ruben díaz “El club de los ofendidos

Baloncesto base en Palencia

Seguimos en esta nueva temporada en la que ya llevamos unas cuantas jornadas de competición autonómica y escolar, pero con gran parte de los mismo debes de siempre.
Siempre hay muchas cosas positivas como volver a encontrarse con personas de otros clubs, darse un abrazo y preguntarse un ¿Qué tal estás?
Yo creo que es lo bonito y lejos del color de cada camiseta, deberían primar las personas. Sin ir más lejos, el otro día me encontré con un padre en la cola de la panadería y me dijo ese “¿qué tal estás? Su hija ya no sigue en la práctica del baloncesto después de muchos años por diferentes motivos externos y tras una breve charla me dijo “aunque ya no estemos en esto y se eche de menos, nos seguiremos viendo por ahí, que más da si lo que importa son las relaciones y más lejos de un color de la camiseta, hemos vivido mucho para dejarlo olvidar o tener rencor a nadie”.
En muchas ocasiones ese rencor pudre las relaciones y parece que sale el “club de los ofendidos”, pero ¿ofendidos de qué? Se molestan por llamadas a jugadores de su club para irse a otro, poner a caldo a los que no opinan igual, se quejan del adoctrinamiento deportivo de los otros clubs, quejarse de un poco protagonismo social…pero en gran parte de los casos, muchos hacen los mismo.
Como muchas cosas en la vida, les hace falta hacer una pausa para tomar un café y no hacer una montaña de un grano de arena. Cierto es que cada uno es como es, pero ¿qué se hace por los demás sin esperar nada a cambio? Yo mismo he podido comprobar mediante esta sección u otras que cuando se pide ayuda o colaboración, siempre responden los mismos al mail que se manda, eso sí, luego son todo quejas y chismorreos de que solo salen los de siempre.
Siempre intento expresarme sin ofender y mucho menos sin señalar a nadie de forma pública, para hacerlo de manera privada ya está el teléfono y poder poner cosas en común. Pero parece que se está obligado a no ofender, aunque es probable que se ofenda quien quiera, pero cuando todo va “según lo previsto” o las palabras son con cariño, esas mismas personas ofendidas ya no escriben o chismorrean para decir algo de manera privada o pública, parece que se está obligado a realizarlo o edulcorar su realidad, lejos de ser duro con las palabras.
Sinceramente, a mí lo que no me gusta no lo sigo y prefiero centrarme en lo positivo de las cosas, las cosas negativas y sumado a un enfoque partidario o subjetivo, no hace más que llenarnos la mochila de piedras y que cada vez pese más en nuestro día a día.
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