El escritor palentino, Asier Aparicio, saca a la luz su nueva obra 'Juan II (El Rey que no pudo amar)', en la imagen en el monasterio de Calabazanos junto a la escultura de Gómez Manrique. / Brágimo (ICAL)

El escritor palentino, Asier Aparicio, saca a la luz su nueva obra ‘Juan II (El Rey que no pudo amar)’, donde Calabazanos cobra especial relevancia

David Herrero / ICAL

El afecto interesado de Álvaro de Luna, la dependencia de Juan II, las ambiciones de los infantes de Aragón y de las grandes familias castellanas, como los Mendoza, los Alba o los Manrique -con su sobrino Jorge, cuyas famosas Coplas será mejor entendidas-, conjugados con tierras y localizaciones muy cercanas y con gran relevancia histórica, como Calabazanos (Palencia), dan forma a ‘Juan II (El Rey que no pudo amar)’, la nueva creación del escritor palentino, Asier Aparicio. Se trata de una obra de teatro dividida en tres, al más puro estilo de Shakespeare, en la que se recoge el reinado de este monarca, el padre de Isabel ‘La Católica’, y los vaivenes de su mandato.

Sin serlo, pero con todas las papeletas para ello. Y es que, la obra podría erigirse como precuela de la serie televisiva ‘Isabel’, dado que encaja perfectamente en la misma, al apuntar que en la tercera obra de teatro aparecen los personajes de la pieza audiovisual, de ahí que sirva de enlace para aquellos que quieran ver la primera temporada de la serie, cuya propuesta cuenta la historia de sus padres, es decir, lo inmediatamente anterior, aclara.

Aparecen localizaciones palentinas, como Calabazanos, una ubicación de “gran importancia”. Además, lo sorprendente es que cuando investigaba para esta historia, uno descubre que hay fortalezas, castillos y conventos que “siguen estando ahí y son el epicentro de todos estos hechos”.

Tal es así que Calabazanos es donde se casa Álvaro de Luna, quien puntualiza que después la familia Manrique tiene sus feudos especialmente en Palencia, los cuales están inmersos en las guerras que hay durante el reinado de Juan II, por lo que deja patente la importancia tremenda que desempeñaron.

El escritor palentino, Asier Aparicio, saca a la luz su nueva obra ‘Juan II (El Rey que no pudo amar)’, en la imagen en el monasterio de Calabazanos. / Brágimo (ICAL)

“Creo que es necesario que conozcamos nuestra historia, porque tenemos una riqueza tremenda y a mí me da mucha rabia que no la conozcamos”, asegura, al mismo tiempo que reconoce que su intencionalidad con estas lecturas es que todos aprendan de “nuestra historia y de nuestra tierra” en una fórmula popular de ‘barrer para casa’.

Amor y amistad

Aparicio traslada a la Agencia Ical que lleva tiempo con la idea en la cabeza de reanudar la línea temporal de ‘Las voces y las piedras’ (Castilla Ediciones), y, como en aquella novela, resucitar las pasiones subyacentes del legado histórico.

Al respecto del por qué Enrique no pudo amar, el escritor palentino detalla que existe una relación “muy ambigua” con su valido, Don Álvaro de Luna, aunque luego fuera ajusticiado por el mismo rey.

Caracterizada por una tendencia marcada por favores y otros intereses, se trata del único noble que apoya la “monarquía de verdad” y quiere que tenga un carácter “potente”. Esta relación no era bien vista por el resto de los nobles de alrededor, la cual es criticada y le llegan a califican como el “puto del rey”. “No sé sabe hasta qué punto había amor, pero lo que de verdad existía era apego y un vínculo tremendo entre Don Álvaro de Luna y Juan II, más que un tema sexual por el que hubo cantares”, comenta.

Es por ello que pese a ser una especie de amigo del alma, no pudo amarle porque todo el reino le pidió que le abandonase y que dejase tirado a Álvaro de Luna. Y es que, de hecho, al final le acabó ajusticiando, y eso que es su amigo del alma, afirmó irónicamente Asier Aparicio.

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