El municipio de Barruelo alcanza casi la quincena de jornadas en las que ha tenido que cortar el suministro durante la noche para recuperar los depósitos
Con racionamiento y razonamiento. Así ha tenido que dejar fluir el agua desde los depósitos principales del municipio el Ayuntamiento de Barruelo de Santullán a las localidades de Barruelo, Porquera y Cillamayor “conectadas a través de una misma línea” de tuberías, explica el alcalde del municipio, Cristian Delgado.
La sequía y el aumento de la población durante este verano ha provocado que los depósitos de agua que abastecen a estas localidades no se recarguen como otros años. Por ello, desde el 11 de agosto se tomó la determinación de cortar el suministro del agua durante las noches. 12 horas de reposo, de 20 a 8 horas, para que toda el agua que entrara desde el Rubagón y los acuíferos a los aljibes fuera suficiente para pasar el día siguiente. “Nuestra prioridad es mantener el servicio y el abastecimiento durante el día”, argumenta Delgado. Hoy se ha publicado un nuevo bando que dejará sin agua a sus vecinos otras 12 horas.
Así que el 11 de agosto comenzaron los cortes selectivos en estas zonas. Ya antes, el Ayuntamiento había avisado a sus vecinos de que hicieran un uso racional del agua, “a través de la ordenanza del buen uso del agua”, recuerda el regidor. La mayoría hizo caso, limitando el agua consumida “pero una pequeña parte no”. O al menos no se adaptó a la nueva situación la de este año de carestía hidráulica. Siguieron haciendo la vida que habían desarrollado en veranos anteriores. Porque lo cierto es que no hay un gasto superior al de otros años, sino una falta de ingresos hídricos.
Aunque sí hay que reconocer que cuando se ha abierto la mano -“una noche en este período no cortamos el agua”, señala Delgado- la sorpresa fue mayúscula, y no por positiva: “En una noche, en esa noche, volaron 200.000 litros”, lo que supone la mitad del gasto de un día completo, se lamenta el alcalde. Así que no se ha vuelto a abrir el grifo de madrugada.
“Han debido de poner multas porque la gente regaba jardines, plantas, huertos… yo que suelo tener todos los años flores y verde… este año lo tengo todo seco. Pero otra gente no”, comenta a Palencia en la Red un vecino de Barruelo.
Mejoras en la red hídrica.
Lo cierto es que, desde hace años, Barruelo no sufría cortes tan importantes de suministro de agua en verano. La última vez, estima el alcalde, “en 2016 o 2017”. Pero entonces, a la falta de lluvias se unía una red de abastecimiento en muy mal estado e innumerables pérdidas por el camino. “Desde que entramos, hemos hecho un esfuerzo inversor, con la colaboración de la Diputación, tanto en obras de emergencias como en Planes Provinciales, para renovar la red y evitar las pérdidas”.
Además, si Barruelo tenía un depósito principal de un millón de litros, recientemente se recuperó otro antiguo, modernizándolo que sirvió para aumentar la reserva bruta hasta el 1,7 millones de litros. “Nos decían que no íbamos a tener problemas de cortes nunca más”.
La capacidad es óptima. El transporte del agua hasta los hogares, renovado… pero el problema es que este verano no entra agua suficiente para abastecer a una población estival como la que tiene el municipio de Barruelo. “Hablamos de unos 400.000 litros cada día, a una media de 100 litros por persona y unas 4.000 personas que hemos podido tener en el pueblo este verano” que recuerda al de 2020, según el primer edil, en el que la población y el teletrabajo atrajo a muchas personas al municipio minero.
Pero es que para llegar a esa entrada de agua de 400.000 litros se la ven y se las” desean. “Es que no ha llovido, y los acuíferos no se han recargado”, explica Delgado. “Está todo tan seco, que los árboles ya han comenzado a tirar la hoja, como si fuera otoño.
Con cisternas.
Aunque Barruelo, junto a Porquera y Cillamayor han sido las localidades donde las restricciones hídricas han sido más llamativas, lo cierto es que son muchas las localidades palentinas que también han sufrido cortes. Sin ir más lejos, la vecina Brañosera, donde también se ha aplicado el descanso de los depósitos durante el verano.
En otras localidades del propio municipio de Barruelo, se ha tenido que recurrir a las cisternas para abastecer a esos núcleos. “Pero lo de las cisternas no sirve para Barruelo. Una cisterna te puede traer 30.000 litros. Eso lo echas en el depósito de Barruelo y ni lo nota”, indica el regidor barruelano.
¿Y los vecinos?
Ante todo, comprensión. “Es lo que hay. No ha llovido, no ha nevado este año… y no hay agua. Y creo, que las medidas que se han tomado, aunque son incómodas, son las oportunas”, explican desde el Bar El Tomillo, donde resaltan que en estos días la población del municipio se “triplica y cuadruplica”.
“Es un fastidio. Sobre todo, en negocios como el mío, que es un bar de copas, por la noche. Abro a las 19,30 horas y a las 20 ya no hay agua. Esto ha hecho que haya tenido que comprar más vajilla para todo el servicio, y que tenga que guardar todo en cajas para lavarlo al día siguiente”, apuntan desde el bar Otro Sitio.
¿Y en lo personal? Un vecino de Barruelo lo explica claramente. “Nos hemos acostumbrado. No es cómodo. Y, por ejemplo, cuando llegas a casa después de trabajar y quieres asearte, tienes que tener un cubo con agua, para hacer lo mínimo y dejar la ducha ya para el día siguiente. Hay que ser un poco previsor”, asume.
El caso es que tanto desde el Ayuntamiento como desde la ciudadanía esperan que, con la reducción de la población en los próximos días, con la finalización de las vacaciones, el consumo de agua baje notablemente.
Aunque la preocupación no remitirá hasta que las lluvias y la nieve aseguren que la comarca no vuelva a pasar sed.
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