Villahán homenajeará este fin de semana a los 16 vendedores y servicios itinerantes que prestan servicio en esta localidad así como en muchas del medio rural de Palencia
O. Herrero
Suena un claxon en medio de la mañana en uno de los muchos pequeños pueblos de Palencia. Aunque la hora es la de ayer, los habitantes agudizan el oído para determinar -debió al tono, la intensidad y la potencia del pitido- qué tipo de servicio ha llegado a su localidad. ¿Es el frutero?, ¿el pescatero?, ¿quizá el carnicero? ¿Será el panadero?, ¿al que le compro yo o el otro? ¿Igual es el bibliobús? No, es el heladero.
Porque en muchas localidades del medio rural palentino los servicios no se prestan en un establecimiento cerrado. De esos con puerta, vitrinas, escaparate… sino casi a la carrera, a pie de carretera, sobre ruedas y tras un intenso pitido que hace reunirse a los clientes alrededor de furgonetas. “Ha llegado el panadero. Panadería…”, anuncian otros con su megafonía mientras recorren las calles del pueblo antes de parar estratégicamente para facilitar las compras a las personas que no pueden o no quieren salir todos los días para hacerse con productos básicos. Ellos son los vendedores y los servicios ambulantes que habilitan sus vehículos para que no falte de nada, o casi de nada, en los pueblos de Palencia.
Un negocio, sí . Hasta se podría decir que trabajan en monopolio: con sus reglas, sus horarios, unos precios ligeramente más altos, pero… cuando los clientes se acercan a la cabecera de su comarca a comprar algo, si tienen medios para hacerlo, ¿a cuánto le sale el producto? De ahí que haya quien los ve, también, como una labor social.
Homenaje del medio rural
Algo que se comprobó y de lo que muchos no eran conscientes hasta la llegada del confinamiento en 2020, debido a las restricciones por el Covid. “Durante los más de dos meses, nos dimos cuenta de que no necesitábamos salir del pueblo para tener de todo”, explica la alcaldesa de Villahán, María de los Ángeles Cantero, localidad que este fin de semana quiere rendir un homenaje “a los vendedores ambulantes que prestan servicios a localidades como la nuestra, de menos de 100 habitantes, todo el año”.
Pero no hay que irse a pueblos tan pequeños para ver cómo el sector de la venta ambulante de productos básicos está incrementando sus destinos. Hoy, por ejemplo, en Fuentes de Nava, un pescatero vendía sus productos desde la parte trasera de una Ford Transit junto al Ayuntamiento mientras los posibles clientes se tomaban un café en la terraza. Hay localidades en los que para facilitar la labor de todos, clientes y vendedores, en determinadas jornadas coinciden a una misma hora y en un mismo espacio aportado por el Ayuntamiento, varios de estos comercios itinerantes, como en Boadilla del Camino.
Falta de rentabilidad de la tienda física
La falta de relevo generacional y también la reducción abrupta de la población en muchas localidades ha hecho que los comercios tradicionales se hayan ido cerrando poco a poco. No son rentables para un solo pueblo. Ese es uno de los puntos que este domingo en Villahán recordarán durante el homenaje que quieren brindar a los vendedores ambulantes que diaria, una o dos veces por semana, de forma mensual, trimestral o semestral visitan la localidad. “Vamos a analizar la historia de Villahán, las tiendas que tuvo y cómo poco a poco se han ido cerrando”, explica Cantero.
Y ante ese cierre, los negocios con ruedas son la solución. De hecho, ya desde hace años, en la Diputación de Palencia, se tiene en mente que esa, la de los servicios itinerantes en los pueblos, es una fórmula para el emprendimiento, por un lado y también para el mantenimiento de la población en los pueblos.
También ha sido la solución por la que se ha apostado en la institución para luchar contra la exclusión financiera y prestar servicios como el bancario en 68 localidades, con una oficina móvil gracias a un acuerdo con Caixbank.
16 vendedores
No visita Villahán esta oficina bancaria móvil, pero sí hasta 16 vendedores ambulantes. “Dos panaderos cada día, el carnicero dos días a la semana, pescatero, frutero, congelados, jamoneros que vienen desde Soria, dos o tres veces al año, embutidos, ferreteros…”. “Gracias a ellos, se da servicio a toda la ciudadanía y eso es lo que queremos agradecerles, el trato cercano que tienen con nosotros, con la gente mayor que sino no podría acceder o tendría que depender de otras personas para hacer su compra”, apunta la alcaldesa de Villahán.
Eso y que, “aunque no vendan nada en alguna jornada, siguen viniendo por si en algún momento algún vecino necesita de sus servicios”
Por ello, este domingo, a las 18,30 horas y dentro de la semana de actividades culturales de la localidad, 13 de los 16 vendedores ambulantes que visitan regularmente Villahán acudirán de nuevo, y esta vez todos juntos y sin hacer sonar el claxon de su furgoneta o de su camión. Llegarán a su ‘mercado’, no para dar, sino para recibir, el homenaje y el reconocimiento de un pueblo que se nutre gracias a ellos y a los kilómetros que hacen, llueva, nieve, hiele o haga calor como este verano y suba o baje el precio del carburante.