El verano se saldó en Castilla y León con 29 personas fallecidas en accidentes de tráfico, una más que en 2019, año de referencia descontando 2020 y 2021 por la pandemia. La delegada del Gobierno, Virginia Barcones, señaló este miércoles que los datos de accidentalidad en las carreteras de la Comunidad, por lo tanto, “no son buenos”. “En siniestralidad vial nunca lo son mientras haya un solo fallecido”, apostilló.
Barcones indicó que la idea es proseguir con la agenda marcada en la Estrategia de Seguridad Vial 2030, que incluye las medidas que deben permitir reducir los siniestros de tráfico “y sus dramáticas consecuencias”.
Así, la delegada del Gobierno dio a conocer el balance de la siniestralidad vial en las carreteras de Castilla y León durante el verano, acompañada por Alicia Villar, subdelegada del Gobierno en Valladolid; por la coordinadora autonómica de la Dirección General de Tráfico (DGT) en Castilla y León, Inmaculada Matías, y por el teniente coronel del Sector de Tráfico en Castilla y León, Francisco Iturralde.
En los pasados meses de julio y agosto, 29 personas fallecieron en siniestros viales en las carreteras de la Comunidad. Fue una víctima mortal más que en 2019, año de referencia estadístico, lo que representa un 3,6 por ciento, mientras que los desplazamientos aumentaron un 2,54 por ciento respecto a dicho verano. Se han producido 9,8 millones de movimientos, Concretamente, en julio fueron 4,5 millones, un cinco por ciento más respecto a julio de 2019. Y en agosto, 5,3 millones, un 0,51 por ciento más que los registrados en agosto de 2019.
En cuanto a heridos de carácter grave, en 2019 hubo seis mientras que este año ha habido 17. El récord de víctimas mortales en verano se estableció en 2012 con 43 fallecidos. 38 hubo en 2013 y en 2016. 37, en 2014, y 36, en 2015.
