La organización recuerda que dos de los puntos de la tabla reivindicativa de las actuales movilizaciones agrarias guardan relación con el fomento de los recursos hídricos
ASAJA-Palencia quiere aprovechar la celebración este viernes, 22 de marzo, del Día Mundial del Agua para reiterar la necesidad de agilizar las inversiones públicas en modernizar los regadíos, en apoyo a las comunidades de regantes y usuarios que impulsen esos proyectos.
Asimismo, debe subsanarse el histórico déficit de almacenamiento y regulación que padece la provincia. A juicio de la organización, esta estrategia mejoraría de modo notable la capacidad productiva del sector agroganadero palentino y su viabilidad económica a medio y largo plazo, y además fomentaría el relevo generacional y la propia modernización de las explotaciones. En ese sentido, no sólo se aumentaría la productividad agroalimentaria, sino que implicaría un beneficio económico, laboral y social para el conjunto de la provincia.
ASAJA-Palencia recuerda que precisamente dos de los doce puntos de la tabla reivindicativa de las actuales movilizaciones del sector agrario provincial guardan relación con los recursos hídricos. Así, el segundo punto de la tabla, inmediatamente después de reclamar la modificación del plan estratégico de la PAC, es la «apuesta por los regadíos, incrementando la capacidad de agua embalsable y promoviendo la modernización de regadíos».
Los embalses de la Cueza en Palencia, tres años después, casi a la casilla de salida
En ese sentido, valora de manera positiva cuantos avances se vienen produciendo para modernizar los regadíos en la provincia de Palencia, algunos recientes, tanto por parte de la administración central como con la autonómica, si bien lamenta la lentitud con la que generalmente se desarrollan los proyectos. Por ello, solicita la máxima agilidad posible en la ejecución de estas inversiones.
Tarifa eléctrica
El segundo punto vinculado con esta cuestión, y sexto de la tabla reivindicativa, es otra vieja demanda del sector: la doble tarifa eléctrica para los regantes y las comunidades de regantes, en el marco de otras medidas para que los crecientes costes energéticos de las actividades agroganaderos no acaben minando su rentabilidad.
Actualmente, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación correspondientes a 2022 (últimos definitivos), la provincia de Palencia cultiva casi 58.910 hectáreas de regadío, de un total de superficie cultivable cercana a las 475.000 hectáreas. A grandes rasgos, la superficie cultivada supone el 59% del total de la provincia (aproximadamente tres quintas partes). El regadío no llega en la provincia al 12,5% de las tierras cultivadas y es sólo el 7,3% del total de superficie. Se da la circunstancia de que la superficie cultivada de regadío ha bajado en la última década: en 2012 rondaba las 63.800 hectáreas, unas 4.900 más que en 2022, siempre según los datos ministeriales.
Esa merma, que contrasta con el aumento de la superficie de regadío registrado tanto a nivel regional como nacional en el periodo 2012-2022, se debe a múltiples causas. Pero entre ellas figuran varias que desincentivan el cultivo, como los condicionantes de la PAC, algunos regadíos obsoletos, que exigen cargas de trabajo y costes que no hacen rentable la explotación; y la incertidumbre en las campañas de riego, especialmente en el sistema Pisuerga. Debido a la configuración de su infraestructura (que impide captar todas las nevadas de la zona oriental de la montaña palentina) y de las sequías de los últimos años, los embalses de este sistema, y singularmente el de Aguilar de Campoo, no almacenan agua suficiente que asegure riego todas las campañas y a lo largo de su duración, así como para una amplia variedad de cultivos. Por otro lado, el sistema Carrión posee menor capacidad (aproximadamente la mitad que el Pisuerga), que pronto se ve mermada en cuanto llegan las campañas de riego y los meses más secos.
Asimismo, en el decálogo reivindicativo que ASAJA-Castilla y León presentó a la Junta de Castilla y León el pasado enero con las medidas que deben regir la política agraria regional también ocupaba la cuestión del regadío el segundo lugar, justo inmediatamente después de la reclamación de «una PAC profesional, flexible y productiva». Ese pilar básico para la organización agraria líder castellanoleonesa es una «política hidráulica con apuesta por el regadío, concentraciones parcelarias e inversiones en infraestructuras agrarias».
MÁS Y MEJOR REGULACIÓN.
Según se expresa en aquel documento presentado al Consejo Agrario de Castilla y León, la región «tiene que ser más ambiciosa en las políticas hidráulicas a futuro, planificando nuevas regulaciones o aumentando las existentes, y recargando acuíferos deficitarios, y que este mayor volumen de agua sirva para consolidar los regadíos actuales y para transformar a nuevos regadíos», cuestión que, lógicamente, respalda y reivindica también ASAJA-Palencia para su territorio provincial, como no podía ser de otra forma.
Además, ASAJA «urge a la modernización de todo el regadío de Castilla y León, que debería de estar ejecutada a lo largo de la década actual», al tiempo que recuerda que «todo el sector, apoyado en este caso sí por la Junta de Castilla y León, rechazó en el Consejo del Agua el actual Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero, que el consejo de ministros aprobó sin el mayor rubor». En ese ámbito, la organización cree que «es imprescindible un trámite diferente, simplificado y con menos exigencias, que garantice la concesión de pequeñas dotaciones de agua para crear nuevas explotaciones o pequeñas agroindustrias en nuestro medio rural”.