Pasión turca Mara Sastre

Aventuras y desventuras de un verano en Palencia

Como cada año intento pasar un mínimo de una semana en Palencia con mis hijos.
Este año, sin embargo, nuestra intención era alquilar una autocaravana y hacer una ruta de aventura por Europa.
Cuando se lo propuse a los niños me sorprendió mucho su respuesta. “Por favor nosotros preferimos estar con los abuelos en Palencia, los países siempre están pero las personas no. Ellos se están haciendo mayores y queremos disfrutarlos”.
Ante una respuesta así, no se me ocurrió rechistar. El vínculo que tienen con mis padres me parece maravilloso.
Así que ahí me encontraba yo buscando cosas para hacer con niños en Palencia.
Lo primero que busqué fue una actividad diaria y que les ofreciera la posibilidad de hacer amigos de su edad.
Saldaña lo tiene bastante bien organizado en ese sentido. Clases de socorrista en la piscina y tenis con unos profesores encantadores y competentes. Por las tardes excursiones varias.
Uno de nuestros lugares favoritos es Riaño. El plan de alquilar una moto de agua, subir al columpio y después darnos un buen paseo a la Cueva de la Vieja del monte es inmejorable. Lo mejor de subir a la cueva es sin duda el mirador.
La Cueva de los franceses me pareció una buena oportunidad para que aprendieran un poco de historia. Yo no tenía ni idea que fue un enterramiento natural de los soldados galos en la Guerra de la Independencia. En la superficie de la cueva se puede ver la pequeña chimenea por donde los tiraban.
Covalagua con su diminuta cascada en esta época del año también nos gustó y no dimos un chapuzón en un pequeño estanque formado por el agua que cae de las montañas.
El Románico tenía que estar presente también así que nos acercamos a la iglesia del Siglo XII en Becerril de Campos.
Una visita muy instructiva, se aprende mucho de astronomía. Para los niños puede resultar tedioso, aunque el poder observar un meteorito de cerca les hizo bastante ilusión. A mí me encantó la réplica del péndulo de Faucault que demuestra la rotación de la Tierra. Al parecer en Palencia tarda 36 horas en dar la vuelta entera. Dependiendo en qué lugar del mundo esté instalado tarda más o menos horas.
Ese mismo día fuimos a comer a Paredes de Nava, al gastroespacio cultural del ovino.
¿Comimos bien? Sí. ¿Lo recomiendo? No. Si vais con niños ni se os ocurra. Nos cobraron más de 40 euros por niño y ni qué decir tiene que no comieron ni un 10% de lo que pusieron en su plato. El único lugar que nos ha defraudado en nuestras aventuras.
Pero sin duda de lo que más hemos disfrutado este año ha sido del cielo de Palencia. Cada noche nos pasamos horas mirando las estrellas.
Con P de perfecto, porque nuestro verano en Palencia está siendo como siempre, casi perfecto.

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