Granja Juanito, de Fuentes de Nava, y Obrador Pedro I, de Astudillo, han entrado recientemente a formar parte de la marca de la Diputación de Palencia. Sus responsables nos cuentan cómo fue el inicio de cada empresa y cómo ha sido su evolución hasta ahora
GRANJA JUANITO (FUENTES DE NAVA)
En Fuentes de Nava se encuentra Granja Juanito, una empresa familiar que aunque es de reciente creación, experiencia no le falta. Esta granja de huevos camperos es el resultado de una vida dedicada al campo y a los animales y que ha sido creada con el deseo de ofrecer un producto de la más alta calidad.
Con un arraigo por el entorno rural y apostando por la sostenibilidad, los hijos de Juanito han llevado a cabo la idea de establecer una granja de huevos camperos, inspirada en la estrecha relación que siempre han mantenido con el campo y los animales gracias a la influencia de su padre. En abril del año pasado, Granja Juanito abrió sus puertas, y desde entonces ha logrado una gran aceptación tanto en Palencia como en Santander, pues hasta la comunidad vecina llegan también estos huevos camperos de gran sabor.
La calidad de su producto, que se recoge diariamente, a mano y con mimo, le ha servido a esta empresa de Fuentes de Nava para entrar a formar parte de la marca Alimentos de Palencia, de la Diputación Provincial.
EXPLOTACIÓN. Cuenta con una explotación de 800 gallinas camperas, las cuales tienen acceso libre al exterior, disfrutando de más de 3.500 metros para picotear y escarbar el suelo, pudiendo completar así su alimentación con nutrientes y minerales con hierbas, insectos, semillas y piedrecitas que les ayuda y mejora sus digestiones. Esta libertad y bienestar de las aves contribuye a la calidad y sabor distintivo de los huevos.
A pesar de su corto tiempo en el mercado, Granja Juanito tiene grandes planes de futuro, con la firme intención de ampliar su zona de distribución y venta a localidades como Valladolid.
OBRADOR PEDRO I (ASTUDILLO)
Las hermanas clarisas de Astudillo han recorrido un largo camino antes de ponerse al frente del Obrador Pedro I. Una historia curiosa se esconde detrás de su labor, que comenzó en 1964 con la confección de prendas de esquí por encargo de un empresario austriaco. Sor Gloria recuerda que esta actividad les daba mucho trabajo, especialmente durante los meses de Navidad, pero poca ocupación durante el resto del año.
Fue 20 años más tarde cuando el rumbo de su labor cambió, pasando de la elaboración de prendas de nieve a la confección de jerséis de niño. Sin embargo, la introducción del mercado oriental afectó negativamente a la producción de la congregación, lo que las llevó a buscar una nueva forma de vida. En 2006, se tomó la determinación de dedicarse a la repostería, para lo cual tuvieron que acondicionar la nave y preparar las salas de terminado del producto y de empaquetado.
Inicialmente, necesitaron la ayuda de las hermanas de Aguilar de Campoo, ya que ninguna tenía nociones de repostería. Finalmente fue el 11 de agosto de 2006 cuando se inauguró oficialmente el Obrador Pedro I, coincidiendo con la fiesta de Nuestra Madre de Santa Clara. Desde entonces, el dulce estrella han sido las pastas secas, pero con el tiempo han incorporado nuevos productos como tartas, brazo gitano, turrón, empanadas, polvorones, rosco de vino y los deliciosos Copitos reales (también comercializados con el nombre de Candelas), cuya receta les fue proporcionada por las Hermanas Descalzas Reales de Valladolid.
La materia prima selecta, el amor puesto en cada elaboración y la buena voluntad de las hermanas clarisas a lo largo del tiempo han contribuido a que la fama de sus productos haya traspasado fronteras, respaldada también por la marca Alimentos de Palencia de la Diputación.
