificación. A veces la música te marca: me pasó en el segundo acto, la música empieza a contar la historia por sí misma, así que quité dos páginas que ya no hacían falta.

«Esta ópera se ha gestado en la edad del covid, lo que impone limitaciones»

Porque utiliza temas musicales de inspiración renacentista, haciendo partícipe a la música del propio argumento…

Claro, hay veces que no hace falta más. Esas dos páginas que suprimí explicaban algo que ya no necesitaba explicación, porque la música también expresa.

Usted es de León, la ópera la interpreta la OSCyL bajo la batuta de un director segoviano… ¿La apuesta por el talento local era importante en este proyecto?

Sí, y además ha sido una apuesta que no se ha sugerido, sino que hemos considerado que tenía que ser así. No han podido participar tantos como queríamos por cuestiones de agenda, pero habríamos llamado a más gente de aquí. En su lugar hemos llamado a profesionales de fuera del mismo nivel, y eso tampoco está mal porque le da una dimensión internacional a la obra.

‘Comuneros’ se estrena el 2 de octubre en Salamanca para iniciar después su gira por toda la Comunidad. ¿Qué recorrido tendrá?

Es una ópera sobre el movimiento comunero, que guarda relación con otros muchos lugares como Madrid, Guadalajara, Toledo… Primero haremos estas nueve funciones aquí y después nos gustaría llevarla a esos otros espacios con los que tuvo relación el movimiento comunero.

Que las instituciones apuesten por el género operístico en una celebración como ésta no es frecuente. ¿Eso nos debe dar esperanzas acerca del apoyo político y social a la cultura?

Sin duda alguna. Esto es un espaldarazo a dos sectores muy castigados a la pandemia: las artes escénicas en general y la hostelería. Tenemos a un montón de gente que se está desplazando, que va a hoteles, que va a comer… Por lo que esto tiene un impacto también en ese sector.  Hacer una ópera es muy poco frecuente hoy en día. No es porque esté yo dentro, pero me parece una apuesta verdaderamente llamativa, valiente y ejemplar.

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