Sentido común
Siempre he pensado que las administraciones en general deben trabajar para hacer más fácil la vida a los ciudadanos, pensar en el bien común y saber anticiparse a los problemas que puedan surgir en el desarrollo continuo de cada territorio, así como resolverlos cuando estos se presentan que, por desgracia, suele ser muy a menudo.
Las administraciones igualmente en todo momento, dentro de la ley, deben favorecer y facilitar la actividad empresarial que es, en definitiva, la que crea empleo, fija población y genera riqueza en una zona. Deben saber interpretar las normas bajo unos principios básicos: la legalidad y el algo tan simple, pero a veces escaso, como es el sentido común.
Por su puesto que nadie dijo que esto sea fácil, incluso diría que tal y como están las leyes y la coyuntura socio-política actual resulte complicado, pero no es imposible ni mucho menos, se requiere de grandes dosis de voluntad y dedicación. Qué importante y necesario es que cuando se toman decisiones o medidas, tener conocimiento de las consecuencias y de las situaciones reales en las que se vive, en definitiva, tener los pies en el suelo y un sentido justo y lógico de las cosas.
Posiblemente dentro de las administraciones, a medida que vamos subiendo en su ámbito territorial y competencial y pasamos de la Local, para mí la verdadera gestora del día a día de un ciudadano y la que realmente conoce los problemas reales de nuestros vecinos, y pasamos a la Regional y, por su puesto a la Nacional, se va perdiendo esa claridad de ideas y ese sentido común al que antes me refería y que, sin duda, es el sentido más necesario a la hora de gobernar y legislar…
¿Por qué os cuento esto? Pues porque vivimos atónitos los últimos días a una subida de la luz desproporcionada e ilógica. Hay productos básicos y muy necesarios como la luz que deberían estar mucho más garantizados y controlados por parte de nuestros gobernantes, con independencia de la ideología. La luz es algo que nos afecta a todos, especialmente a la masa productiva, conozco empresas que para producir requieren de mucho consumo energético y sus costes han subido de manera descontrolada sin que vean una estabilidad clara en el horizonte temporal y así es difícil producir, ser competitivo, avanzar, crear riqueza y lo que es peor, es difícil crear empleo.
Si hablamos ya de la Administración Europea veo aún más lagunas y falta de criterio y, sobre todo, sentido común. Siempre he defendido la Comunidad Europea y que la unión entre estados nos hace más fuertes, pero también hay que ser críticos y constructivos en nuestros pensamientos. El tratamiento europeo que se ha hecho de la pandemia ha sido muy deficiente e incluso insuficiente. La vacunación y las normas de actuación para los estados miembros no han sido claras ni contundentes, no se han defendido los derechos de los estados miembros y se han visto unas carencias de liderazgo y, sobre todo, de saber gobernar. No se ha visto una comunidad unida y con protocolos únicos.
Qué importante es tener unos dirigentes con los pies en el suelo y con mucho sentido común.
Feliz mes de septiembre y felices fiestas.