La Ley obliga a paliar el remanente de tesorería negativo, que asciende a 1,4 millones de euros, y no hay posibilidad de solicitar operación de crédito
El presupuesto municipal del actual ejercicio tiene un remanente de tesorería negativo de 1.425.519,61 euros para gastos generales. En plata, esto supone que la liquidación del presupuesto del año anterior, 2023, no dejó beneficio, sino deuda, una condición que la ley obliga a paliar, bien mediante crédito o obteniendo ese dinero de otros capítulos.
Sobre ello se debatió en un tenso pleno del pasado junio. Y sobre ello se ha debatido también en la sesión ordinaria de este jueves, que se ha visto en la necesidad de optar por la solución más drástica y desagradable: sacar ese dinero, 1,4 millones, de otras áreas: el capítulo de personal y el Patronato Municipal de Deportes.
No hay opción de pedir un crédito
Era la opción que el concejal de Hacienda, Carlos Hernández, había tratado de evitar. Y tener que recurrir a ella es, según ironizaba tras las críticas de los distintos grupos en la oposición, “un castigo”. Pero a la que ha tenido que recurrir porque, aseguraba, no hay posibilidad de pedir crédito para tapar ese remanente negativo para gastos generales.
La Ley Reguladora de las Haciendas Locales establece que, en estos casos, el Pleno está obligado a “la reducción de gastos del nuevo presupuesto por cuantía igual al déficit producido”. Si no se pueden reducir gastos, se permite acudir al concierto de operación de crédito. Es la vía que Hacienda ha intentado seguir, pero que no ha sido posible, según el edil, por no tener el necesario apoyo desde la administración regional.
Y es que el Ayuntamiento ya había solicitado una operación de crédito paralela destinada a la financiación del Plan de Inversiones, por valor de más de 2,7 millones de euros con un plazo de amortización de diez años y uno de carencia. “A estas alturas, la Junta no ha autorizado a este ayuntamiento a concertar esa operación de crédito. Si a estas alturas aún no hemos sido capaces de finalizar este procedimiento para el Plan de Inversiones, no es razonable ni prudente iniciar otra operación de crédito para financiar esto”, aseguraba Hernández. “No queda más remedio que optar por la reducción del gasto en el vigente presupuesto”.
Después del estudio del servicio de Intervención junto con la Concejalía de Hacienda, se concluyó que ese 1,4 millón de euros solo se podía detraer de dos capítulos: personal y Patronato Municipal de Deportes.
En el primer caso, es sencillo: existe una consignación de dinero para plazas que están dotadas, pero que no se han cubierto y no está previsto que se haga de aquí a final de año. Pero el debate ha versado en torno a los más de 200.000 euros que procederán de la caja del Patronato.
Necesidades de las instalaciones deportivas
El Patronato Municipal de Deportes tiene un remanente de más de 200.000 euros. Mediante la correspondiente reducción de la subvención, esa cantidad queda liberada para compensar los números rojos. Para la oposición, sin embargo, ha sido motivo de crítica que ese beneficio no se haya utilizado para afrontar las necesidades de las instalaciones deportivas.
“Lo sé. El concejal de Deportes me trajo un listado de las actuaciones que hay que hacer ya… Que da escalofrío. No son de este año, vienen de mucho tiempo atrás. Me hubiera gustado destinar ese remanente del Patronato a esas inversiones, porque no se ha presupuestado nada para actuar en las instalaciones deportivas”, concedía el concejal. “Vamos a tener que afrontar en el ejercicio siguiente una parte sustancial de la inversión en mantenimiento o modernización de esas instalaciones”.
“Humo y números rojos”
El concejal del grupo popular Sergio Abril fue especialmente crítico con la necesidad de tener que adoptar esta medida. “Esta situación evidencia lo comentado en el Pleno de junio: no sabían el presupuesto que manejaban al convertir el remanente en negativo por primera vez en años. El presupuesto de 2024 no está bien hecho porque prescinden de millón y medio… Y no pasa nada”. Criticaba, además, que se haya optado por una subida fiscal para aumentar los ingresos y, sin embargo, esto no haya mejorado la situación de las arcas. “Se demuestra que no era necesario, que subir los tributos para salvar el remanente de tesorería negativo era más una voluntad suya que una necesidad”. Y exigía que, cuando se cierre el presente ejercicio, se demuestre “que lo del remanente de tesorería fue un error o culpa del equipo de gobierno anterior. Haga honor a su puesto: convierta el remanente en positivo y demuestre que solo era culpa de los saldos de dudoso cobro, como dijo, y que no ha tenido nada que ver con un gasto superior al permitido. Mientras no lo haga lo que tendremos será más humo y más números rojos”.
Era la alcaldesa, Miriam Andrés, quien contestaba recordando “esos 900.000 euros de recaudación que no hicieron, procedentes de la ayuda a domicilio, la plaza de Abastos o el mercadillo, por no hablar de procedimientos sancionadores en urbanismo que no tramitaron de 2019 a 2023. Pero sí hacían presupuestos trileros reflejando en los ingresos esa millonada que iban a cobrar por esos procedimientos que no cobraban. Prudencia cuando hablen de remanente negativo… Porque de aquellos polvos, estos lodos”.
Reconocimiento extrajudicial
Y ante tal situación financiera, era necesario también pasar por la sesión plenaria el reconocimiento extrajudicial de obligaciones por un importe superior al medio millón de euros, lo que generaba nuevas críticas a la gestión económica del equipo de gobierno. “Llevamos casi cinco millones de euros en reconocimientos extrajudiciales en lo que va de año. El doble que todo el año anterior”, criticaba de nuevo Sergio Abril. Y la oposición rechazaba que todo ese dinero proceda de eventualidades que no se pueden prever. Aunque la alcaldesa respondía que buena parte de esos cinco millones correspondían “a dos años fuera de contrato del servicio de limpieza”.
“Os la estáis jugando. No vais a llegar así al final del mandato”, sentenciaba Rodrigo San Martín, de Izquierda Unida – Podemos.
