La comunidad vecina plantea un nuevo museo sobre este período y en su inventario aparecen 39 elementos hallados en Palencia
Poco sabían quienes hace milenios andaban, recolectaban, cazaban, subsistían y morían por estas tierras que esto en un futuro se llamaría Palencia. Que aquello por debajo de donde recorre el sol cuando hace frío es Valladolid y lo que quedaba debajo del espacio que el astro rey nunca sobrevuela sería Cantabria. Entonces bastante tenían con lograr alimentos y hacerse la vida más agradable con herramientas que lograban elaborar con huesos, piedras o metales.
Poco sabían ellos de nosotros y, aunque nosotros podemos saber algo más de ellos, lo cierto es que aún nos fascina ver cómo vivían. Esa fascinación es la que pretende explotar ahora el Gobierno de Cantabria con la creación, en pleno Santander (Puerto Chico) de un nuevo edificio que albergue la nueva sede del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria. Actualmente se encuentra en el Museo del Este de Santander.
Solo que en las vitrinas que pondrán a disposición del público que recorra los cerca de 4.000 metros que tendrá la nueva sede, no solo se podrán encontrar elementos que fueron hallados en Cantabria, sino también en Palencia, entre otras provincias.
El listado
En el listado de piezas que compone el catálogo del museo, hecho publico en el concurso para la redacción de la musealización y recorridos del edificio, aparecen 39 vinculados a lo que hoy es Palencia. Están divididas entre las que se encuentran en la exposición permanente (que tendrá unos 2.000 metros cuadrados divididas en dos plantas) y la reserva visitable (con unos 150).
Cierto es que, en la exposición permanente, las 11 piezas que fueron halladas en los territorios que hoy se consideran administrativamente como de Palencia, están relacionadas con los pueblos cántabros. Entre ellas, la Estela de Pentovio, localizada en Velilla del Río Carrión en 1890 y que pasó por la colección privada del Marqués de Comillas para integrarse finalmente en el museo de Cantabria.
Las otras 10 piezas de la permanente, se hallaron en Monte Cildá en Olleros de Pisuerga (Aguilar de Campoo) en uno de los baluartes más importantes de los pueblos cántabros en sus luchas contra los romanos. Son un epígrafe monumental, una estela funeraria doble, un ara, y otras siete estelas.
Reserva visitable
En la parte dedicada a la reserva visitable, el número de piezas con origen palentino es mayor, hasta llegar a las 28 y no todos son de zonas limítrofes con Cantabria o con los pueblos cántabros, aunque también los hay como otra estela funeraria procedente de nuevo de Monte Cildá.
Del resto de la provincia, hay una punta de tipo palmera del calcolítico-Bronce, encontrada en la capital palentina, cuatro hachas pulidas halladas en Brañosera, Hijosa de Boedo y Carrión de los Condes, ubicadas en la exposición del Neolítico calcolítico; o el fondo de un posible cuenco cerámico del yacimiento de Eras del Bosque de Palencia.
Es precisamente este yacimiento el que aporta mayor número de elementos ‘palentinos’ al Museo Cántabro: hasta 19 evidencias más, como tapaderas y vasos cerámicos, copas tardoibéricas, ollas o incluso jarras. Cabe recordar que además del Museo Arqueológico de Palencia, donde es lógico que estén, también expone un buen número de elementos de este yacimiento (y del de Las Filipenses) el Museo Arqueológico Nacional en Madrid.
Un 1%.
Hay que reconocer que estas 39 piezas arqueológicas ‘palentinas’ no son, ni mucho menos, la parte más grande de lo que pretende atesorar y mostrar la futura sede del Museo de la Prehistoria y la Arqueología de Cantabria. Porque según el listado total, la cifra de evidencias humanas asciende a los 3.600 elementos.
Pero claro, ese 1% puede ser una razón para visitar ese futuro museo. Eso sí, no sin haber pasado antes por el de Palencia, en la Casa del Cordón.