La actriz y locutora palentina Natalia San Millán abre un espacio creativo y ‘coworking’ cultural en la calle Mayor Antigua, donde dará clases de teatro y alquilará sus espacios para formaciones, eventos, exposiciones o artes escénicas
No sabemos si alguna vez pasó un submarino por el río Carrión. Pero ya podemos afirmar que una ballena ha varado muy cerca del Puente Mayor, en la calle Mayor Antigua número 60. Tranquilos: no corre ningún peligro. Ha llegado para quedarse. Su canto ya suena grave y constante sobre toda la ciudad y su sencilla inmensidad sorprende a quienes cruzan la acera ante ella. Ha llegado para cuidar, como una madre, de los sueños y las ideas que floten a su alrededor.
Nuestra Ballena 60 es el nuevo espacio creativo y artístico concebido por una joven palentina que merece, cuando menos, el aplauso de sus paisanos, por haber tenido el valor de regresar a su tierra desde la capital madrileña para montar un negocio cultural propio.
Natalia San Millán Asenjo es actriz, locutora y profesora de teatro. Y es también una de esas jóvenes palentinas que marchó de la ciudad para forjarse su carrera, primero estudiando en la Escuela de Arte Dramático de Extremadura y después, desde la capital del país, especializándose en interpretación ante la cámara y locución, en la Central de Cine y la Escuela Luisa Ezquerra, vinculada con la Universidad Rey Juan Carlos. El confinamiento de 2020 le abrió los ojos y decidió establecer su residencia en su tierra, desde donde puede compaginar su carrera interpretativa -a hora y pico en AVE estamos, como quien dice, al lado-, y poder así cumplir otro de sus sueños: montar su propio negocio.
«Fui creando el proyecto desde cero, poco a poco, visitando locales de todo tipo: en otras localidades, en las afueras, naves en el polígono… Hasta que me topé con este lugar», explica orgullosa desde La Ballena 60.
El concepto lo tuvo claro desde el primer momento: «crear un espacio donde se pudiese juntar todo». Le dio vueltas al nombre y valoró llamarlo Espacio Dramático (como otros locales dedicados al teatro en ciudades como Madrid), pero se decantó por el concepto ‘‘Espacio Creativo’’ porque «da cabida a todo lo que puedas imaginar». En primer lugar, Natalia ya tiene preparada una oferta de clases de teatro para niños y niñas (martes a las 17:30 de 11 a 15 años y jueves a las 18:00 de 6 a 10 años), para adultos (miércoles a las 19:00 h.) y para personas mayores, en un curso específico que ha denominado Sénior. Las plazas están abiertas y las formaciones comenzarán este mismo mes de febrero.
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Pero esto es sólo el comienzo. «También voy a impartir cursos de locución y oratoria, para aprender cómo expresarse en público, por ejemplo, y en el ámbito de la interpretación, haremos también clases de improvisación y clown».
Y es que el teatro es el corazón de esta iniciativa que invita a la ciudad a dar un paso más en esa querencia por la buena cultura. «Llama la atención el arraigo que tiene el teatro aquí: el público llena las representaciones y se suelen vender todas las entradas», comenta. Sin embargo, ella ve nichos de oportunidad en el campo de la formación teatral profesional.
Esta será la programación estable que imparta ella misma, pero apenas una pequeña parte de «todo lo que cabe» en esta pequeña gran ballena. Porque el espacio se configura como «una especie de coworking artístico y creativo donde otros profesionales puedan dar también sus clases». Un profesor de yoga, de pilates, de fotografía o de danza, por citar algunos ejemplos, puede alquilar el espacio con total libertad, acomodando los horarios disponibles.
Además del horario de clases estable, Natalia San Millán ya está recibiendo proyectos de distintos artistas y propuestas escénicas para organizar representaciones en pequeño formato en su sala principal, que ha llamado Sala Corita, y tiene previsto un calendario de talleres de fin de semana y masterclasses especializadas a lo largo del año.
Además de la Corita, el espacio creativo La Ballena 60 dispone de una sala más pequeña, decorada con personalidad y estilo gracias a los muebles restaurados por la madre de la emprendedora, ideal para pequeños cursos y reuniones de empresa, por ejemplo. Ambas dependencias cuentan con una iluminación profesional, apta tanto para representaciones teatrales como para sesiones fotográficas, exposiciones de pintura o escultura e incluso rodajes.
«No nos cerramos a ninguna propuesta: ¿se pueden organizar catas? Sí. ¿Y eventos privados o corporativos? También», nos explica. Porque el proyecto de esta joven actriz y emprendedora «es un espacio libre de prejuicios, juicios y etiquetas. No creemos en la imposición de encajar en un adjetivo, sea cual sea».
Por qué Ballena.
La ballena es un animal inspirador para Natalia. «Se relaciona fundamentalmente con las emociones. Simboliza la creatividad emocional, el bienestar, la crianza y la profundidad emocional. La ballena viaja, nada, baila con las olas del mar, como un actor o actriz lo hace con las emociones», explica. Así, bailando entre los océnaos, la ballena azul recorre 10.000 kilómetros. Aunque no se mueva del número 60 de la calle Mayor Antigua, esta ballena promete realizar un viaje igual de largo y enriquecedor.
Qué ofrece.
La Ballena 60 consta de una gran sala de ensayo, diáfana y versátil, llamada La Corita, que puede dar cabida tanto a exposiciones como a clases, eventos y representaciones de todo tipo, así como una sala más pequeña llamada Ambigú, iluminada y amueblada de manera versátil. Cuenta con camerinos, vestuario y un pequeño office de cocina.