La Agencia apela a la profesionalidad y a los valores para ser “útiles a los medios y a la sociedad”
ICAL
La Agencia Ical celebró esta tarde su trigésimo quinto aniversario renovando su compromiso de servicio con el rigor y la información de calidad en Castilla y León. “Nuestro deber es ser garantía de rigor y calidad para ganarnos la credibilidad día a día”, aseguró el director de Ical, Luis Miguel Torres, quien aseveró que la agencia así será “más útil a los medios y a la sociedad, a quienes nos debemos”.
Torres se dirigió directamente a los representantes de los medios de comunicación para recordarles que son “imprescindibles para hacer una comunidad mejor para todos”, para lo que les brindó el apoyo de la Agencia. “Nos tenéis a vuestro lado y a vuestro servicio”, remarcó.
Tras cumplir 35 años desde que germinó el proyecto de Ical y ante un momento en pleno epicentro de una tormenta perfecta de exageraciones, medias verdades, pseudo- acontecimientos y relatos con más giros de guion que realidades, la Agencia trabaja de la mano de la “profesionalidad y los valores para ofrecer un servicio a la Comunidad y ser útiles a la sociedad”. “Con la profesionalidad, porque frente a la información de arrastre de las redes y otros artilugios supuestamente informativos, que no hay que confundir con el periodismo, nuestro deber es ser garantía de rigor y calidad”, recalcó.
A ese respecto, el jefe del Ejecutivo autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, puso en valor la “garantía” informativa que representa la Agencia Ical a través de una “gran función social” y un “compromiso” con Castilla y León, al trabajar durante 35 años al “servicio de las personas para mejorar nuestra sociedad”. Deseó una larga vida al medio de comunicación para que puedan servir y contribuir a la Comunidad de la mano de “libertad informativa”, dijo.
En una gala aniversario Mañueco aseguró que hay que “sentirse orgullosos” del compromiso que profesa Ical con el territorio, más si cabe en un momento en el que existen muchos canales de información, pero también “grandes coladeros de noticias falsas y bulos”, razón por la que “se necesitan, más que nunca, medios modernos y rigurosos con profesionales preparados para desempeñar la labor de mediación entre el hecho real y la información contrastada”, detalló en referencia a la Agencia.
El jefe del Ejecutivo autonómico destacó el esfuerzo diario de los profesionales que conforman Ical para “cumplir el sueño” de tener una “Agencia de Castilla y León, en Castilla y León y para Castilla y León”, la cual contribuye con su labor en “hacer Comunidad y estrechar los lazos nos unen para sentirnos orgullosos de un proyecto común”, remarcó.
La Gala
En una gala conducida por Alba Míguez (ICAL y RTVCyL Palencia), a la que asistieron más de 1.200 personas del tejido social, empresarial, político y mediático de Castilla y León, la Agencia Ical entregó sus premios al Compromiso Humano a nueve personas de la Comunidad que se han distinguido por su trabajo hacia el colectivo: el cocinero Carlos Casillas, por la provincia de Ávila; el burgalés Javier Ajenjo, cabeza visible de la organización e impulsor del Sonorama; la investigadora leonesa Cristina Viéitez; Begoña Almeida, miembro de la Patrulla Oso de la Fundación Oso Pardo, por Palencia; Arturo y Laura Martín, de Mayalde, grupo de música tradicional de Salamanca; el artista multidisciplinar Gonzalo Borondo, por Segovia; el entrenador de atletismo Enrique Pascual, por Soria; la directora del Centro Penitenciario de Segovia, la vallisoletana, Nuria San José, y el escritor zamorano Luis García Jambrina.
Por ello, Torres trasladó también el compromiso de la agencia con una información presidida por valores como el talento, el emprendimiento, la constancia, la ilusión, el arraigo, la reflexión, el esfuerzo, la humanidad y la imaginación, que representan los premiados. Frente a lo grandilocuente, Luis Miguel Torres reivindicó el “periodismo de lo cercano”, pero con los “ojos puestos en el mundo” y destacó el empeño de Ical en ofrecer una “mirada honesta” a Castilla y León, a sus historias, pero también a “su alma”.
Premiados
El jurado reconoce a Carlos Casillas por “su capacidad de marinar desde la excelencia cocina, memoria, cultura y territorio desde lo cercano y lo sencillo y por su apuesta por el talento joven en su equipo y por Ávila, su tierra, como el lugar de sus sueños, sus proyectos y sus productos”. Propietario del restaurante Barro, Carlos Casillas es uno de los chefs jóvenes con más proyección de Europa. Formado en el Basque Culinary Center, donde destacó como el mejor expediente de su promoción, colaboró en la Bullipedia, investigando sobre vinos junto a Ferrán Centelles.
Su paso por las cocinas de La Tasquita de Enfrente (Madrid), Miramar (Girona) y Ambivium (Valladolid), le sirvieron para profundizar en los conocimientos del producto y trasladarlo todo a su tierra. Tras abrir un bar de vinos en Ávila, se lanza a transformarlo en un restaurante en 2022 y, con una plantilla en la que ninguno de sus seis trabajadores llega a los 26 años, sólo en siete meses consigue su primera estrella Michelín y su primera estrella verde.
Javier Ajenjo recibe el galardón por la provincia de Burgos por su “ímpetu en la dinamización del territorio desde la cultura, creando y haciendo crecer desde la nada un acontecimiento ligado como pocos al territorio, y convertirlo en motor económico y social para toda una comunidad alejada de las grandes urbes”.
Alrededor de 300 personas se citaron en la plaza de toros de Aranda de Duero el 25 de julio de 1998 para asistir a la primera edición del Sonorama. La cifra rebasó los 150.000 espectadores en 2023. El motor de este éxito es la asociación cultural y sin ánimo de lucro Art de Troya y Javier Ajenjo Carazo (Aranda de Duero, Burgos, 1973) un entonces joven soñador de 25 años, con una diplomatura de Turismo en el bolsillo, que comenzó a impulsar y ver crecer la que hoy es una cita imprescindible en el panorama musical europeo y latinoamericano. La música es para Javier Ajenjo como el aire: le rodea siempre, respira ritmo en todo momento, produce, diseña e, incluso, marida todo ello con los buenos vinos de las Bodegas Neo, al igual que una intensa labor solidaria que desarrolla desde ambos ámbitos, música y vino.
Desde León, Cristina Viéitez recibe el reconocimiento de Ical por “su contribución al liderazgo femenino en la ciencia y su ejemplo y su preocupación por remover los obstáculos para que las nuevas generaciones puedan ser libres de perseguir sus aspiraciones profesionales sin limitaciones impuestas por razones de género, origen o cultura. Asimismo, por una disposición firme a la innovación y su capacidad de cooperación con distintas disciplinas para construir métodos de trabajo de vanguardia que permiten avanzar en el estudio de graves enfermedades”.
Nace en Matachana (León) y es licenciada en Biología por la Universidad de León. Durante los estudios universitarios en dicha Universidad realiza dos estancias, una de ellas durante el curso 2006/07 en la Uppsala Universitet (Suecia) y la segunda en la Universidad de Barcelona. En 2009/2010 realiza un máster de Biomedicina en la Universidad de Barcelona y realiza el proyecto experimental del máster en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB-CSIC). En 2014 obtiene el Doctorado por la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona) y al año siguiente comienza su estancia postdoctotral en el Instituto Europeo de Biología Molecular (EMBL) en Heidelberg, Alemani, donde ha publicado varios artículos científicos de alto impacto. Tras un paso por Suiza, en 2023 vuelve a España y se incorpora como investigadora principal en el centro de Biología Funcional y Genómica de Salamanca (IBFG).
Begoña Almeida recibe el premio por la provincia de Palencia por “vivir su pasión hacia el oso pardo y la conservación de la naturaleza como un servicio personal a la especie humana; por su ilusión por llevar a los más pequeños el amor hacia el entorno natural y por su arrojo para remover los obstáculos de la vida para hacer lo que quería hacer”.
Es tópico, dice, que su amor por los animales llegase viendo los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente; tópico también era entonces, y una desgracia, que hasta los años 80 no se admitiesen mujeres en la Escuela de Capataz Forestal. Ella entró en 1988. Pasó antes por una unidad de extinción de incendios y después llegó su sueño: trabajar con osos autóctonos. Lleva 26 años siguiendo su rastro por las huellas, los excrementos, los restos de comida, los pelos… 26 años controlando su población, estudiando sus costumbres y localizando sus oseras contribuyendo decisivamente al éxito del programa de recuperación de la especie.
En Salamanca, Arturo y Laura Martín (Mayalde) reciben el galardón “por tomar con brío el relevo de una familia que ha consagrado su vida a investigar, recopilar, salvaguardar y popularizar nuestra música tradicional y con ella nuestra identidad; por dar voz a quienes ya no están y recordarnos, con sus ritmos y sus canciones, quiénes somos y cuál es nuestra esencia reviviendo de paso el sabor de un brindis, el calor de la leña o la vigencia de los ritos”.
Arturo y Laura son Mayalde. Como lo son sus padres, Eusebio y Pilar, y como posiblemente lo serán sus hijos. Mayalde es un grupo de música tradicional con sabor ancestral que desde hace 38 años se ha especializado en la recuperación de la música del alma. Escuchar sus conciertos es casi indescriptible, porque el mundo de las sensaciones que provocan es inabarcable. Mezclando vida y arte, Mayalde ha publicado unos 13 discos, el más reciente, N´CA MAYALDE, grabado en directo, que es el espectáculo que más y mejor los define, su esencia pura, más cercana, más de verdad. Laura es herencia de la voz tradicional, rugido, percusiones y ritmo, cantadora de nanas y sueños, de charros y charradas, tocadora de pandero. Arturo es voz salvaje, desgarrador alegre, ritmo y corazón, melodía del viento, músico de sangre.
Gonzalo Borondo recibe el premio por la provincia de Segovia “por su contribución a contemplar el arte como un hecho transformador de la sociedad y como herramienta para reinterpretarnos y comprendernos en diálogo con los entornos que habitamos”. “Su forma de abordar cuestiones capitales como la memoria, la despoblación, los refugiados o los espacios públicos marginales nos empujan a la reflexión y a mirar hacia dentro en tiempos en los que lo superficial prevalece”.
Formado en la Facultad de Bellas Artes de la Complutense, en Madrid, completó sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Roma. Es académico de número de la Academia de Historia y Arte de San Quirce. Su trabajo explora las complejas relaciones entre el arte y el público, y ha protagonizado exposiciones individuales en España, Italia, Francia y Reino Unido, además de contar con obra en espacios públicos de Portugal, Dinamarca, Suiza, Noruega y Brasil, y de participar en proyectos colectivos en otros países como Alemania o India. Desde 2017 se ha centrado en desarrollar proyectos ‘site-specific’, fruto del diálogo con el contexto del lugar intervenido.
El soriano Enrique Pascual es un “ejemplo de constancia, trabajo e ilusión en lo que hace” y recibe el galardón “por su capacidad de sacrificio por el atletismo y sus lecciones de vida en la ambición, esforzarse más y saber esforzarse para hacerlo siempre mejor y así ir más rápido y llegar más lejos desde una profunda humildad, y con la sensatez de tener siempre los pies en la tierra”.
Es uno de los entrenadores más destacados en mediofondo y fondo que ha dado el atletismo español. Licenciado en Educación Física y entrenador Nacional de Atletismo desde 1980, entre los galardones recibidos figura una insignia olímpica y la Gran Orden al Mérito Deportivo (Medalla de Plata). Por sus manos han pasado algunos de los mejores atletas españoles que han logrado grandes triunfos atléticos, tales como Fermín Cacho (campeón olímpico de 1.500m en Barcelona’92 y campeón de Europa de 1.500m en Helsinki’94), Abel Antón (doble campeón del mundo de maratón en Atenas’97 y Sevilla’99 y campeón de Europa de 10.000m en Helsinki’94), Tomás de Teresa (medalla de bronce en 800m en el Europeo de Helsinki’94 y plata en el Europeo en pista cubierta de Glasgow’90), por citar a los más importantes.
La vallisoletana Nuria San José recibe el galardón por “poner a las personas por encima de cualquier otra condición, por su amplitud de miras en el trato con los vulnerables, por su actitud vital para buscar con imaginación soluciones, y por su tarea para dar humanidad donde hay recelos y dolor”.
Nuria San José es licenciada en Psicología y ejerce su carrera profesional como funcionaria del Cuerpo Superior de Instituciones Penitenciarias. Recién nombrada directora del Centro Penitenciario de Segovia, era hasta el 1 de enero la subdirectora de Tratamiento del Centro Penitenciario de Valladolid, ubicado en la localidad de Villanubla. Mantiene un contacto estrecho con ONGs que colaboran en terapias y actividades deportivas, contra la droga y la ludopatía a través de programas de apoyo enfocados a facilitar la reinserción de los internos. Fue la representante de Instituciones Penitenciarias en ‘El coro de la cárcel’, el ‘reality’ con fines sociales que emitió Televisión Española en 2006, 2008 y 2009, un programa que recibió varios premios internacionales y fue adaptado en varios países.
El zamorano Luis García Jambrina es reconocido “por su contribución al conocimiento de los maestros de las letras españolas a las nuevas generaciones desde la docencia y los géneros literarios con una obra en la que combina la rigurosa documentación y el vuelo de la imaginación para reivindicar valores como el humanismo, la libertad y la tolerancia”.
Nacido en Zamora en 1960, es doctor en Filología Hispánica y profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Salamanca; director de la revista ‘Cuadernos de la Cátedra Miguel de Unamuno’ y Premio Fray Luis de León de Ensayo 1999. Como novelista, se dio a conocer con ‘El manuscrito de piedra’ (2008), que fue galardonada con el prestigioso Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza, que marcó el inicio de una exitosa serie protagonizada por Fernando de Rojas como pesquisidor, de la que forman parte otras cinco novelas. También ha publicado ‘En tierra de lobos’ (2013), ‘La sombra de otro’ (2014), ‘Así en la guerra como en la paz’ (2023) y el libro de relatos ‘Muertos S. A.’ (2005). Junto a Manuel Menchón es autor del ensayo ‘La doble muerte de Unamuno’ (2021), y acaba de publicar ‘El primer caso de Unamuno’ (2024), su última novela.