Cantabria se convierte en el personaje inesperado de un crimen que tiene a las montañas por único testigo
Tras el éxito de Doce abuelas, llega la segunda novela de Pablo del Río, representante del género NEO NOIR: investigadores atípicos, humor irónico y una atmósfera sugerente en un paisaje que siempre oculta secretos.
Mayo de 2019, Morra de Lechugales, Picos de Europa. Unos montañeros quedan atrapados en una cueva en la que encuentran el cadáver de un hombre indocumentado. La única pista la encuentran en sus ropas: el recorte de un periódico fechado en septiembre de 1983.
Trasladan a los heridos rescatados a un hospital de Santander, el mismo en el que van a operar al famoso tenista Nicolás Romero.
La mala fortuna provocará que durante la intervención alguien le seccione un nervio de la muñeca, dejándole inmovilizados tres dedos de la mano derecha y frustrando así su carrera profesional.
Mientras el sargento Liaño y el guardia Montiel, del Departamento de Policía Judicial de la Guardia Civil de Torrelavega, se encargan del caso del cadáver hallado en la cueva —presuntamente asesinado años atrás—, el inspector Blasco y la agente Palacios, de la Jefatura Superior de Policía de Cantabria, se encargarán de investigar el caso de Romero, donde por fuerza tiene que estar implicado alguno de los cirujanos del hospital.
Pero no serán los únicos investigadores. Adolfo, el surfero y monitor de esquí que ya demostró su gran olfato en el caso del asesinato del famoso pianista Ricardo Manrique (Doce abuelas), se verá involucrado en las pesquisas por uno de esos sorprendentes cruces de caminos que nos depara la vida. Volverá a su mente una pesadilla que solo estaba enterrada bajo una fina capa de recuerdos.
EL AUTOR
Pablo del Río nació en 1964 en una comarca palentina rica en osos, lobos y pantanos. Licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid, dedicó los primeros años de su trayectoria laboral a impartir las asignaturas de Filosofía y Ética en centros de Secundaria. La ilusión pedagógica de los comienzos se fue erosionando con el paso del tiempo y en paralelo creció una enorme atracción por el cine. Comenzó una nueva etapa como periodista en publicaciones audiovisuales de carácter profesional y se involucró como guionista en algunos proyectos.
Fundó su propia cabecera, Cameraman, dedicada a la producción cinematográfica. En 2023 debutó con Doce abuelas, una original novela negra con tintes irónicos y un humor fino que marcó el comienzo de un estilo, el Neo Noir. Ocho jueves es la continuación de ese estilo.