En la reserva de ciervos del Monte El Viejo también se puede disfrutar del celo de los cérvidos
Si en estos días le invitan a ir a ver los ciervos al monte de Palencia, tenga por cierto que la proposición o el ofrecimiento tendrá una parte de componente sexual, aunque no sea la que pueda esperar o temer. Porque el monte está con las hormonas a tope. Más que de costumbre.
En estas épocas los ciervos se han unido al cometido de la ‘polinización’. Y si los humanos llevan a cabo el ritual de conquista en la zona del Seminario o en los bares de la zona vieja, a los ciervos no les queda otra que desgañitarse, incluso pelearse (como los sapiens hacen en la calle Rizarzuela) a ojos vista de los cientos de palentinos que suben a ver y escuchar el espectáculo.
Pocas ciudades pueden presumir de tener tan cerca, a apenas 10 minutos en coche de La Gorda (tomado como el centro de la ciudad), una reserva de ciervos como la que acerca a Palencia uno de los espectáculos más fugaces y llamativos de la naturaleza: La Berrea.
Porque no todos los palentinos tienen la suerte o la capacidad para internarse en la Montaña Palentina en la búsqueda de los cérvidos en celo. No cabe duda de que, perdidos entre los bosques y las peñas, puede ser más genuino, más natural, ver a los animales pelearse, luchar, conquistando y amilanando a sus semejantes para procrear. Lo mismo que es más impactante ver a un león en la sabana que observarlo en un zoo. Pero a 7 kilómetros de la ciudad, se puede plantear una visita incluso andando o en bicicleta, cosa que no es viable en el caso del Parque Natural de la Montaña Palentina.
Así que, aprovechando el fin de semana y el buen tiempo que parece que nos va a acompañar, se plantea como una oportunidad de acercarse al pequeño parque natural del Monte, para dejarse sorprender por la berrea… la de los ciervos.
No hay selección natural de animales, cruces endémicos, es eso de animales para ese recinto, falta de ejercicio, hay alguien hay que piense en algo? O con encerrarlos y darles comida creen que ya vale?