El compositor francés apuesta por un entorno sonoro en los Renault que enriquece la experiencia de conducción
¿A qué suena un coche térmico? A microexplosiones de combustible. Pero de esos puros, cada vez se venden menos, dando paso a los silenciosos eléctricos y especialmente a los híbridos que combinan el clásico burrún-burrún con el silencio. Así que hay que darles, por seguridad, y por coquetería, un sonido. A poder ser de marca. Si hasta el cierre de los anuncios de vehículos tiene un jingle propio para cada marca, no lo van a tener los propios vehículos.
Y en el caso de Renault, los galos, con factoría en Palencia, han optado por la electrónica ambiental de Jean-Michel Jarre.
Renault Group recurrió a la experiencia del músico Jean-Michel Jarre, entusiasta de la tecnología y la innovación, para crear un entorno sonoro que enriquezca la experiencia de conducción y refuerce la identidad de Renault. Jean-Michel Jarre y Gilles Vidal se reunieron con ocasión de la Design Week de París, en la MAISON5, un espacio cultural construido por la marca.
Gilles Vidal y Jean-Michel Jarre se conocen desde hace varios años. Cuando, a petición de Luca de Meo, CEO de Renault Group, se reunieron para trabajar en el diseño sonoro de los vehículos de la marca Renault, su complicidad se acentuó, alimentada por sus valores comunes en torno a un diseño al servicio de la función y la emoción.
Para Gilles Vidal la misión del diseño sirve como punto de partida: “mejorar la experiencia del usuario en el uso diario y generar entusiasmo”. Este hilo conductor debe aplicarse a todas las etapas de la creación de un vehículo, incluida la parte sonora, que debe concebirse desde el principio. A medida que los usuarios se comunican cada vez más con sus vehículos, el diseño debe “crear una experiencia multisensorial, contar una historia y transmitir mensajes”. El acompañamiento sonoro de este uso se vuelve esencial.
Por su parte, Jean-Michel Jarre considera que al sumergir al ser humano en la experiencia de conducción, “la profesión de diseñador y compositor se han fusionado completamente”. Destaca que “el primer sentido que da la sensación de inmersión es el oído”. Por ello, el diseño sonoro es de gran importancia en los vehículos actuales.
En colaboración con los ingenieros de Renault, se identificaron dos campos de juego: el sonido de bienvenida específico para cada modelo y el VSP (Vehicle Sound Pedestrian), un aviso sonoro obligatorio que emiten los vehículos eléctricos por debajo de los 30 kilómetros por hora y que se encuentra en toda la gama 100% eléctrica de la marca Renault. Ahora es un zumbido.
Gilles Vidal también explica que este VSP debe “respetar la identidad de la marca y su herencia al mismo tiempo que le aporta novedad”. Así, con Jean-Michel Jarre, buscaron “una cierta frescura, un lado agudo, que evoca también una cierta benevolencia”. Este ejercicio de equilibrio fue recibido con entusiasmo por el músico cuya creatividad se vio estimulada por desafíos complejos que requerían gran precisión. Con ello desarrolló un sonido que evoca varias cosas. En primer lugar, buscó una suavidad acorde con el importante lugar que la marca otorga a la seguridad y la salud. Luego, una velocidad impregnada de ligereza que extrajo de nuestro imaginario colectivo, inspirándose en símbolos de viveza “como la nave de Star Wars y su capacidad de deslizarse por el espacio”. Y, por último, un sonido decididamente contemporáneo que se hiciera eco de nuestro mundo ultraconectado y de la llegada de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial.
El sonido Renault 5
Renault 5 E-Tech eléctrico, un vehículo urbano, encaja bien con este sonido VSP. Pero como recuerda Gilles Vidal, también debe tener una identidad propia que define como ‘pop’. Es decir, en el contexto actual debe “avanzar hacia más ecología y soluciones eléctricas asequibles y accesibles”. La marca también debe asegurar que el vehículo sea atractivo y expresivo.
Así compuso Jean-Michel Jarre una secuencia de bienvenida específica que se activa cuando el conductor se sienta al volante. Este sonido responde al carácter retro-futurista del coche mediante el uso de tonos de sintetizador que evocan los años 80, pero con un diseño de sonido actual. Se trata, en sus propias palabras, de “una forma de aportar una dosis de poesía a la experiencia de conducción”.