Se trata de los volúmenes titulados ‘Comunicación y Cristianismo’ y ‘Los medios, características y funciones’, editados ambos por PPC

Por Fernando Caballero

Si hay un profesional de la comunicación que puede abordar con rigor y sobrados conocimientos la relación del cristianismo y los medios de comunicación es Miguel de Santiago (Fuentes de Nava, Palencia, 1948), sacerdote y periodista de larga y sólida trayectoria –hasta su jubilación, ha sido redactor jefe del semanario Ecclesia y director adjunto del programa de TVE Últimas Preguntas, además de colaborador de RNE y la COPE, entre otros medios–. Esta relación la ha desarrollado en dos volúmenes (566 páginas entre ambos) titulados ‘Comunicación y Cristianismo’ y subtitulados ‘Teología, ética y evangelización’ el primero y ‘Los medios, características y funciones’ el segundo, editados ambos por PPC.

El lector de estos volúmenes se encuentra ante un corpus completo dedicado a un tema que preocupa a la Iglesia en un momento de crisis de vocaciones, de crisis institucional ante una evidente división entre conservadores y progresistas y de crisis de fe, que se observa en el lento abandono de los templos y de los cultos por parte de los fieles, preocupación que da lugar a la necesidad de invertir esas crisis, y un instrumento para ello son los medios de comunicación.

Miguel de Santiago recuerda el decreto ‘Inter mirifica’, el primero que surgió del trascendental Concilio de Vaticano II (1962-1965): “Dado que el recto uso de los medios de comunicación está al alcance de usuarios diferentes por su edad y su cultura, y que exige en las personas una formación y una experiencia peculiar y adecuada, es necesario fomentar, multiplicar y encauzar, según los principios de la moral cristiana, las iniciativas aptas para conseguir este fin –sobre todo si están destinadas a los más jóvenes– en las escuelas católicas de cualquier grado, en los seminarios y en las asociaciones de apostolado laical”. A partir de aquí, el autor inicia un pormenorizado ensayo en el que desgrana y analiza con profusión textos procedentes de la pluma de los sumos pontífices desde esa asamblea conciliar.

Del primer volumen, hay que destacar sus reflexiones en torno a lo que denomina teología de la comunicación, donde el sacerdote y periodista aboga, siguiendo los escritos de Pío XI, por una comunicación que difunda el pensamiento católico con respeto a la verdad, sin manipularla, y con un lenguaje atractivo para “refutar los errores y plantar cara a los fabricantes del mal”. De Santiago expone que en la actualidad el mensaje de la Iglesia ya no se escucha solo en los templos. “La evangelización reviste diversas formas”. Una de estas formas es sin duda las llamadas redes sociales, que tanto han utilizado los dos últimos papas, Benedicto XVI y Francisco. Una clave en el uso de estas nuevas formas de transmisión de noticias, basadas en las posibilidades de Internet, son las ‘fake news’, que, según el autor, producen sentimientos y sensaciones en detrimento de la verdad. “Ya nada es objetivo, todo se fía a la mera subjetividad”, señala, y apostilla que las ‘fake news’ “no son simple errores, sino desinformaciones cargadas de intenciones”, lo que corrobora con ejemplos concretos.

La ética en las comunicaciones sociales la aborda Miguel de Santiago desde una perspectiva global de todos los medios de comunicación, partiendo del relativismo y utilitarismo de la cultura dominante, que prima lo efímero, lo provisional, la falta de compromiso, el relativismo y el rechazo de las certezas metafísicas, religiosas y éticas. Frente al nihilismo y relativismo, el autor cita a San Juan Pablo II, que reivindicaba “los valores morales y humanos esenciales y originarios que derivan de la verdad misma del ser humano y expresan y tutelan la dignidad de la persona”, valores que, continúa el papa Wojtyla, “ningún individuo, ni mayoría y ningún Estado nunca pueden crear, modificar o destruir, sino que deben solo reconocer, respetar y promover”. Para De Santiago, el discurso ético referido a los medios de comunicación social consiste en “aplicar los principios generales, emanados de la doctrina social de la Iglesia, que, a lo largo de los siglos, se ha apoyado en una tradición de sabiduría moral que tiene sus raíces en la revelación divina y en la reflexión humana”.

El autor delimita el campo de su estudio hasta la definición más aseverativa: “La ética es esa parte de la filosofía que ayuda al comunicador a determinar qué es lo correcto dentro de periodismo; enseña a obrar correctamente, según unas normas deontológicas, pues no en vano van configurando un nuevo hombre y una nueva sociedad”. Sobre esta premisa, aborda la ética en los diferentes medios: en la prensa, en la radio, en la televisión, en el cine, en internet, en las redes sociales y en la publicidad.

Las posibilidades de los medios de comunicación para ayudar a la evangelización es objeto también de análisis por parte de Miguel de Santiago. Para él, y siguiendo un texto de Pablo VI, “la Iglesia debe estar permanentemente renovando sus métodos de apostolado, catequesis y educación, y dialogando con los nuevos instrumentos a la hora de dar testimonio de fe y de caridad, de facilitar la difusión de la Buena Noticia y favorecer el respeto a la dignidad de la persona humana de la justicia, de la fraternidad universal”.

El segundo volumen de ‘Comunicación y Cristianismo’ se centra en analizar los medios de comunicación como instrumentos para el encuentro, el diálogo y el intercambio de mensajes –que no de “ruidos” –, especificando los géneros informativos y los estilos de cada bloque: la prensa, la radio, el cine, internet, las redes sociales, la publicidad y las redes sociales. Cada capítulo concluye con algunas recomendaciones, siendo una de ellas, quizás la más importante, la que aboga por transmitir conocimientos sobre contenidos y metodología para que redunde en el espíritu crítico con que toda persona debe acercarse a los medios de comunicación con los que se informa, se forma y se entretiene.

El doble libro de Miguel de Santiago contiene frases y aseveraciones que no dejan indiferente a nadie, opiniones que son fruto del resultado intelectual de una vida dedicada a la lectura, a la reflexión y a la praxis del periodismo riguroso que él ha ejercido y que combina teología y comunicación. De Santiago es también un reconocido poeta espiritual –un estudio de Carmen Casado Linarejos analiza certeramente sus fortalezas poéticas–, lo que no es obstáculo para que su prosa, aunque sea la ensayística que aplica en ‘Comunicación y Cristianismo’, se deje llevar por el sendero de la claridad y la concisión. Dos volúmenes que están llamados ser un referente bibliográfico en los centros de formación de periodistas a la hora de afrontar la asignatura –en estos momentos desconozco si existe– de periodismo religioso, y si no existe, debe existir. Todo un manual para periodistas, pero también para estudiantes, profesores de religión, sacerdotes y laicos…, en definitiva, para todos aquellos que tienen como misión transmitir la evangelización y la verdad, y siempre la verdad, de lo acontecido, en un conflictivo siglo XXI marcado por las nuevas tecnologías, en ocasiones agresivas en su relación con los medios de comunicación.

Ficha del libro

Autor: Miguel de Santiago.

Título: Comunicación y Cristianismo: 1. Teología, Ética y Evangelización; 2. Los medios, características y funciones.

Editor: PPC.

Páginas: 303 y 263.

Precio: 20 euros cada volumen.

Miguel de Santiago

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