La especie, emblema de la biodiversidad peninsular, experimenta un crecimiento continuo gracias a medidas de conservación y la recuperación de su hábitat.
Castilla y León ha alcanzado en 2023 un nuevo máximo histórico en la población del águila imperial ibérica, con la identificación de 160 territorios. Este logro es el resultado de años de esfuerzos de conservación liderados por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio y el trabajo conjunto de técnicos, agentes medioambientales y celadores de la Junta de Castilla y León.
Desde su mínimo histórico, con apenas 16 parejas registradas entre 1997 y 1999, la población del águila imperial ha mostrado una tendencia al alza. En 2005 se alcanzaron 29 territorios, 45 en 2010, 68 en 2015, y más de un centenar a partir de 2019. La distribución actual abarca las provincias de Segovia (51 territorios), Ávila (42), Valladolid (35), Burgos (11), Zamora (10), Salamanca (8) y Palencia (3). Además, la especie ocupa ahora 114 cuadrículas UTM de 10×10 km, frente a las 16 que registraba en 1998.
Esfuerzos de conservación y retos futuros
El crecimiento poblacional de esta rapaz, única de la península ibérica, responde a medidas como:
- Alimentación suplementaria en territorios estratégicos.
- Reducción de la mortalidad por colisiones y electrocuciones en tendidos eléctricos.
- Gestín forestal sostenible, aplicada tanto en montes públicos como privados.
- Recuperación del conejo silvestre, principal fuente de alimento del águila imperial, en áreas clave de la cuenca del Duero.
El primer plan de recuperación de la especie, aprobado en 2003, definió 24 áreas críticas dentro de 11 Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Sin embargo, solo el 12,5 % de los territorios actuales coincide con esas áreas, lo que subraya la necesidad de actualizarlas. En 2023, aproximadamente el 60 % de los territorios identificados se localizaron en espacios protegidos o montes gestionados con instrumentos de planificación forestal.
Características del hábitat
Según el censo de 2023, el 69 % de los nidos se situaron sobre especies del género Pinus, seguidos por árboles del género Populus (19,5 %). Este dato refuerza la importancia de extender los criterios de gestión sostenible a todo tipo de montes, asegurando la conservación del hábitat de esta especie emblemática.