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El resto de grupos, algunos cambiado su voto de la aprobación inicial, como VOX y PP, votan en contra del texto que ya había resuelto las 40 alegaciones presentadas

La escenificación de la ruptura. Aunque los rifirrafes en el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Palencia entre los dos socios, CS y PP,  han existido a lo largo del mandato pero se han lavado dentro de casa, y que la relación tuvo momentos tensos hace unos meses, ha sido esta tarde, en el Pleno Municipal convocado de urgencia, cuando ha quedado bien claro que en lo que queda de mandato, cada parte del equipo de Gobierno luchará por su cuenta.  Ya no hay equipo y cada uno paga sus cañas.

Porque Ciudadanos, el grupo del alcalde, Mario Simón, se ha quedado solo sin el apoyo del PP, el grupo con el que comparte la mesa presidencial del Pleno, a la hora de votar a favor la aprobación definitiva de la nueva Ordenanza de terrazas. Una Ordenanza a la que, en su trámite de aprobación inicial los populares de Alfonso Polanco sí dieron el sí, lo que sumado a la abstención en febrero de Sonia Lalanda (VOX) y al uso del voto de calidad del alcalde, dieron el impulso a la normativa a expensas de las alegaciones que se presentaran.

Alegaciones que sí hubo, hasta 40, dando respuestas a muchas que hacían referencia a la separación y espacios libres que debían mantener las terrazas para los itinerarios de accesibilidad. Una modificación que se iba a incorporar en el texto que se llevaba a aprobación definitiva. A otro grupo, menos numeroso de alegaciones, no se las tuvo en consideración.

La concejala de Ciudadanos, Carolina Gómez, cuyo departamento ha llevado el peso de la elaboración y reelaboración del texto destacó la coherencia de su grupo al defender al sector de la hostelería y del empleo que genera, así como la evolución de la ciudad con una ordenanza que sustituía a otra  “poco menos que de la Edad Media”.

Justificación de los Votos.

Ganemos y PSOE mantuvieron su voto negativo -con respecto al pleno de febrero-, al entender los primeros que ya era hora de recuperar el uso del espacio público para los ciudadanos como recalcó su portavoz Sonia Ordóñez. Miriam Andrés, por el PSOE, justificó su negativa en que “después de las restricciones, las terrazas covid se tendrían que haber quitado” y en que “es un gran clamor social la dejación que este Ayuntamiento ha hecho de las prescripciones que se han hecho. De Horarios, de limpieza… Un cierre de ojos absoluto. Se ha hecho lo que le ha dado la gana a cada uno”.

Sí cambió su parecer Sonia Lalanda, de Vox, que en febrero se abstuvo y hoy votó en contra. En los tres meses desde la aplicación, aseguró, han “pulsado opiniones de hosteleros y ciudadanos. Está claro que esta ordenanza no le gusta a nadie”. Además, Lalanda relató que el Ayuntamiento “ha llenado la ciudad de tablados, de ratas, y han conseguido la estética cutre del palé”.

Del mismo modo, aseguró que, dado que el Equipo de Gobierno no ha cumplido con su labor de vigilancia del cumplimiento de la normativa (“podían haber quitado alguna terraza que no cumplía, porque el grueso sigue abiertas los fines de semana pero cerradas el resto”), lo acusó de “falta de lealtad” y se consideró liberada de cualquier compromiso. “Hay caos en convivencia en la ciudad. Algo inaudito en Palencia. Enfrentar a los Hosteleros con los vecinos. No nos vamos a tirar por este precipicio con ustedes”.

Ya con este voto en contra, la Ordenanza no tenía posibilidad de salir adelante. Pero la puntilla llegó con el voto del Partido Popular, cuyo portavoz, Alfonso Polanco, rechazó hacer uso del primer turno de palabra. “Me hubiera gustado oír al portavoz del PP. Anda que si ahora el PP vota en contra”, ironizó la socialista Andrés cuyo grupo es el último en hablar por tener más concejales.

Y votó en contra.

Y posiblemente Andrés supiera por dónde iban los tiros, porque Polanco tomó la palabra en la siguiente ronda para justificar la razón de que el PP diera un paso atrás y no defendiera una Ordenanza ya perdida, pero a la que había dado su apoyo en febrero.

Comenzó Polanco justificando que el texto estaba lejos de la cooperación que debiera tener y que generaba y no difuminaba la inquietud. “No lo hemos conseguido y el espíritu de la norma debería tener el consenso de los afectados. Empecemos por reconocerlo”.

En ese punto, retomó su exposición en el pleno de febrero. “Entonces dije que había que devolver la dignidad a muchas calles de la ciudad, controlar los ruidos, convertir la ciudad en una ciudad dinámica, alegre y respetuosa” y aseguró que dieron su apoyo porque el Alcalde, “jefe de la Policía Local”, dio su compromiso para que “en un mes desde la publicación de la Ordenanza las que no cumplieran se retiraran. Que se cumplieran horarios, ruidos con el compromiso de que sean desmontadas por potestad subsidiaria. La responsabilidad será del Alcalde”, releyó Polanco durante el pleno de hoy.

Sin opción de continuidad, Alfonso Polanco señaló que “podemos decir que poco o nada se ha hecho. Estamos igual que en febrero”, dando a entender que “lo más beneficioso para la ciudad” sería dejar pasar esta Ordenanza. “Debe nacer con el máximo consenso”, afirmando que las soluciones que se planteaban en la Ordenanaza no solucionaban los problemas generandos o el “rechazo entre la ciudadanía, sin consenso entre los grupos”.

Por ello, como en una relación de amor de la que se quiere salir, pidió “darse tiempo”. Pero en este caso para elaborar una nueva Ordenanza, ya en el próximo mandato.

Estas palabras fueron aprovechadas por la portavoz socialista, Miriam Andrés, para arremeter contra Ciudadanos pero sobre todo contra el PP, su verdadero oponente en las urnas el 28 de mayo, al que acusó de “no tener un plan de ciudad ni siquiera para las terrazas” y criticó a Polanco de escurrir el bulto. “Para lo bonito se pone en las fotos. Para lo malo…”, recordándole que “es teniente de alcalde” y que su grupo “tiene 9 de 12 concejales. El alcalde solo tiene tres de esos 12”. Le encaró además que “tiene la responsabilidad de la dejación de funciones que ha habido en estas legislatura. Se han retratado ustedes mismos”.

El alcalde.

El convidado de piedra hasta ese momento, el alcalde Mario Simón, líder de Ciudadanos, en su turno de intervención sacó la lista de afrentas y  analizó el desarrollo de esta Ordenanza que “aprobó el pleno de la Corporación y que sin alegaciones hubiera sido definitiva. Ha habido 40 alegaciones, muchas referentes al cumplimiento de las distancias que se incorporan hoy. Sin ellas, la Ordenanza estaría ya aprobada. ¿Qué falla? Cambios de criterio político”.

Además lamentó que se “oiga que Palencia está así por los palentinos. No. Está así por los complejos de muchos políticos que ante la mínima queja o discrepancia, prefieren esos dos votos. Y así nos está iendo”.

Del mismo modo, defendió la Ordenanza abortada de su grupo porque “es importante que Palencia cuente con servicios, con seguridad jurídica para quienes han hecho las inversiones”. Pero, recordó “llegamos a un periodo electoral” y pidió a los candidatos que piensen en su voto de hoy cuando “hablen de dinamizar Palencia, de revitalizar, de apoyar a los pequeños empresarios, a los autónomos”.

Además, en el plano más personal deseó no volver a oir a la concejal de Vox, Sonia Lalanda, que “Palencia se muere. Es porque hay gente que quiere matarla”. Y en cuanto al PP, aseguró Simón que, si hubiera visto el más mínimo interés de su grupo compañero de Equipo de Gobierno por luchar por esta Ordenanza, “la hubiera vuelto a traer al próximo pleno ordinario”. Algo que visto lo visto, no parece que vaya a suceder.

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