El equipo del Museo de Palencia liderado por Javier Pérez, con un apoyo firme por parte de Junta y Ministerio de Cultura, consigue recuperar para la provincia una pintura del autor paredeño que había estado desaparecida
Un sacerdote u obispo, bajo un arco ojival, es el objetivo de todas las miradas en el Museo de Palencia, este jueves 4 de julio. La pequeña tabla luce en el centro de la sala e inspira, a la par, curiosidad y sonrisas. “Es un día feliz”, resume el delegado territorial de la Junta de Castilla y León: este pequeño fragmento de una tabla pintada por Pedro Berruguete acaba de regresar a Palencia, después de siglos extraviado.
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El obispo que capta el interés de los fotógrafos y periodistas no es el protagonista de la historia que plasmó el pintor paredeño en su creación para el retablo de Frechilla: es tan solo un espectador de un conjunto mayor que, según explica el director del Museo de Palencia, Javier Pérez, narraría la presentación de la Virgen. Pero fue cortado para ser vendido en el mercado del arte “a trozos, con lo que se sacaba más rentabilidad” a la obra, datada en torno al año 1490.
Las pistas
Un óleo que Pedro Berruguete instaló en el retablo de la parroquia de Santa María de Frechilla y que fue retirado a mediados del siglo XVIII, cuando se instaló el actual retablo de estilo barroco, “igualmente magnífico, recientemente restaurado”, recuerda el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, José Antonio Rubio.
La escena completa fue recortada para ser vendida por partes. “La mayor parte de esa escena ha desaparecido”, lamenta el director del Museo de Palencia. De hecho, cuando se instala el retablo barroco en la iglesia de Frechilla, se pierde la pista hastas mediados del siglo XX. Ahí, los historiadores del arte se encuentran con una referencia en el Museo Diocesano, unas fotografías en blanco y negro en las que se muestra esta tabla junto con otras dos actualmente desaparecidas.
“La siguiente noticia que tenemos de esta tabla es ya con ella partida: en 1957, cuando se presenta en el Museo de Bellas Artes de Gante, Bélgica, en la exposición Justo de Gante y Berruguete en la corte de Urbino”.
La “otra mitad” de la tabla recortada, que corresponde a la parte inferior, está expuesta en el Banco de España. “Hemos iniciado contactos. Es la obra de arte más antigua del Banco de España y le tienen especial aprecio”, apunta el director del Museo palentino, por lo que no será fácil reunir ambas partes de la tabla.
La subasta
El equipo del Museo de Palencia tuvo conocimiento de que esta tabla salía a subasta privada y solicitó la colaboración institucional entre la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Cultura, una cooperación que ha sido clave a la hora de adquirir la pieza por algo más de 28.000 euros y recuperarla para el patrimonio palentino, según explica el subdelegado del Gobierno, Ángel Domingo Martín.
“Es importante agradecer a las autoridades el respaldo. Da gusto trabajar así”, expresa el director del Museo, en reconocimiento a la implicación de ambas instituciones, así como al equipo técnico que tramitó el expediente en tiempo récord. “La colaboración entre Ministerio de Cultura y Junta de Castilla y León ha sido una magnífica actuación”, indica José Antonio Rubio, que recuerda que es la segunda pieza, en menos de dos años, que llega al museo palentino fruto de esos lazos entre instituciones, junto con un capitel del monasterio de Santa María La Real.
A partir de agosto
La “nueva” tabla de Berruguete se exhibirá en la sala de Bellas Artes del Museo Palentino desde mediados de agosto. Aunque su estado de conservación es muy bueno, pero se le va a realizar un tratamiento preventivo de consolidación y uno de aclimatación a la sala, que tiene unas condiciones estables de temperatura y humedad. Además, el Museo ha de reacondicionar el espacio para hacerle sitio.
El óleo llegó el pasado viernes y ha podido ser estudiado a fondo por el equipo del museo palentino.
El estado de conservación de la pieza parece bueno, aunque es evidente que ha sido muy restaurada ya que muestra algunas zonas, sobre todo de la capa pluvial del obispo, que han sido reintegradas y, también, ha sido ampliada unos centímetros en la base y unos milímetros en el lateral derecho.
El soporte de la capa pictórica es de madera de pino. En el reverso son apreciables los originales refuerzos de estopa empleados para fortalecer las uniones verticales con otras tablas y las huellas de un travesaño horizontal.
La tabla muestra signos evidentes de haber sido atacada, en algún momento, por insectos xilófagos, aunque actualmente se encuentran inactivos.
“Con la llegada de esta pieza se enriquece la muestra artística del Museo de Palencia y, sobre todo, los palentinos ganamos en nuestro patrimonio y en el disfrute de las obras de arte”, apunta José Antonio Rubio. Y reconoce “el esfuerzo tan importante” que está haciendo el Museo de Palencia por “ser un museo vivo, aumentando el número de visitantes de forma importantísima, participando en exposiciones temporales como el Festival Internacional de Fotografía o con propuestas como el Museo IA, que recibió un premio a nivel nacional”.