Investigadores del organismo dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural trabajan en la identificación de variedades de interés enológico de la zona transfronteriza con el país vecino usando tecnología puntera, como narices y lenguas electrónicas
Preservar el patrimonio vitivinícola de Castilla y León es desde hace años uno de los ejes prioritarios del trabajo que el Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl), organismo dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, desarrolla dentro de su área de viticultura y enología.
Con este objetivo se han llevado a cabo con gran éxito algunos proyectos de investigación destinados a la recuperación de variedades minoritarias de vid en Castilla y León, que han derivado en el reconocimiento de variedades ya casi extintas de las que se han obtenido vinos aclamados por la crítica nacional e internacional.
En esta línea, y para aprovechar además las ventajas que aportan las nuevas tecnologías en la gestión agrícola, nace ‘Minorsens: valorización y caracterización de variedades minoritarias de vid por métodos clásicos y nuevas tecnologías en el espacio transfronterizo’, un proyecto multidisciplinar que aúna a universidades, centros de investigación, consejos reguladores y asociaciones de productores de Castilla y León (León, Zamora, Salamanca, Ávila y Valladolid) y Norte de Portugal (Tras os Montes), con un objetivo común: recuperar y poner en valor variedades minoritarias de vid de esta región transfronteriza.
Se trata de variedades de alto interés vitivinícola por las características de sus uvas, que muestran unos valores equilibrados de concentración de azúcares y ácidos orgánicos a final de su proceso de maduración. Esto permite obtener vinos con niveles de alcohol moderados con buena acidez y equilibrio en los parámetros de madurez fenólica.
Hasta el momento, se han identificado 21 variedades: 14 tintas (Tinta gorda, Bastardo, Cornifesto, Marufo, Tinto Cao, Rufete, Jaen, Estaladiña, Merenzao, Bruñal, Tinto Jeromo, Mandón, Piñonera y Cenicienta); 6 blancas (Bical, Samarrinho, Boal, Puesta en Cruz, Bastardo Branco y Rufete Serrano Blanco); y una variedad rosa (Verdejo Colorao), cifra que podría verse incrementada si en el transcurso del proyecto apareciera alguna variedad minoritaria más en la zona de cooperación que tuviera las características enológicas buscadas.
Nanosensores, narices y lenguas electrónicas
Así, se elaborarán vinos monovarietales de las variedades estudiadas para caracterizar los mostos y vinos por métodos químicos tradicionales, pero, además, se utilizarán novedosas técnicas de análisis basadas en nanosensores que permitirán obtener información avanzada sobre las variedades minoritarias: narices y lenguas electrónicas que podrán captar matices a los que no llegan los sentidos humanos y que supondrán un gran impacto, no sólo en el campo de la viticultura y la enología, sino también en el de los sensores tecnológicos.
Pese a los efectos de una posible climatología adversa y cambiante, con altas temperaturas y bajas precipitaciones durante el ciclo vegetativo, muchas de estas variedades presentan vinos con niveles de alcohol moderados, con buena acidez y equilibrio en los parámetros de madurez fenólica.
El proyecto Minorsens
‘Minorsens’ fomentará el mantenimiento de la biodiversidad al valorizar las variedades minoritarias y aumentar su extensión territorial. Además, el desarrollo del proyecto ayudará a la fijación de población del mundo rural donde se localizan las variedades minoritarias de la zona de cooperación.
‘Minorsens’ es un proyecto transfronterizo financiado con cargo al programa Interreg-Poctep que se desarrollará hasta el año 2026 coordinado por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) y en el que participan además: el Instituto Politécnico de Bragança, la Comissão Vitivinícola Regional De Trás os Montes – CVRTM, la Universidad de Valladolid, la Denominación de Origen Protegida Arribes y APPITAD (Associação dos Produtores em Protecção Integrada de Trás-os-Montes e Alto Douro).