Los palentinos, que mantuvieron al Fuenlabrada a tiro y llegaron a empatarle en el tercer cuarto, se desconectan en la segunda parte y cosechan su cuarta derrota (82-73)
Cancha difícil y partido inédito tenía el Súper Agropal Palencia para reivindicarse como quería su técnico Luis Guil. Plantarle cara a un gran equipo, y en su casa, en el Fernando Martín de Fuenlabrada. Tras cinco victorias consecutivas. Un empeño que los palentinos mantuvieron 23 minutos, pero que cuando lograron empatar el partido a 47 puntos, se quedaron anclados, con un apagón, especialmente en ataque, que los locales, castigaron con fuerza para bajarle los humos al conjunto morado. Cuatro derrotas y siete victorias es el balance de los de Guil.
Y no empezó mal el conjunto palentino, que si bien fue a remolque, no dejó marcharse a los locales. Para recordarle donde estaba, un ex morado, Jorgensen, le dio la bienvenida al Palencia con un triple, tras pérdida de Borg. Uno de los errores que Guil conminó a los suyos a evitar.
Aguantó los primeros compases el Palencia. Un toma y daca con los locales. Tres puntos abajo, un punto abajo. Con el marcador ajustado hasta pasado los primeros cinco minutos. Pero dos fallos en ataque y los consabidos castigos por la vía rápida del triple del Fuenlabrada abrieron en unos minutos una brecha a favor del líder que puso un marcador de 17-9 a tres minutos del final del cuarto.
Desesperado Guil con algunas jugadas en las que los locales anotaron fácil. Como en un saque de fondo a placer para Matulionis.
Tampoco en ataque le salían las cosas al Palencia que se empeñaba por penetrar con los pequeños para ganarse tapones de Nzosa. Tampoco los tiros de cuatro metros de Wintering, que el pasado sábado entraban, no querían hoy en esta fase del partido.
Al menos en la fase defensiva, los morados, hoy de azul, mejoraron un poco y pararon el vendaval anotador de los madrileños, que en el primer cuarto sumaron tres triples por ninguno de los palentinos.
Al final del cuarto, 23-15, con una canasta casi imposible para los locales que devolvió la máxima ventaja hasta entonces para el Fuenlabrada con 8 puntos.
Segundo cuarto.
El arranque del Fuenla fue apabullante con el acierto defensivo y ofensivo, lo que le llevó a marcharse en el marcador once puntos. Guil tuvo que pedir tiempo muerto pasado poco más de un minuto.
Le costaba al Palencia parar a los madrileños por dentro, con Nzosa, y desde el exterior donde los locales promediaban cerca del 50% de acierto en los tiros de tres.
Empezó Palencia a jugar individual. Tirando de sus jugadores: Borg, Wintering y Kamba definían. Tiempo muerto de los madrileños porque el Súper Agropal Palencia había dejado la ventaja en solo siete puntos.
Pero pronto el Fuenlabrada volvió a poner las cosas en 10 puntos con otro triple marca de la casa. Mover, liberar, pasar y anotar. En un abrir y cerrar de ojos.
Enlazó Palencia varias jugadas con acierto. Primero Chema, que volvía a la que fue su casa, salió al campo y su primera acción fue un mate. De seguido, Borg, desde el triple, reducía la ventaja, para, con la ayuda de Vaulet encestando, dejarla solo en tres puntos. Nuevo tiempo muerto local. 34-31 a cinco minutos del descanso.
Se aplicó Palencia en defensa. Ataba mejor a sus atacantes, que no tenían las acciones tan francas, al menos debían esforzarse más para encestar. Pero poquito a poquito, y desde la línea de tiros libres, el Fuenlabrada volvía a abrir hueco. Corto, a tiro de piedra, pero siempre por encima.
Y a falta de tres minutos, bonus para el Fuenlabrada. Para entonces, Guil había retirado a Wintering de la dirección en beneficio de Oroz y de Kunkel.
Matulionis se benefició de una mala defensa de los palentinos para a volver a poner la ventaja en seis puntos gracias a un nuevo triple local. 7 de 15. Arrollador el acierto del Fuenlabrada y clave de la desventaja del Palencia que solo había anotado 2 de 7. Y si los palentinos se mantenían era por su dominio del rebote: 11 los locales, 17 el Palencia.
Al descanso, al que se llegó con un rebote-mate espectacular de Kamba y una canasta sobre la bocina de Vaulet, 45-42. De momento, el Súper Agropal Palencia no le había perdido la cara al encuentro. Le miraba al líder a los ojos y en su casa.
Tercer cuarto.
Vaulet fue el encargado de acercarse un poco más en el marcador, y también para empatarlo a 47 puntos. Pero la alegría le duró poco al Palencia, porque una pérdida de Wintering le permitió volver a marcharse al equipo local. Como contraprestación Nwogbo cometía su cuarta personal a falta de aún 17 minutos de juego.
Para complicar un poco más la situación, Borg cometió antideportiva y el conjunto local se marchaba nueve puntos en un correcalles plagado de errores en los ataques palentinos. Tiempo muerto de Guil para poner calma y orden a falta de seis minutos por juagar en el tercer cuarto.
El parón no le dio ideas al Palencia que llegó a ponerse 11 abajo de nuevo. Sólo los arranques de orgullo de Kamba y Vaulet le proporcionaban aire a los visitantes que fallaban y fallaban cuando pensaban la jugada, o perdían el balón. En 13 pérdidas habían incurrido los palentinos a falta de un minuto para acabar el cuarto, con un 64-51 en el marcador. Nueva máxima para los locales ante un Palencia desarbolado que tuvo que recurrir de nuevo a Wintering. 17-4 de parcial desde que el Palencia había empató el partido. Y cuarta falta para Borg.
Hasta Wintering fallaba los tiros libres. 0 de tres en su última acción.
Al final del cuarto, 67-51, con un parcial de cuarto de un inexplicable 22-9. El peor Palencia en mucho tiempo.
Último cuarto.
La reanudación no fue buena cuando necesitaban los palentinos remontar 16 puntos. Seguían perdiendo balones, fallando pases también gracias al desempeño del Fuenlabrada.
El único que lograba anotar, ante la presión asfixiante de los locales, era Dimitrov al tiro. Wintering se sumó a la carrera para dejar la ventaja local en 12 puntos. (69-57).Tiempo muerto local a falta de siete minutos para apretar un poco más en defensa a los palentinos que se comían una posesión tras otra. Y como castigo, Iván Cruz, triple.
Los madrileños mordían en defensa, presionaban. No soltaban la presa ante un Palencia sin expectativas de recuperación y sin creer que pudieran hacerlo. Pensando más en acabar el partido y enfocarse en Ourense que en la victoria. Como mucho, maquillar el marcador.
Al final del encuentro, 82-73.
Entre los palentinos, el máximo anotador, Vaulet, con 20 puntos siendo también el MVP del conjunto morado, con 24 items. En el debe del Súper Agropal, los 18 balones perdidos.