marta palencia con p

Por Marta Sastre Barrionuevo (Periodista / Piloto)

Se habla mucho de los “haters”. Tremenda palabra, de hecho, me he vuelto loca intentando encontrar una traducción que le diera el sentido que merece. ¿Qué es un hater? ¿una persona que odia de manera constante? Desde luego lo que sí me parece es un estado de ánimo poco apetecible.
Se habla mucho últimamente de la autocensura. Estamos en una época en la que nos da miedo decir cosas que no están aceptadas como políticamente correctas. El gran Alexis de Toqueville nos advirtió hace ya más de un siglo en su obra maestra “La democracia en América”.
Gran Visionario, en su viaje a América fue capaz de darse cuenta de esa triste realidad. La única brecha que desde mi punto de vista tiene una democracia. Esta es, comportarnos como una manada de borregos que no tiene pensamiento independiente. Si mi vecino se compra el Iphone 145a yo me compro el 145b. Si los actores de moda dicen que ser de izquierdas es lo que mola eso va a misa, aunque luego viaje a Cuba y vea cómo la gente vive en la miseria más absoluta.
Que como dice mi querida hater, para ser feminista hay que hablar raro, ya saben chica, chico, chique, pues me uno a la tendencia. Pues no señores, y lo voy a decir aunque mi botón de autocensura me esté gritando al oído que me calle.
En cuanto al feminismo déjenme reiterar que aunque le pese a mi estimada “odiadora” me niego a hablar raro y largo para proclamarme feminista. No, mi querida hater, no voy a empezar a decir cosas como les chiques o que todos los hombres son malísimos para que me aceptes. Seguiré pensando que el feminismo es algo más profundo que cambiarle las letras a las palabras y si no que se lo digan a Clara Campoamor que consiguió el sufragio femenino.
Por favor no quiero que piensen que soy de un determinado partido político porque les aseguro que no es así. Simplemente me niego a seguir la corriente de moda para ser feliz. Seguiré pensando que lo único importante es ser buena persona y tener libertad de pensamiento. Eso sí, siempre y cuando no se haga daño a los demás y el respeto sea nuestra máxima. Así que a todos lo haters del mundo les digo que se miren un poco el ombligo y que sonrían más. Con P de pazguatos porque así se comportan los que se asustan de los que nos salimos de rebaño. Y ojo, pazguato no es un insulto, es simplemente una persona que se asusta extraña de cualquier cosa.
Siempre he pensado que el peor de los súper poderes sería ser capaces de escuchar lo que piensan de nosotros. Si existieran los Haterman, la vida sería tan miserable que no existirían psicólogos suficientes. Esperen, los haterman existen y son esas personitas que se esconden detrás de un pseudónimo para criticar a los demás. Por favor seamos más benevolentes, ninguno somos perfectos.

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