El entrenador del Palencia Cristo Atlético habla sobre cómo ha sido su vuelta al cuerpo técnico del equipo palentino
Palencia es tu ciudad y esta temporada has vuelto a ella. ¿Cómo te hace sentir poder estar de nuevo en tu casa?
La verdad que el sentimiento es de felicidad. El poder volver a estar en casa, a trabajar con gente con la que me ha hecho progresar en mi vida, poder estar en el día a día también con mi familia, no tener que viajar… Yo creo que para mí es bonito y es tenerlo todo. Osea que una satisfacción, alegría y tranquilidad.
Además, regresas al Palencia Cristo Atlético y lo haces como entrenador. ¿Qué sentimientos tuviste al recibir la propuesta por parte del club?
Al principio los sentimientos fueron de sorpresa porque yo ya daba por hecho que Gala iba va a continuar y que mi futuro estaba lejos de Palencia otra vez, pero se adelantaron los acontecimientos, Gala tuvo una gran oferta que quiso aceptar y, cuando yo menos lo esperaba, cuando tenía todas las esperanzas perdidas, se pusieron en contacto conmigo. Es una felicidad que la primera opción haya sido yo cuando seguramente habrían tenido mil opciones de entrenadores para venir.
Colgaste las botas hace tres años con el Palencia Cristo Atlético, luego has ejercido en este mismo club de director deportivo, y ahora este año eres el entrenador. ¿Te sientes orgulloso de cómo estás evolucionando en esta profesión?
Parece que fue ayer cuando colgué las botas y ya ha pasado un tiempo. Ese tiempo me ha servido también para formarme, empecé como secretario técnico-director deportivo en el Cristo, luego tuve la oportunidad de ser entrenador, empecé en Guijuelo y luego he estado en Astorga en Tercera División que me ha servido de mucho aprendizaje. Ahora vuelvo a tener la oportunidad en Segunda B.
Voy dando pasos que me gustan, tengo buenas sensaciones y me siento un privilegiado. Espero poder tener la opción de progresar.
¿Y con cuál de esos tres roles te quedas?
Sin duda de las tres, entre director deportivo, jugador y entrenador, me quedo como jugador. Creo que ser jugador, si estás un poco estructurado y organizado es mucho más fácil que las otras dos. El futbolista va a entrenar, lucha por ser titular y lo que tiene que hacer es demostrar su nivel. Pero el director deportivo y el entrenador, están en el medio de todos.
El entrenador tiene que estar pendiente de sus jugadores, de su cuerpo técnico, del club, la prensa, la afición… Es mucho más complejo ser entrenador, al igual que también ser director deportivo, porque tienes que tener visión de mercado, acertar con los fichajes con un presupuesto del que no te puedes pasar. Yo he disfrutado muchísimo más siendo futbolista.
Hay que recordar que una vez prometiste a uno de los socios del equipo palentino que tu carrera deportiva tenía que acabar en el equipo en el que había comenzado, y lo cumpliste en tu etapa como jugador. ¿Has vuelto a hacer alguna nueva promesa?
El hecho de mi promesa fue por una persona. Para mí mi amigo Eugenio fue muy especial en mis inicios en el fútbol. Siempre estuvo pendiente de mí, me ayudó y me dio su cariño. Un día estábamos hablando, charlando y surgió que me gustaría retirarme en el barrio y estar con él y viajar juntos y tomarnos un par cervezas pero, por desgracia, a veces la vida da golpes a una persona joven, a una persona sana y se va y no puedes terminar de cumplir el sueño al cien por cien, porque a mí me hubiera gustado retirarme con él al lado. Era superdivertido y superagradable. Tenía la sensación de que yo tenía que cumplir esa promesa porque se lo había prometido a un amigo y así fue. Ahora mismo no me he visto en la tesitura ni me he visto en esa situación de tener que prometer nada a nadie por algo especial. No quiere decir que el día de mañana no surja la posibilidad.
¿Qué metas te marcas en esta nueva etapa profesional?
En esta etapa nueva las metas que me marco son ir cada día siendo mejor entrenador, estar mejor formado y poder transmitir y extrapolar al jugador todo lo que me han enseñado a mí. Creo que la vida del entrenador es complicada porque ya no depende del día a día, lo bien o lo mal que entrenes, lo bien o lo mal que transmitas al jugador, sino luego hay una parte de incertidumbre que no podemos controlar.
Yo esta nueva etapa la vivo con felicidad porque estoy haciendo lo que me gusta, donde quiero estar, y creo que tengo un grupo de trabajo, mi cuerpo técnico, sencillamente espectacular que me ayuda muchísimo en el día a día y un grupo de chavales increíble, con una ilusión y unas ganas tremendas de demostrar todo el nivel y todo el potencial que tienen.
Si hablamos del equipo que se ha confeccionado este año. ¿Qué valoración haces a nivel global?
En verano hemos trabajado mucho Paito y yo. Lo teníamos claro, queríamos un perfil de jugador entre 20 y 26 años, muchos son conocedores de la categoría, otros vienen de ser importantes en Tercera División y tienen nivel de estar en Segunda B. Estamos felices con lo que hemos firmado porque al final es lo que buscábamos. Ese perfil de jugador joven, con hambre, con ilusión, con buen pie para jugar al fútbol y con ganas de demostrar el gran nivel que tienen en una gran ciudad y en un gran estadio. La valoración global es buena porque creo que tenemos un buen vestuario futbolístico y sobre todo un buen vestuario humano, solo puedo tener palabras de agradecimiento para los chicos por su predisposición, por sus ganas, por su ilusión de trabajar y de ir a muerte con el cuerpo técnico.