El V batallón de la UME con sede en León, rastrea la Albufera en la localidad de Masanasa en busca de desaparecidos / Eduardo Margareto (ICAL)

Mediante batidas a pie, con la ayuda de kayaks y con los perros, peinan un área en Massanasa (Valencia), a donde fueron arrastrados cientos de vehículos y numerosos efectos humanos y de viviendas camino del Mediterráneo

Juan López / ICAL

El V Batallón de Intervención en Emergencias de la UME, con sede en Ferral del Bernesga (León), rastreó hoy la zona de La Albufera de Valencia, concretamente en un área que corresponden al término municipal de Massanasa. Lo hace con la idea de encontrar a parte de los casi cien desaparecidos que ha provocado la Dana de la semana pasada en la Huerta Sur de la provincia valenciana, después de que se hayan confirmado ya más de 200 fallecidos. Hay indicios para pensar que allí podrían hallar cuerpos. Mediante batidas a pie, con la ayuda de kayaks y con el equipo cinológico, los integrantes de la UME peinan un área a la que fueron arrastrados cientos de vehículos y numerosos efectos personales y restos de viviendas, con la fuerza de una riada que los lanzó por encima de la autovía V-31, conocida como Pista de Silla, siempre a camino del Mediterráneo, en busca de una salida natural.

Un equipo de Ical, llega a la zona en compañía de la UME. Es complicado acceder, por estrechos caminos semiasfaltados, en un paraje en el que la Rambla del Poyo, ahora mundialmente conocida, divide La Albufera en dos, hacia el norte y el sur. Es hacia la primera donde se ha dirigido toda la bravura de la riada, donde los coches están volcados en campos de naranjos y el arroz alberga, con grandes cantidades de agua y fango, miles y miles de objetos solo frenados por algunas ramas de la acción del viento. Un camión se cruza y alza las patas de su grúa para tirar de dos coches semienterrados bajo la huerta valenciana. Hay muchos más, el trabajo en esta otra zona también será arduo.

Pero una vez más, la UME se abre camino para ayudar, como el resto del operativo desplegado en Valencia estos días. Pero estos militares transmiten tranquilidad. Algunos familiares de los desaparecidos se han dejado ver por la zona y así lo trasladan: hay posibilidades de encontrar a estas personas para poder otorgarles un final digno de su vida. Otros muchos pueden estar ya más allá de la playa del Saler. Ayer mismo, la Guardia Civil encontró tres cuerpos a escasos metros de donde hoy trabaja la UME.

“Estamos desplegados en una gran área, divididos en varios sectores, con una búsqueda lineal”, apunta el capitán Adrián Vives, quien admite que “nunca había visto” una catástrofe natural de esta envergadura.

La inteligencia del perro

Nada más llegar por los estrechos caminos que dominan La Albufera, una zona natural de excelencia en la Comunidad Valenciana, Vives resume el informe de trabajo entre sus compañeros, mientras observa en una gran pantalla las imágenes que envía el dron que están manejando para visualizar la zona. Pero es Uruk, un perro de raza Pastor Belga Malinois, el más querido entre el equipo. Se trata de un can especializado en la búsqueda de cadáveres, el primero que encontró un cuerpo sin vida, el pasado sábado, en La Alcudia. También se encuentran otros tres perros para vivos que, de momento, no han tenido suerte.

El V batallón de la UME con sede en León, rastrea la Albufera en la localidad de Masanasa en busca de desaparecidos / Eduardo Margareto (ICAL)

“¡Uruk! Ven bonito, sigue por aquí!”, le ruega el brigada Jesús Monjardín, uno de sus entrenadores, quien relata que primero es el ojo humano el que revisa cada zona, por cuadrículas, para no solapar el trabajo, y “más tarde el animal profundiza en aquellas áreas en las que existan indicios, en los que se detiene y ladra sin parar”.

“Allí, el perro marcó”, que es el concepto que utilizan los militares de la UME cuando el animal huele algo que podría vincularse con una persona fallecida. En ese caso, sostiene, el cuerpo estaba bastante enterrado por el fango. “Después de que el perro lo encontrara, tuvo que entrar la maquinaria pesada y entramos en forma de guerrilla”, expone el brigada, acompañado de otros tres compañeros del equipo cinológico.

Junto a ellos, informa Vives, un pelotón de Intervención en Emergencia Natural (PIEM) de la UME, con 18 militares, además de una sección del grupo técnico Canarias y otra de la Brilat, que ayudan en estas tareas, al igual que un equipo de Policía Militar y el de drones.

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