Solo en los dos últimos meses han salido a información pública 15 proyectos de polígonos solares en Palencia, con una potencia instalada de 578 MW y una inversión estimada en 281 millones. Mientras unos se frotan las manos, otros temen las consecuencias de ver huertos solares en vez de tierras de cultivo
“Éramos los elegidos del sol / y no nos dimos cuenta / fuimos los elegidos de la más alta estrella y no supimos responder a su regalo”, (Éramos los elegidos del sol, de Vicente Huidobro).
Calor, luz y energía. Ese es el regalo que cada jornada, desde que amanece hasta que anochece, nos llega desde una distancia de 150 millones de kilómetros. Un regalo que nos da la vida a nivel biológico y que desde unos años a esta parte se ha pretendido que también dé vida a los lugares que de otra forma tendrían complicado recibir inversiones millonarias. Es lo que ha pasado con varias comarcas palentinas que han tomado prestado versos de Espronceda: “Para y óyeme ¡oh sol! yo te saludo / y extático ante ti me atrevo a hablarte”.
Una conversación mediada por empresas con sede fuera de la provincia que se han fijado en Palencia para extender sus parques solares con los que generar electricidad y valor económico. Un boom que ha hecho que los proyectos de huertos fotovoltaicos en la provincia se hayan multiplicado como las setas tras la lluvia. Por poner un ejemplo, solo en los dos últimos meses se han publicado 15 expedientes de información pública para proyectos de plantas solares en diferentes municipios de la provincia.
Entre todos ellos suman 578 MW de potencia instalada. Dato que llama poderosamente la atención si se tiene en cuenta que esa potencia planteada en apenas dos meses para 15 proyectos en la provincia significa más de la mitad de la que actualmente existe ya operativa en toda Castilla y León (971 MW). Es, también con datos de Red Eléctrica Española, cinco veces la que se instaló en la comunidad en los años 2020 y 2021, y algo más de lo que podía producir la Térmica de Velilla (516 MW). Precisamente en sus entornos se instalará otro macro parque solar con unos 400 MW y que salió a exposición pública en una de sus fases en marzo.
281 millones
Solo los 15 proyectos publicados en dos últimos meses contemplan, sobre el papel, una inversión aparejada de hasta 281 millones de euros, según los expedientes de información pública. Lluvia de euros bajo el ardiente sol castellano. “Hace tiempo que se empezaron a gestar estos proyectos. Se quedaron parados unos años, y ahora han vuelto a resurgir”, explica el regidor de uno los municipios palentinos del sur de la provincia con proyectos, quien prefiere no ver publicado su nombre por la polémica que suscita entre sus vecinos esta pedrea de placas solares.
En cambio, desde Herrera de Pisuerga, en el epicentro de otra de las comarcas que podrían verse cubiertas por placas solares, su alcalde -Javier Fernández-, sí que da una razón para explicar la concentración de proyectos. “Por un lado las subvenciones. Por otro lado, la extensión del terreno” sin afecciones a servicios, carreteras, zonas pobladas. En el último mes se ha iniciado el expediente de información pública e impacto ambiental para cuatro parques que tocan su municipio. “Pero tenemos más. Hay hasta 13 o 14”, contabiliza con la inexactitud de quien tiene muchos. “Hay solares, hay eólicas… No es lo mejor, pero es preferible a lo de los cerdos”, opina Fernández.
Y ya dentro de la provincia, ayuda mucho la existencia de puntos de evacuación de la energía generada. De ahí que la concentración de los proyectos se da en determinadas zonas de la Montaña, del Boedo o de Tierra de Campos, coincidiendo generalmente con otros proyectos anteriores.
“Y el campesino le canta: ¡Viva el sol!”
“¡Viva el sol de la mañana! / ¡Viva el sol!, / grita el pájaro en la rama. / Y el campesino le canta: ¡Viva el sol!” Rafael Alberti pareció intuir qué lo que ocurriría cuando las grandes empresas llegaran con los fajos de billetes a las puertas de los pueblos ricos en tabones. Hectáreas y hectáreas con la única posibilidad de generar alimentos, disgustos y quebraderos de cabeza a sus propietarios.
“Han ido a lo fácil, a personas mayores, que son la mayoría y les ofrecen un dinero que de otra forma no lo consiguen. Entre 1.000 y 1.100 euros por hectáreas al año de arrendamiento. Alguien que tenga 50 hectáreas alquiladas para huertos solares no lo gana trabajando las tierras, y pendiente de los precios de venta luego”, entiende Javier Fernández. Un precio muy por encima del mercado de arrendamientos que se queda incluso en un 20% de esas cantidades. “Un agricultor está pagando para alquilar una hectárea de secano unos 200 o 250 euros. Imposible competir con las empresas solares”, advierte Honorato Meneses, presidente de Asaja Palencia.
De ahí que el regidor sureño señale la sombra que queda bajo las placas solares. “De primeras, mucha gente dice, perfecto. Es mucho dinero. Es más, también sería mucho dinero para el Ayuntamiento, no nos engañemos. Pero hay que verlo en conjunto. La mayoría de las veces los propietarios de los terrenos de los parques solares no son quienes explotan las tierras. Para los dueños, que viven en Palencia, en Valladolid o en Madrid, perfecto. Reciben mucho más dinero que arrendándoselas a un agricultor. Pero quienes lo trabajan, que son los que viven realmente en el pueblo, se quedan sin terrenos para labrar, para ganarse la vida”.
Y además, los que quedarán libres de placas, aumentarían su precio, por una mayor demanda y una menor oferta. “Claro, las tierras son bienes limitados. Si no hay suficientes, el precio aumenta”, evidencia Meneses. “No cabe duda de que al propietario que le ponen un parque solar, le arreglan. Al resto, todo lo contrario”.
Empleo y otros cultivos.
Pero incluso en la sombra puede encontrarse claridad. Porque esos proyectos solares también generarían empleos en las zonas en las que se instalarán. “Personas para el mantenimiento de esos parques, sí”, deja caer el regidor terracampino, que insiste en mantenerse en el anonimato. Pero tampoco serían muchos, reconocen. Además, también habría que ver dónde se ubican los puestos de gestión de esos parques. Porque siguiendo el modelo eólico, se pueden telemandar a centenares de kilómetros de distancia.
En cuanto al uso de los terrenos como centrales de energía, hay quien piensa que no tienen que ser exclusivos, sino que podrían darse “cultivos alternativos. Colocar las placas un poco más altas y cultivar, por ejemplo, lavanda… o hacer que esos terrenos puedan servir para la ganadería extensiva”, defiende el alcalde herrerense. De hecho, ya hay ejemplos de ello en varios puntos del país. Pero para el presidente de Asaja Palencia, son ejemplos limitados, excepcionales. “Donde se puede hacer es en parques eólicos. En los solares, cultivar, poco. Como mucho pastoreo, pero como algo excepcional, no generalizado”.
Sostenibilidad.
“De Astudillo sale el sol” (canción popular) que cada día está llamado a generar electricidad en la provincia de Palencia en los proyectos que salven las diferentes fases de tramitación. Pero si sale también se pone y así durante miles de días. Y al final llegará un momento en el que esas placas instaladas por cientos en la provincia solo sean un desecho al final de su vida útil. “No sabemos muy bien qué se hará con esos materiales cuando no sean eficientes. Se trata de un material que es costoso de retirar, revalorizar y reciclar y tendremos muchísimas hectáreas cubiertas por ellas”, advierte el alcalde de Herrera.
Lo que es una sombra puede generar también una luz, si se preparan industrias capaces de aprovechar esos materiales y sacarles rendimientos, pero con cautela. “La recuperación de esos materiales, según los contratos que se están firmando a 30 años, depende de las empresas. Pero ¿quién te dice que dentro de 30 años la empresa no ha quebrado o desaparecido y es el agricultor quien tiene que hacerse cargo?”, advierte Meneses para poner el acento en que el sol también quema y evitar que en unos años los pueblos solares tengan que releer a Alejandra Pizarnik: “ Afuera hay sol. / Yo me visto de cenizas.”
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