El periodista y documentalista palentino, Daniel Landa, expone en el Archivo Provincial fotografías resultantes del recorrido realizado por el continente africano para realizar la serie documental ‘Atlántico’
David Herrero / ICAL
“El punto donde más me ha sumergido en África y también el momento en el que peor lo ha pasado fue en Gabón, cuando me inicié en el ritual del ‘Bwiti’, a partir de la ingesta de una planta determinada con la que alcanza estados interesantes e incluso místicos. Estuve catorce horas en una cabaña para intentar acercarme a su cultura, donde entendí muchas de las facetas africanas que son muy difíciles de explicar si uno no se vuelve un poco africano por un momento”.
Una de las innumerables anécdotas, historias y momentos reseñables que el periodista y documentalista palentino, Daniel Landa, guarda en su mochila o, quizás, en su teléfono móvil, dado que la exposición fotográfica que alberga el Archivo Provincial, resultante del recorrido realizado por el continente africano para realizar la serie documental ‘Atlántico’ y que también da nombre a la muestra, expone imágenes tomadas desde el propio móvil de Landa.
Esto es debido a que la expedición comenzó con cuatro personas, pero se redujo finalmente a dos, por lo que “había que hacer de todo y las tareas se multiplicaban”. El móvil de hoy es como una buena cámara de hace unos años y tiene la ventaja de la inmediatez y de la discreción, aspecto último muy importante en los países africanos, explica en declaraciones a la Agencia Ical.
Dicha muestra, que podrá ser visitada hasta el próximo 30 de junio y enmarcada en la programación del Festival ‘PallantiaPhoto’, se ha convertido en “un puente entre Palencia y África”, en un periodo muy especial, ya que fue durante los momentos previos a la pandemia, así como en la plena eclosión de la misma donde el resto del mundo vivía confinado, pero en estos países la “vida no se detenía”, al demostrar como el continente africano “seguía adelante en aquellos meses”.
Desde el “retrato más personal”, Landa apunta que Angola le sorprendió sobremanera, porque vivieron un país sin turistas ni extranjeros, que se estructura como una especie de escaparate de paisajes realmente sorprendentes. “No sabía de la gran variedad de escenarios que uno es capaz de encontrar en Angola, que se suma ala riqueza cultural y tribal que tiene el sur del país. Es una experiencia completa”, asegura.
Sin maquillajes
Comenta que “siempre huyen del folclore por el folclore”, es decir, de intentar mostrar la imagen de un país a través de rituales que ya se han extinguido, porque se intenta buscar el África actual, quien afirma que lo que queda es “tan fascinante que no necesita maquillajes”.
“Hay veces que nos empeñamos en buscar una foto de una persona en taparrabos para intentar dar una idea de algo muy antropológico, pero la vida de esa persona sigue siendo igual de fascinante, aunque vista una camiseta de fútbol o unos harapos y eso es lo que hay que contar”.
El periodista deja claro a la Agencia Ical que para cualquiera que saque una cámara y quiera contar una historia, África “no es un continente especialmente cómodo”, más cuando uno se aproxima a la zona más ecuatorial, con Camerún, Gabón o el Congo, ya que existen “muchos recelos y es muy difícil sacar un retrato”.
Al final hace su efecto el tiempo, la mano izquierda y muchas horas en la que se intenta conciliar culturas para luego poder retratarlas, aunque primero es 2imprescindible empatizar con su población”, puntualiza.
“Lo que más me seduce es el factor humano, por lo que me exige ese acercamiento y esa empatía, que después consigues rescatar historias humanas muy potentes y emocionantes que no son fáciles de encontrar, aunque de eso se trata, de perseverar para lograr el objetivo”.
Daniel Landa avanza a Ical que se trabaja en una segunda parte, en un ‘Atlántico II’, que acabará de circunvalar el océano por la orilla americana, al llegar hasta el norte con Canadá, Groenlandia, Islandia y bajar por Escandinavia para reservar, en último lugar, el Camino de Santiago pasando por Palencia para finalizar en Finisterre, punto donde empezó esta historia.