Las palentinas María Valderrábano, Victoria Arroyo y Marina Paniagua -jugadoras del Palencia Rugby Club- nos hablan de lo que es para ellas jugar en la Selección de Rugby de Castilla y León y de lo que supone el deporte del balón ovalado
¿Qué fue lo que te empujó a la práctica del deporte del rugby y con cuántos años empezaste a jugar en el Palencia Rugby Club?
M.V.: Empecé con 15 años. Me empujó la curiosidad de probar este deporte, para el cual se necesitan cualidades tanto físicas como mentales. Había probado muchos deportes y ninguno me había gustado lo suficiente hasta que llegó el rugby.
V.A.: Todo empezó en Eupacerontes (la fiesta de final de temporada del Palencia Rugby Club), fui a acompañar a mi hermano y el presidente Roberto Cantera me dio una camiseta y me animó a salir a jugar. Después de jugar Roberto se acercó a mi madre y a mí y me dijo que me quería en su equipo, que si no me apuntaba me iba a fichar, así que después de probar casi todo tipo de deportes decidí que ya era hora de probar otro nuevo. La verdad no fue nada fácil ya que mi madre no estaba muy a favor de que me metiera en un deporte tan duro, pero gracias a su pareja conseguimos convencerla y a raíz de ahí empecé -con 8 años- a jugar a el que después sería mi pasión.
M.P.: Empecé con 13 años a jugar al rugby y fue mi hermano el que principalmente me motivó a empezar a practicar este deporte. Llevaba dos años yendo a ver partidos y la curiosidad me pudo. Cuando fui a probar, fueron las chicas del Senior que vi las que me dieron motivación para empezar.
¿Qué ha aportado este deporte a tu vida?
M.V.: Este deporte me ha aportado motivación por mejorar y dar todo lo que puedas de ti por tu equipo. Me ayudó también a organizarme, ya que con el conservatorio, bachiller y rugby es difícil, pero si de verdad te gusta es posible. Además me ha aportado grandes amistades, las cuales son como mi familia dentro y fuera del campo.
V.A.: Este deporte me ha aportado amistades, familia dentro y fuera del campo y un hogar. Me ayudó a salir en el momento más difícil de mi vida y hoy en día puedo decir a ciencia cierta que sin él mi vida no sería la misma.
M.P.: Este deporte me ha ayudado sobre todo a centrarme en mí misma y también en mis metas. Este deporte en equipo me ha dado muchas amistades. Antes los deportes en equipo me aburrían, hasta que probé el rugby y vi que no era como los demás, que en este deporte había mucho respeto entre los rivales y más con los compañeros.
¿Qué supone para ti jugar en la Selección de Castilla y León?
M.V.: Jugar en la Selección de Castilla y León es una oportunidad que no todo el mundo tiene y la cual te hace crecer como jugadora y persona. Nos da también la oportunidad de poder jugar con chicas, ya que en Palencia no hay equipo femenino.
V.A.: Siendo franca para mí es un orgullo poder jugar con tantas chicas que han recibido comentarios creados por los estereotipos de las jugadoras de rugby.
Estar en la Selección es un orgullo. La Selección es una oportunidad que te hace crecer dentro y fuera del campo, te hace crecer como persona y jugadora ya que compites con otras jugadoras que más tarde se convertirán en compañeras, para seguir estando en la Selección. Te hace sacar lo mejor de ti y obligarte a seguir mejorando y progresando para seguir viviendo y disfrutando de esa gran oportunidad.
M.P.: Jugar en la Selección significa mucho para mí, mi progreso como persona y sobre todo como jugadora. Es un gran orgullo poder disfrutar de esta oportunidad.
Metas que te quedan por alcanzar en este mundo del balón ovalado…
M.V.: Me queda el poder seguir mejorando como jugadora para ayudar lo máximo posible a mi equipo. También el poder seguir el próximo año, ya que estaré en la universidad y espero poder sacar tiempo y un equipo para seguir con este gran deporte.
V.A.: Siendo un poco ambiciosa la verdad es que tengo muchos objetivos. Desde conseguir jugar en la Selección Española y seguir jugando en la Selección Nacional y la de Castilla y León, hasta poder seguir enseñando todo lo que sé a mis niños, aquellos a los que me encanta entrenar y verles progresar sabiendo que yo he aportado mi granito de arena en ellos.
Otro de mis objetivos es que el rugby se dé a conocer en las mujeres, que no tengan miedo de lo que puedan decir de ellas. Yo toda la vida he tenido que escuchar que el rugby es de marimachos, que es un deporte de chicos… Por suerte mi madre me dijo que cada uno es libre de hacer y de elegir su felicidad, que si a mí me gusta el rugby pues adelante.
Siempre he sido la única chica del equipo hasta que llegaron mis compañeras y he de decir que hoy en día son mis amigas y admito que al principio me daba pavor pero hoy en día no me arrepiento, mis compañeros me han aceptado como una más y sé que si les necesito siempre van a estar, dentro y fuera del campo.
Por último conseguir que el Palencia Rugby club pueda ofrecer un equipo femenino.