El objetivo principal de la operación ha sido supervisar la producción y el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono
La Guardia Civil de Palencia ha concluido la Operación Keisah, una iniciativa desarrollada a nivel nacional para controlar la producción y el consumo de sustancias perjudiciales para la capa de ozono, como los gases empleados en sistemas de refrigeración y propelentes de aerosoles. Esta acción busca garantizar el cumplimiento de las normativas vigentes y combatir el mercado negro que prolifera en torno a estos productos.
En el marco de la operación, se llevaron a cabo 12 inspecciones en talleres y empresas que manipulan estos gases, lo que resultó en la formulación de 18 denuncias administrativas. Las irregularidades detectadas incluyen etiquetado en idioma extranjero, envases caducados, y la incautación de 12 botellas de gas refrigerante y 84 kilogramos de gas no autorizado. Pese a estos casos, la mayoría de los establecimientos inspeccionados cumplieron con la normativa, destacando su colaboración y apoyo a estas medidas contra el fraude.
El uso de gases refrigerantes está sujeto a una estricta regulación en España, con un impuesto especial que aumenta según el nivel de contaminación que genera el producto. Esto ha dado lugar a un lucrativo mercado negro que genera enormes beneficios.