David Herrero / ICAL
Trabajo, sacrificio y técnica convierten a la la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (PAPEA) y a España en un referente a nivel europeo y mundial en paracaidismo militar. El segundo jefe de la PAPEA, el teniente Oumar Cheikh (Gran Canaria, 1982), explica a la Agencia Ical que ingresó en la unidad en 2019 y atesora a sus espaldas cerca de 180 saltos. Señala que su función no se centra en competir o realizar lanzamientos diarios, ya que se ocupa de coordinar todo los ejercicios y el trabajo desde tierra. Pone en valor la importancia de mantener unas aptitudes psico-físicas, donde todo los entrenamientos y cursos se orientan a perfeccionar la operatividad y garantizar la seguridad de los integrantes de la patrulla, conformada por militares del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas y de la Escuela Militar de Paracaidismo.
¿Cuáles son las misiones de la PAPEA?
Se creó en 1978 y entre sus primeras misiones incluía representar a España y al Ejército del Aire en exhibiciones y competiciones de paracaidismo, ser la unidad de prueba y experimentación de paracaídas y conformar la base del Equipo Nacional de Paracaidismo seleccionando al personal idóneo.
¿Alto nivel competitivo?
Además de participar en la modalidad militar, tras representar varios años a la selección nacional de paracaidismo militar, también lo hace, al ganase el puesto, con su representación a la selección nacional civil de paracaidismo en las competiciones internacionales.
¿Quién forma a la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire?
La PAPEA, como unidad militar, está conformada por personal de Zapadores y de la Escuela Militar de Paracaidismo. Nosotros seleccionamos a los mejores paracaidistas de estas dos unidades para conformar el equipo. Seguimos siendo militares a todos los niveles y mantenemos nuestros rangos, pero, dentro del equipo, se divide en varias categorías con una especie de organización propia. El personal va destinado a cumplir sus funciones en la patrulla, por lo que el militar en cuestión sigue siendo de la unidad que proceda, pero pasa a servir con nosotros.
Diferencias con otras unidades de paracaidismo…
El Escuadrón de Zapadores Paracaidistas es la Unidad de Operaciones Especiales del Ejército del Aire, quienes tienen sus misiones asignadas, pero entre ellas no está realizar exhibiciones aéreas. Por su parte, la Escuela Militar de Paracaidismo es la que forma a las unidades de los diversos ejércitos, Guardia Civil y otros cuerpos internacionales, pero tampoco realiza exhibiciones como hacemos nosotros, con la PAPEA.
¿Qué significa su pertenencia a la unidad?
Adoro el paracaidismo y es una forma de vida. El hecho de pertenecer a esta unidad es un orgullo y un honor. Para entrar en la patrulla hay que tener voluntad, pero el hecho de integrarse en ella no depende solo de la voluntad, porque hay que cumplir una serie de capacidades y requisitos, además de demostrar determinadas aptitudes paracaidistas.
¿Cuántos saltos lleva a sus espaldas?
Al ser el segundo jefe de la patrulla, no tengo un perfil de competidor y los numerosos no son los mismos. Ingresé en 2019 en la PAPEA y tengo unos 160 saltos realizados aproximadamente, porque mi principal función no es competir ni saltar.
¿En el cielo todos los días?
Algunos de los competidores sí que tienen entre sus funciones mantener una actitud de excelencia en el paracaidismo y estar así preparados para esas misiones de mayor riesgo y fatiga. Suelen realizar una media de entre cinco y ocho lanzamientos diarios, al llegar a cifras cercanas hasta los 500 saltos anuales.
¿Una pasión imprevista?
Descubrí este mundo dentro del Ejército y mi primera experiencia fue cuando estuve en el Cuarto Curso de la Academia de Oficiales. Dentro del plan de estudios pude realizar el Curso Básico de Paracaidismo, con un salto de altura de unos 400 metros. Tras ello, observé que eso era para mí y adoraba el paracaidismo. Cuando tuve la oportunidad de elegir destino por mi nota, no me lo pensé y elegí la Escuela Militar de Paracaidismo e integrarme como profesor. Me ha permitido realizar más cursos y perfeccionar, no me aburro.
¿Recuerda el primer salto dentro de la unidad?
Fue muy emotivo, por el hecho de poder vestir esos colores y utilizar un paracaídas de la unidad, que tiene unas prestaciones técnicas superiores, además de realizar una disciplina más deportiva. Es una oportunidad increíble. Es la cúspide del paracaidismo militar.
¿Qué siente en el aire?
Pura libertad. Estoy continuamente soñando que vuelo y soy un pájaro. El hecho de salir al aire y poder disfrutar de esa libertad, de la caída libre y de la navegación que va al lugar al que desea. Cuando se cae hay mucho ruido y velocidad, pero todo se convierte en paz y armonía una vez que se abre el paracaídas.
¿Miedo o respeto?
La primera vez que salté no tuve miedo. Es verdad que se te puede pasar por la mente ciertas cosas, pero la realidad es que la Escuela Militar imparte una enseñanza tan orientada a llevar a cabo un salto seguro. Lo que uno siente en esos primeros saltos es nerviosismo, porque lo único que tiene que hacer es pensar que lo debes realizar, todos los pasos y tareas antes, durante y después. No hay momento para el miedo.
¿Requisitos y preparación?
Simplemente para ser paracaidista militar se tiene que mantener una aptitud psico-física, que corrobora unos chequeos médicos anuales muy intensos. A nivel de instrucción, estamos continuamente poniendo por delante la seguridad, con el seguimiento de los planes de instrucción del personal. El objetivo es mantener siempre al día aptitud paracaidista.
¿Saltos coordinados con tierra?
Para realizar un salto necesitamos que estén en tierra unos controladores, los denominados Controladores de Combate (CCT). Son los que preparan la zona, designan el lugar y realizan sondeos meteorológicos. Inflan un globo con helio y realizan un tipo de sondeo para analizar las diferentes capas de viento en altura y así poder orientar a la aeronave en relación a cómo tiene que realizar el lanzamiento.
La importancia del viento y los cálculos
Hay que hacer un cálculo muy exacto desde tierra y desde el aire. Los CCT comprueban la intensidad y dirección del viento y son conscientes de las limitaciones que tienen los saltadores y sus paracaídas. Si hay una intensidad superior de viento a la que se haya establecido, el lanzamiento no se puede realizar. Sin viento en altura, la salida de los saltadores será justo en la vertical, pero si hay viento en varias capas, los saltadores puede que salten a 600 metros de la zona de aterrizaje. Ya que la deriva del viento les moverá hacia esa zona.
¿Qué función realiza como segundo jefe de la PAPEA?
Los jefes nos quedamos en tierra coordinando toda la actividad. Para realizar el lanzamiento, hay que asegurarse de que los medios son los correctos, que los CCT no tienen ningún problema, que la ambulancia está en zona o que la megafonía está operativa. Y es que, los jefes solemos hacer también se ‘speaker’ para que los espectadores entiendan todo.
¿Algo que envidiar en comparación con otras unidades internacionales?
Para nada. España es un referente a nivel europeo y mundial en paracaidismo militar. No solo en el ámbito deportivo y competitivo, sino también en el área de la enseñanza. En la Escuela Militar recibimos militares de otros países y llevamos a cabo cooperaciones bilaterales.