Puente Agudín acoge la celebración del Día de Fuentes Carrionas y La Montaña Palentina con la vista puesta en el reconocimiento nacional y con la sustitución del cordero por ternera en su tradicional guiso por el alto precio del ovino
A. Míguez / ICAL
El tercer fin de semana de julio es una fecha marcada en rojo para todos los vecinos del norte de la provincia de Palencia porque se conmemora el Día de Fuentes Carrionas y La Montaña Palentina. Una gran fiesta en la que, no solo celebran la naturaleza sino que también, es una oportunidad para disfrutar de la cultura y las tradiciones de la zona.
Cerca de 7.000 personas se han acercado este año hasta Puente Agudín, en las proximidades de Cardaño de Abajo, para disfrutar de la famosa romería popular cuyo origen se remonta al año 1972 y que puede presumir de haberse consolidado como punto de encuentro y cita obligada de la temporada estival. “Yo soy de Santibáñez de la Peña y siempre que puedo vengo. Me encanta este lugar y no solo el día de la fiesta. También para hacer excursiones, paseos o desconectar. Se pone poco en valor la zona y creo que deberían potenciarlo más para que todo el mundo lo disfrutase”, reconoce María José Sastre, una vecina de la comarca que ha acudido a disfrutar de la jornada festiva junto a sus hijos y sus nietos pequeños.
Y es que uno de los atractivos de esta fiesta es, precisamente, el inigualable paraje en el que se celebra, en pleno corazón de la Montaña Palentina. “Los más jóvenes llevan desde el viernes acampados para poder disfrutar de toda la programación. Hay carreras, degustaciones, música en directo y muchas otras actividades. Es una fecha muy especial para nosotros”, explicó el presidente del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) de Velilla del Río Carrión, Pablo Villavieja.
Para él es un día de mucho ajetreo ya que debe estar pendiente de que todo salga a la perfección mientras supervisa de reojo la preparación del famoso guiso del pastor. “Este plato es el verdadero protagonista de la fiesta”, bromeó Pablo.
Han vendido más de 2.500 papeletas y cocinarlo no es tarea fácil ya que se trata de una receta heredada de generación en generación. Los cocineros empezaron a trabajar a primera hora de la mañana y necesitaron, ni más ni menos, que de una treintena de ollas en hilera y 500 kilos de carne. “Preparar tanta cantidad de caldereta lleva su tiempo y su técnica. Queremos que la gente joven vaya cogiendo el relevo y aprendan a cocinar la receta estrella de nuestra fiesta”.
A fuego vivo y con ternera en vez de cordero
Este año no han tenido restricciones por alto riesgo de incendios y han podido preparar el guiso en plena naturaleza aunque los organizadores sí que han tenido que hacer frente a un pequeño inconveniente ya que se han visto obligados a sustituir el ingrediente principal del plato para poder ajustarse al presupuesto. “La tradición establece que el guiso debe elaborarse con cordero pero este año su precio era muy elevado. Costaba 16 euros el kilo y no era asequible para nosotros así que lo hemos sustituido por carne de ternera aunque será algo excepcional”, remarcó Villavieja.
En cualquier caso, dijo, se trata de un plato íntimamente ligado a la Montaña Palentina con un sabor robusto y tradicional. ¿Y cuál es el secreto de su preparación? Pues, sobre todo, la paciencia, el mimo y la dedicación. “Lo primero es colocar la estructura de hierro, los 500 kilos de carne, echar sal, pimentón, laurel, vino blanco y aceite. Debe ser cocinado a fuego lento, tal y como lo hacían los pastores que merodeaban por la comarca”.
Una fiesta bucólica con ciertos aires de nostalgia que conquista a pequeños y mayores. Así le ha ocurrido a Jaime Carrascoso, un joven de Burgos que ha acudido este año por primera vez. “No lo conocía y me lo estoy pasando como nunca. He venido con cuatro amigos y en cinco minutos hemos ampliado el grupo porque la es gente muy maja. Además, así huimos del calor sofocante de otros lugares de España. Creo que volveremos pero nos quedaremos acampados para disfrutar más de la experiencia. Lo mejor ha sido la caldereta. Estaba deliciosa y quiero repetir”, aseguró en declaraciones a la Agencia Ical.
También de Burgos llegaba este fin de semana a Palencia, José Miguel Pardo. “Había oído hablar de esta fiesta pero me ha sorprendido gratamente. Vengo con mi familia porque somos todos aficionados a la montaña y repetiremos seguro. Además, se lo diré a mis amigos y volveremos fijo”. Lo mismo le ocurrió a un matrimonio vallisoletano al que la fiesta les pilló “por sorpresa”. ”Estábamos haciendo una ruta por el pico del Espigüete y nos hemos encontrado con esto. Nos gusta mucho esta zona y repetiremos”, reconocieron José Ángel y María Jesús.
Una celebración que se recuperó con el objetivo de fomentar la llegada de visitantes al tiempo que se ensalzaban las tradiciones populares y los valores de la comarca. Una fiesta que, poco a poco, va ganando adeptos y que, de hecho, está declarada como Fiesta de Interés Turístico Regional desde el año 1997. La intención de los organizadores es elevarla a la categoría de Fiesta de Interés Turístico Nacional de cara al próximo año. “Es el principal reto de mi mandato porque cumplimos los requisitos para conseguirlo ya que la fiesta supera los 25 años de antigüedad, posee elementos únicos que la diferencian de otras festividades, tiene un valor cultural significativo, cuenta con el apoyo del público, goza de una importante repercusión en los medios de comunicación y disponemos de la infraestructura adecuada”, defendió.
El que fuera alcalde de Velilla del Río Carrión, Manuel Mediavilla, fue el impulsor de esta fiesta que se celebra desde hace más de cinco décadas. Falleció en el año 2016 a los 95 años edad y cada año se le recuerda de una manera muy especial. Fue también el creador del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) Fuentes Carrionas y apostó por esta gran romería popular que se celebró por primera vez el 25 de julio de 1972.