acb Photo / F. Rodríguez

El conjunto palentino nunca tuvo opción alguna de lograr la victoria, ni acercarse a ella, en Granada, ante un rival directo por la permanencia (109-85)

Mucho había en juego en un partido de apuros. De cenicientas que aspiran a acudir un año más al baile del príncipe. Un cruce de dos equipos que acostumbran a mirar hacia arriba para ver el resto de la liga. Dos equipos en los que su afición no es el sexto jugador sino el quinto.

Así que no es de extrañar que varios cientos de palentinos acompañaran a su equipo en Granada en uno de los dos encuentros en los que el Palacio de los Deportes de Granada mostró el ‘no hay billetes’. El otro fue contra el Madrid. 7.477 asistentes hoy, según la ACB.

Estadísticas del partido

Pero Granada, esa tierra soñada de la canción fue una tierra vedada para el Zunder Palencia. Ninguna opción tuvieron los palentinos para acercarse a la victoria y, por tercer partido consecutivo, recibió una centena de puntos.

Como suele ser habitual, Pasečņiks dio el balón en el salto para los palentinos, pero sin anotación en esa primera jugada, ni en la segunda, ni en la tercera, ni en la cuarta vez que encararon en la canasta. En cambio los locales sí conectaron en la segunda y en la tercera…. En un plis… 10 – 5 a favor de los locales que en la primera falta personal de los palentinos ya pedían, presionando, la antideportiva.

El Zunder se mantenía a base de tiros de tres. Pero esa misma receta es la que empleaban los locales para aumentar su cuenta.  19-10 con apenas cinco minutos consumidos. 20 puntos en cinco puntos había recibido el Zunder Palencia, lo que obligó a Marco Justo a pedir su primer tiempo muerto.

Mejoraron algo en defensa los palentinos, logrando, de primera, un campo atrás de los granadinos. Pero en ataque, con Brown al timón, tampoco cambiaron mucho las cosas. Moverla para lanzar de tres… sin acierto.

Entró en juego Manu, en su casa, buscando desde inicio el borde para lanzar, sin acierto. Además, atrás, hoy el Zunder no sabía defender, dejando autopistas para los locales. 26-13.

Con la casi última posesión del primer cuarto, Kamba puso, gracias a su segundo tripe, a los palentinos a solo 6 puntos. 26-20 tras una mejoría en los emparejamientos en la defensa del Zunder, pese al 83% de tiros de tres de los granadinos en ese primer cuarto.

Segundo cuarto

Mal arranque de los morados en el segundo cuarto. Con una canasta recibida, un balón perdido tras saque y triple en contra sin tener casi la posesión. 33-22. 11 abajo sin apenas haberse consumido unos segundos de este segundo cuarto. Que fueron 13 tras dos ataques infructuosos de los palentinos y un contraataque de los rojillos que obligaron a Justo a pedir su segundo tiempo muerto antes de descanso.

No estaban además las manos para lanzamientos: un 33% (4 de 12) en ese momento para los palentinos en tiros de tres, por el 87 (7 de 8) de los locales. Así que no era de extrañar que el marcador ya luciera un 41-24 para los granadinos. Porque los palentinos solo tiraban de ese recurso. Porque habían lanzado más veces de tres (12) que de dos (11) en lo que iba de partido. Justo defendió estos tiros por ser liberados y la imposibilidad de atacar por dentro ante la férrea defensa a los pívots palentinos.

Pero el equipo mirado se mostraba de nuevo sin ideas, y dejando a jugadores claves rivales, como Costa, lanzar solos.

Sin oposición. A falta de menos de cinco minutos, el marcador ya lucía un 46-29. Y la ligera, tímida, reacción de los locales, fue cortada de raíz por Pablo Pin: Tiempo muerto ante un marcador de 46-34.

Puso entonces Justo a Ubal a defender a Costa y a dirigir al equipo, con el 51-36 en el marcador. Buscó algo más la participación de los interiores, en este caso Pasečņiks. Se apuraban más los ataques de los locales, debido al incremento de la presión palentina pero el resultado era casi siempre el mismo: Canastas rojillas.

Al descanso 55-37 entre los dos equipos de la zona baja de la liga. 18 puntos por debajo los palentinos de un Granada excelso, ilustrísimo en el acierto en los tiros: 57% en los de dos, y 76% en los de tres. En el lado opuesto, los palentinos: 50 en los de dos y 33 (6 de 18, era casi su único recurso en ataque) en los de tres.

Descanso.

Un chispazo le duró al Zunder Palencia la reacción tras el descanso. Dos buenos ataques, una buena defensa y… como el Reino de Granada hace más de 500 años,  claudicó. 65-44 consumidos tres minutos del tercer tiempo. Y los granadinos parecía que se enfrentaban a un sparring. Con pases por la espalda. Taponando, gustándose. Encestando todo lo que tiraban ante un pabellón que gritaba como unas huestes enfurecidas cada triple de los suyos. Y fueron muchos.  Hacían con el Zunder, cuya única idea de baloncesto era tirar de tres cuando pudiera, lo que querían. Y con Franke sin haberse quitado el cubre en el banquillo. 70-45 a falta de poco menos de cinco minutos para el final de tercer cuarto.

Y ante este panorama derrotista, sólo Chumi volvió a sacar la garra en un par de acciones. Pero en esta Liga eso no es suficiente. Ni los aficionados palentinos desplazados en Granada tenían ganas ya de animar ante el baile, el repaso, de los granadinos para disfrute de la hinchada local. El Zunder ya se arrastraba por el parqué. El tercer cuarto, el que el pasado año era en el que el Zunder marcaba las diferencias, finalizó con un parcial de 35-27 (gracias a un arreón final del Zunder)  para los locales y un marcador neto de 90-64. Una diferencia abismal, insalvable.

Y con esa sensación se encararon en ambos equipos el último cuarto. Los locales, buscando el jogo bonito. Los visitantes, tratando de enmascarar un poco la derrota, aunque con el mismo resultado que el resto del partido: apenas nada y sin repercusión ni en el marcador ni en la imagen del equipo. Una imagen muy deteriorada después de encajar en tres partidos consecutivos 100 puntos. Este punto centenario ocurrió a falta de más de dos minutos para el pitido final, con los palentinos a 19 puntos.

Al final del encuentro, 109-85 y el mejor de los palentinos, Pasečņiks, con 31 de valoración y 15 puntos, por los 16 de Benite. Y con Franke de nuevo sin disputar ni un solo minuto “por decisión técnica”.

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