El consumo de fármacos trata de paliar patologías producidas por posturas forzadas en los puestos de trabajo, trabajos repetitivos y estrés laboral, asegura el sindicato
El 46,8 por ciento de la clase trabajadora de este país, con una antigüedad de más de 10 años trabajados y con una edad superior a los 40 años, que realizan trabajos de actividad manufactura necesitan consumir bajo prescripción médica o automedicación fármacos relativos a analgésicos, relajantes musculares o antiinflamatorios, indica CGT Palencia en un comunicado.
En concreto, “el 57,8% de la clase trabajadora de España realizan frecuentemente movimientos repetitivos”. A ese porcentaje añadir que dentro de sus competencias laborales lo realizan con posturas forzadas y con cargas pesadas, apuntan. Todos estos “trabajos penosos citados influyen en la vida de los trabajadores en materia de riesgos laborales que acaban repercutiendo en lesiones nunca reconocidas por parte de la patronal camuflando así datos reales en cuestión de absentismo laboral”.
Dolencias laborales como cervicalgias, lumbalgias, tendinitis, lesiones articulares, hernias, etc… “producidas en los puestos de trabajo que acaba repercutiendo en el consumo de medicamentos para poder pasar la jornada laboral. Y en casos teniendo el beneplácito de las mutuas laborales”, critica CGT Palencia.
El sindicato anarcosindilista palentino tiene “una gran preocupación por este tema por las consecuencias que ello conlleva. Tanto por los procesos judiciales para demostrar el origen de las lesiones como también el recelo de costumbre de tomar fármacos diariamente que puede afectar psicosocialmente a la clase trabajadora haciéndoles dependientes de ellos”.
Por ello, el sindicato insta a la patronal, mutuas laborales, Seguridad Social y “cualquier organismo público y privado en materia de prevención de riesgos laborales y prevención que pongan interés en el asunto ya que son los que tienen responsabilidades legales, según la ley, en velar por la seguridad de todos los trabajadores”.
