El CES destaca como “significativo” que prácticamente el mismo número de empresas y centros tecnológicos haya incrementado el volumen de empleo, lo que pone en valor su “fortaleza” y “potencial” de crecimiento

R. Travesí / ICAL

La Comunidad cuenta con dos parques tecnológicos operativos, en Boecillo (Valladolid) y León, a falta de la puesta en marcha del centro de Burgos que continúa en obras. Los dos complejos en marcha apenas ganan empresas, al sumar 121 en 2023, pero hay 471 empleos directos más, lo que demuestra la “fortaleza” y “potencial” de los parques tecnológicos.

El parque de Boecillo ganó el año pasado dos empresas, frente a las ocho que se perdieron en 2022, al pasar de las 78 a las 80 con los que cerró el año pasado. Pese a este leve recuperación, el complejo acumula caídas constantes en los últimos años. En 2019, antes de la pandemia del COVID, contaba con cien empresas instaladas y desde entonces no ha parado de perder compañías, salvo el pequeño repunte de 2023. Por el contrario, el complejo de León mantiene las 41 empresas del año 2022, frente a las 34 contabilizadas en 2019 o las 26 en 2018.

Pese al ligero crecimiento o mantenimiento de las compañías instaladas en los dos parques tecnológicos de la Comunidad, hay un buen comportamiento del número de empleo, que sigue al alza. El Parque Tecnológico de Boecillo ganó 373 empleos directos de empresas y centros tecnológicos, hasta los 3.550, con un 11,7 por ciento más. Hasta el punto que es el mayor número de trabajadores en la serie entre 2019 y 2023. No en vano, en 2019 había 3.425 empleos directos pero con cien empresas. Al cierre del año pasado, había 3.550 pero con veinte compañías menos.

El incremento porcentual en el complejo de León es menor, al quedarse en el 5,2 por ciento, con 98 más, al pasar de 1.887 trabajadores en 2022 a los 1.985 del año pasado. Si se compara con 2019, los empleados se han disparado 51,8 por ciento al haber casi 700 trabajadores más. Por lo tanto, en ambos casos cuentan con más personal que en la época de prepandemia.

El informe sobre la situación económica y social de Castilla y León en 2023 del Consejo Económico y Social (CES), recogido por la Agencia Ical, subraya como “significativo” que prácticamente el mismo número de empresas y centros tecnológicos haya incrementado en esta medida el volumen de empleo. De ahí que ponga en valor su “fortaleza” y “potencial” del crecimiento.

El propio CES destaca que Boecillo alberga la Incubadora de Empresas Biotecnológicas (Bioincubadora), un espacio dirigido a investigadores y emprendedores que quieran desarrollar un producto biotecnológico que llevar al mercado. Para ello, la Bioincubadora impulsa la creación y consolidación de jóvenes empresas innovadoras, facilitando unas instalaciones completamente preparadas, lo que supone un ahorro para los emprendedores.

Gracias a un convenio con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE) gestiona esta infraestructura destinada a emprendedores en el ámbito de la biotecnología, con aplicaciones a sectores como el de salud, agroindustria, energía y medioambiente, entre otros.  Según la información proporcionada por el propio ICE, en 2023 dos nuevas ‘startups’ se incorporaron a la Bioincubadora, lo que suma diez en total más el Clúster Vitartis, la Unidad de Astrobiología de la Universidad de Valladolid (UVa) y el CSIC.

Centros tecnológicos

Además, Castilla y León mantuvo el año pasado su red de centros tecnológicos compuesta por el Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL) de Burgos, el Centro Tecnológico de Miranda de Ebro (CTME), el Instituto de Biotecnología de León (Inbiotec), Cidaut (Fundación para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía) y Cartif en Boecillo, Air Institute y Centro Tecnológico de Cereales de Castilla y León (Cetece) en Valladolid, Cesefor en Soria, Centro internacional de materiales avanzados y materias primas (IcamCyL) en León y el Centro Tecnológico Agrario y Agroalimentario (Itagra) en Palencia. A ellos, hay que sumar el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), ubicado en León, que es de titularidad estatal.

El personal que trabaja en estos centros, según la información recogida por Ical, tiene un perfil especializado, hasta el punto de que el 65 por ciento del personal a tiempo completo es titulado superior, lo que supone -según el CES- supone un indicador de la alta cualificación del empleo que generan estos polos de innovación. En este sentido, la cifra de titulados superiores creció un 15,3 por ciento respecto al año anterior.

La cifra de empleo en centros tecnológicos continuó su tendencia al alza de los últimos años, con un once por ciento más de trabajadores respecto a 2022, hasta alcanzar la cifra de 828. Un porcentaje que aumentó hasta el 38 por ciento en comparación con los últimos cinco años, cuando había 600 trabajadores. Por tipos de contrato, aumentó la proporción de trabajadores a tiempo completo en plantilla, que se situó en el 92 por ciento, mientras que descendió en un 19 por ciento el personal contratado a tiempo parcial frente al año anterior. Además, creció el personal en formación en un 28 por ciento en 2023.

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