Reabren al tráfico la calzada entre San Lázaro y la Diputación, pero con obras aún junto al paso de los coches
La calle Burgos de Palencia es roja. Por los detalles en el suelo con baldosas de ese color junto a las grises y blancas; porque existe una especie de talanquera de ese color que marca el carril que deben seguir los vehículos desde que a mediodía de hoy se ha abierto y porque, tomando la señalización de niveles por colores de la DGT, la circulación está ostensiblemente afectada aún por obras.
Porque es cierto que en el proceso de semipeatonalización del eje San Lázaro-Plaza de León hoy al mediodía se ha abierto al tráfico rodado esta calle, desde San Lázaro hasta la Diputación, pero eso no quiere decir que los trabajos en esta zona se hayan acabado.
Si por la mañana los operarios de Viacon estaban recogiendo el material que aún cercenaba el tránsito de vehículos por la calzada de adoquines, esta tarde, y protegidos por una malla de plástico rojo seguían colocando las baldosas de las zonas que servirán de aparcamiento.
De ahí que los conductores deban extremar las precauciones ante la presencia aún de obras junto a la calzada.
Plaza de Isabel La Católica
La apertura de la calle Burgos ha permitido cambiar el teatro de operaciones de la semipeatonalización a la otra vertiente de la calle Mayor, al lado del Río. Concretamente, como ya anunció el Ayuntamiento de Palencia el pasado viernes, a la plaza de Isabel La Católica (La Compañía).
Una plaza que queda cerrada en buen parte al tráfico. Pasa a nivel negro. Cerrada. Y aunque ya desde por la mañana Palbús había cambiado la circulación de las líneas 3 y 4 que pasaban por esta plaza, las obras y el corte total no ha llegado hasta esta tarde, cuando los trabajadores de Viacon adecuaba la señalización de las calles San Marcos, Gil de Fuentes, Pedro Romero y Menéndez Pelayo, además de la propia plaza de Isabel La Católica.
Momento que coincidía con los trabajos de demolición de la isleta interior de la plaza y que continuarán con parte de la acera contraria al templo de La Virgen de la Calle.
Cambios de sentido.
La apertura de la Calle Burgos y el cierre de la plaza de Isabel La Católica llevan aparejados cambios de sentido de diferentes calles. En algún caso para volver a su orientación habitual y otros para tomar durante algunas semanas un sentido contrario al habitual.
Vuelve a su estado original la calle Becerro de Bengoa que servía de acceso desde San Lázaro a la calle Colón y como punto de entrada hacia la Plaza de Abastos. Vuelve a tener sentido desde la calle Colón (Teatro Ortega) a San Lázaro, aunque aún quedaran esta tarde vehículos aparcados orientados al revés.
En el otro lado de la calle Mayor, la afección llega a más calles. Circulando desde Correos hacia la Compañía, los conductores se van a encontrar la calle Gil de Fuentes cortada a la altura del aparcamiento del Carrefour express. Tendrán que virar a la izquierda para tomar Pedro Romero (en sentido contrario al habitual) y embocar Menéndez Pelayo en sentido a Correos. A las 16,15 estaban dando los últimos retoques a la señalización, tapando las prohibiciones habituales, limitando el aparcamiento en Pedro Romero.
Desde el Puente Mayor, en el nacimiento de la calle San Marcos desgajándose de Mayor Antigua (frente a la antigua Traserilla) existe también una señal que advierte del corte de la plaza Isabel La Católica, proponiendo dos salidas alternativas a los conductores antes de subir a Gil de Fuentes. O circular hacia Mayor Antigua o a la altura del Museo Arqueológico tomar la escapatoria de la calle Árbol del Paraíso para volver a Mayor Antigua.
Una vez llegados a la sede de la ONCE y con la Escuela de Música Ortega al frente, solo cabrá la posibilidad de girar a la izquierda hasta el cruce de Gil de Fuentes con Pedro Romero, siguiendo el sentido contrario al habitual de ambas calles.
Por último, en la calle General Amor, que desemboca desde San Miguel en la plaza ahora en obras, por ahora se mantiene abierta, aunque con el avance de las actuaciones también se cortará la tráfico.
Cojonudo, haber si por fin se consigue, eliminar el tráfico “rodado” de toda la ciudad, y volvemos a la prehistoria.
Francamente, ayudaría bastante más si en vez de una retahía de calles y comercios se trabajasen una infografía con un plano señalando los cortes y las rutas a seguir.