El objetivo es “establecer acuerdos y explorar la posibilidad de colaborar puntualmente o crear alianzas estratégicas”
Las capitales de Burgos, León, Palencia y Valladolid junto a otras 15 ciudades (Almería, Castellón, Gijón, Huelva, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Santander, Sevilla, Tenerife, Teruel, Torremolinos, Valencia y Zaragoza) conforman la Red Estatal de Ferias del Libro. Los responsables de las ferias del libro de estas capitales apuestan así por un espacio “no formal, abierto y diverso para avanzar hacia nuevas alianzas que partan de la experiencia y fundamentalmente con el gran objetivo de estimular la lectura y dinamizar la venta de libros en un entorno cambiante en el que la palabra escrita sigue siendo uno de los valores culturales más confiables”.
La directora de la Feria del Libro de Valladolid, Amparo Herrero, asegura que se suman a la red estatal porque la ven como “un instrumento útil que permitirá compartir experiencias y establecer sinergias que nos permitan mejorar la experiencia en nuestra ciudad”. “De la unión y el diálogo siempre surgen oportunidades e ideas que pueden aplicarse en nuestra feria”, indica.
Las ferias han decidido trabajar juntas, como exponen en un comunicado recogido por Ical, para “compartir información sobre la cadena del libro y sus protagonistas, pero también sobre esas otras responsabilidades que asumen: montaje, relación con las administraciones públicas, gestión cultural, etcétera”.
La idea no solo es conocerse mejor, sino “establecer acuerdos y explorar la posibilidad de colaborar puntualmente o crear alianzas estratégicas, así como intercambiar información sobre proveedores y programas de actividades”. La Red permitirá “mejorar los manuales de buenas prácticas y mejorar la sostenibilidad de las Ferias implicadas”. Por último, creen que, “juntas y diferentes, las Ferias en Red podrán avanzar hacia una interlocución con instituciones de carácter estatal”.
Esta Red Estatal de Ferias del Libro nace como “suma de voluntades y aspira a sumar más responsables de ferias a este tejido dinámico que tiene la vocación de constituirse en un “espacio de transparencia y profesionalidad, de tal forma que los diferentes actores de la cadena del libro y los tejidos profesionales y culturales con los que interactuamos dispongan de una herramienta útil para interlocuciones y planteamientos con las diferentes administraciones públicas, y para que todos nuestros interlocutores posibles tengan un punto de referencia”.