Por Sergio Lozano Blanco
Como muchos de vosotros sabéis, al haber estudiado Económicas muchos amigos y conocidos me suelen consultar dudas o comentar situaciones de índole económica o financiera que les ocurre en su vida diaria. Pues bien, os cuento esto para recordaros lo importante que es leer la letra pequeña de los contratos o préstamos que firméis.
Recientemente un cliente y amigo me llama y me dice que quiere cancelar el capital vivo pendiente (1.000€) de un préstamo que firmó hace casi 5 años (3.000€), en un momento de tensión de tesorería para refinanciarse, y que al estar mal de liquidez tuvo que firmar al 9.45% (rozando la usura) con una entidad “líder en España” pero que como casi todas, se tiran al cuello cuando más falta hace su ayuda.
Dos años después, cuando empieza a ver la luz, llega la pandemia por el maldito Covid y se ve obligado a firmar un préstamo ICO Liquidez que lanzó el Estado para ayudar a “subsistir” a las empresas que tenían que dejar de trabajar total o parcialmente. Hasta aquí todo normal (o medio normal porque el 9.45% roza lo alarmante con un Euribor del 0%), pero dos años después de firmar el ICO Liquidez (y casi 5 del préstamo de refinanciación), una vez levantadas las restricciones y una vez recuperada casi totalmente la actividad de su negocio, consigue con mucho esfuerzo alzar el vuelo y juntar una pequeña cantidad para poder cancelar el capital vivo pendiente (1.000€) del préstamo que firmó hace casi 5 años. Cuál es su sorpresa que el Banco le dice que como firmó hace más de 2 años un ICO Covid Liquidez de 6.000€, el cual paga religiosamente al tipo del 1.5%, no puede cancelar los 1.000€ que le quedan vivos al 9.45% de interés con el dinero generado con su trabajo este verano hasta que no cancele los 4.500€ del ICO Liquidez al 1.5%… surrealista (no sé donde pueden ver especulación o mala praxis).
Es decir, que tiene que seguir pagando un tipo de interés del 9.45% abusivo que firmó en un momento difícil con tensiones de tesorería, por haber firmado un préstamo que casi le metieron por los ojos -pintándoselo todo muy bonito- para poder seguir semi-abierto y así intentar no cerrar, ni despedir a ningún trabajador. Yo me pregunto ¿esto es ayudar a una empresa?
Otro sinsentido de este “sistema” que lejos de usar el sentido común, a menudo cierra los ojos y para prevenirse de las personas y empresas sin escrúpulos y especuladoras (que las hay) pagan justos por pecadores. Pues bien al firmar el ICO Liquidez NUNCA le informaron que no podría cancelar otros préstamos en el futuro hasta no terminar de pagar el ICO.
Consultados a varios bancos me dicen “que sí, que nadie lo sabía, que nadie lo ha explicado pero que en la letra pequeña debía decir eso al firmar los dichosos ICO Liquidez, pero que nadie cae en leerlo o en explicarlo”. Así nos va, lo importante es salvar el momento y vender o “salvar el culo”…
Al hilo de tener claro lo que se firma o contrata, os cuento. Hace 19 años compré una pequeña vivienda y barnicé 5 puertas de madera nuevas que adquirí con una empresa palentina, la cual hizo un trabajo excelente, rápido y creo que económico: 345€. Cuando por fin me llegó la puerta que me faltaba (similar a las otras) intenté barnizarla con la misma empresa palentina y al encontrarse cerrada por vacaciones tuve que recurrir a otra del sector. Como por 5 puertas me habían cobrado días antes 345€ pensé que barnizar la puerta que me faltaba costaría unos 70-90€ como mucho, por tanto no pregunté el precio ni pedí presupuesto. Cuando fui a por ella me cobraron 300€, cuatro veces más que la primera empresa… Atónito me quedé y fue entonces cuando aprendí que siempre hay que preguntar y cerrar los acuerdos para que luego no te lleves sorpresas.
Sean felices y cuidado con lo que firman.