Despliegue de fibra óptica en Magaz de Pisuerga.

Un 98,5% de los municipios dependen de Telefónica para acceder a la fibra óptica

Castilla y León es la comunidad más extensa de España y, por ende, la que mayor número de municipios tiene. Pero también es una de las más olvidadas en lo que a oportunidades de fibra se refiere. Algo que cobra más valor aún si se tiene en cuenta que el fin del ADSL en nuestro país está a la vuelta de la esquina.

Tan sólo 35 de los 2.248 municipios que hay en esta vasta región, tienen acceso a más de una red de operadores para contratar fibra. Así se desglosa de un informe elaborado por Roams a partir de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales. Estos 35 municipios son los que la CNMC engloba en las zonas competitivas, que define como aquellas en las que hay, al menos, un mínimo de tres operadores que ya han desplegado un 20% de fibra hasta los hogares castellanoleoneses.

“Esto se debe principalmente a que se trata de una comunidad con gran dispersión geográfica y una orografía complicada. Factores que dificultan y encarecen la expansión de infraestructuras de telecomunicaciones por parte de las operadoras”, señalan desde Roams, plataforma digital líder a nivel nacional en asesoramiento al consumidor en telefonía.

En términos demográficos, en estos 35 municipios hay una población que asciende a más de 1,4 millones de habitantes. Por tanto, teniendo en cuenta los últimos datos del INE que sitúan la población castellanoleonesa en cerca de 2,4 millones, prácticamente un 60% de los habitantes de Castilla y León tiene un abanico más amplio de redes y, por tanto, más operadores entre los que elegir a la hora de contratar una tarifa de fibra para el hogar.

Por provincias

 Hay casos como Ávila o Soria, en los que únicamente la capital tiene acceso a varias redes de fibra óptica. Otros como Segovia y Zamora, en los que además de la capital de provincia, hay un municipio por cada una de ellas que son Cuéllar y Benavente, respectivamente, los que están en la zona competitiva.

En la provincia burgalesa, lo tienen Burgos, Miranda de Ebro y Aranda de Duero. En Palencia, además de la propia capital, están Venta de Baños y Villamuriel.

Por su parte, en la provincia de León se han visto desplegadas, por ahora, infraestructuras de conexión de alta velocidad de varios operadores en León capital, Ponferrada, Astorga, San Andrés del Rabanedo, Valverde de la Virgen y Villaquilambre. En Salamanca: Béjar, Ciudad Rodrigo, Carbajosa de la Sagrada, Peñaranda de Bracamonte, Santa Marta de Tormes, Villares de la Reina y la propia Salamanca. Y en la provincia de Valladolid, además de la propia capital, en Arroyo de la Encomienda, Cabezón de Pisuerga, Cigales, Cistérniga, Íscar, Laguna de Duero, Santovenia de Pisuerga, Tordesillas y Tudela.

 En general, se puede observar que son los municipios más grandes y, por tanto, con mayor población; y también aquellos que más cerca se encuentran de cada capital de provincia los que ya gozan del acceso a más de una red. Llama la atención, por ejemplo, casos como el de Toro. Esta localidad se encuentra a mitad camino entre Zamora y Tordesillas, ambos lugares ya dentro de la zona competitiva, mientras que Toro no.

En el lado contrario, están los 2.213 municipios englobados en las zonas no competitivas y que, por tanto, dependen de Telefónica para disponer de fibra óptica, lo que convierte a Castilla y León en la comunidad española con mayor porcentaje de territorio sin acceso a varias redes de fibra óptica. Aquí las posibilidades que se les plantean a los más de 959.000 habitantes que residen en estas localidades es contratar la fibra a través de sus operadores -Movistar y O2- o de aquellas compañías -en caso de que así sea- que alquilan la infraestructura a Telefónica. Además de fibra, en estas zonas existen otras opciones para disponer de internet como es el satélite y el 4G. Ahora bien, cualquiera de estas dos alternativas siempre será más cara que la fibra.

“En fibra se pueden encontrar tarifas de 300 Mbps por un precio medio de 30 euros al mes; mientras que en satélite suele ser más caro y ofrece menor velocidad de internet, normalmente 200 Mbps por unos 35€/mes de media. Y de la misma forma sucede con el 4G, que se sitúa de media por encima de los 33€/mes”, según datos de Roams. Por tanto, en función de la zona de la comunidad en la que se resida y también del nivel de cobertura de la misma, las posibilidades para cada consumidor serán distintas.

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