Este año han entregado su máximo reconocimiento, el Trillo de Oro, a la cooperativa Agropal por su apoyo al medio rural
ICAL
Un homenaje a la tradición, a las labores agrícolas y a los hombres y mujeres del campo. Durante la Fiesta de la Trilla, la localidad palentina de Castrillo de Villavega ha viajado en el tiempo y recordó cómo se trabajaba hace años cuando las nuevas tecnologías no habían llegado al sector agroganadero. Un año más, los aperos, las segadoras, los carros o los arados de reja dejaron de ser casi recuerdos de coleccionista para volver, al menos durante unas horas, a pisar el campo.
Es una de las citas más esperadas en la provincia de Palencia y tal y como estaba previsto, se han superado los 1.200 espectadores en el momento del desfile que partió a las 11 horas de la nave multiusos del Ayuntamiento con toda la maquinaria y los animales que participan en las labores de labranza. Se hizo la tradicional parada en la Ermita de la Virgen del Camino y el recorrido finalizó ya en la tierra donde arrancaron las faenas agrícolas a modo de exhibición.
Los jornaleros se subieron a los carros, empezaron a cortar las espigas ya secas y se aró la tierra como antiguamente se hacía. “Es una fiesta que gusta mucho a los más pequeños. Les encanta dar un paseo sobre el trillo con la mula. Muchos de ellos no lo han visto nunca y les resulta una experiencia inolvidable” explicó el vicepresidente de la Asociación Cultural La Trilla, José Carlos Herrero que aseguró que se trata de una fiesta que conlleva mucho trabajo ya que se muestra al público una maquinaria que tiene muchísimos años y que requiere de un mantenimiento y cuidado “muy especial” durante todo el año para que ese día no de problemas.
Este año, y como novedad, se han fletado dos autobuses desde Cantabria para que también vecinos de la Comunidad vecina pudieran acercarse a Castrillo a disfrutar de la fiesta y vivir uno de los momentos más esperados que fue cuando se congregaron todos los asistentes para degustar un plato tan tradicional como el cocido y se hizo entrega de los famosos Trillo de Oro y Trillo de Plata.
El máximo galardón recayó este año sobre la cooperativa Agropal por considerar que hacen una importante apuesta por el el medio rural. “Vemos que la empresa está muy presente en la vida de los pueblos ofreciendo servicios muy demandados por el vecinos” explicó Herrero. Para el municipio, y por eso la consideran merecedora de este reconocimiento, se trata de una de las empresas “pioneras que ha sabido entender a la gente que vive en el medio rural”. Una manera también de agradecer que Agropal haya anunciado que va a construir en el municipio varias naves de almacenaje.
El Trillo de Plata fue este año para Tita Barba Barbachano, una mujer de 90 años nacida en la localidad que fue concejala en el Ayuntamiento y fundó la Asociación de Mujeres del pueblo. “Ella siempre se desvivió por poner en marcha actividades en el municipio y por eso hemos querido hacerla este pequeño reconocimiento” aseguró el alcalde de la localidad, Jose María Castrillo. “Lo ha recibido muy emocionada y ha estado rodeada de toda familia para recoger el premio porque la ha hecho mucha ilusión”.
Aunque el eje de la fiesta es la trilla, desde el Ayuntamiento y la Asociación Cultural organizaron también actividades complementarias como, por ejemplo, competiciones infantiles, charangas o degustación del famoso “pancehuevo”. Asimismo, la música volvió a tener una presencia muy importante en la fiesta de La Trilla con los conciertos de Yedra, Vallejo DJ, Carlos Herrero el Trashumante y del grupo local de rock rural Los Tavones.