Como cada 1 de enero, la fiesta del Bautizo del Niño, que desde hace casi una década es de Interés Turístico Nacional, se ha celebrado en los aledaños de la Iglesia de San Miguel
Tras la procesión en torno al templo, ha tenido lugar la tradicional “pedrada de caramelos”, que ha hecho las delicias de pequeños y mayores
Es una tradición y, como tal, reúne a familias y amigos que, tras la comida de Año Nuevo, se acercan hasta los entornos de la Iglesia de San Miguel para vivir esta tradicional fiesta que, “desde hace casi una década, en 2015”, recordó el Hermano Mayor de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, Ángel Gutiérrez, es de Interés Turístico Nacional. En el anhelo de la propia Cofradía, que según sus propios escritos data de 1588, está el que su fiesta alcance una mayor repercusión.
Para darle un mayor empuje, desde hace unos años los cofrades organizan una serie de actividades que refuerzan los actos centrales del día 1 de enero. “El Bautizo de los Niños cada año ha ido a mejor, este es el cuarto año que lo hacemos”, destacó Gutiérrez. “Estamos encantados de ver tanta gente vestida de palentinos, bailando y viéndolo”, añadió.
Pasado el Bautizo del Niño, la última actividad que resta por celebrarse es la que organiza la Escuela de Música Ortega. Se trata de el concierto ‘La vuelta al mundo’, el domingo 14 de enero, a las 19:00 horas, en el Teatro Principal, cuya recaudación irá destinada a la Asociación Mensajeros de la Paz de Palencia. El donativo es de siete euros.
BAILE Y PEDREA
Al margen de un oficio religioso, que tiene lugar durante la mañana del primer día del año, por la tarde, tras el rosario y la renovación de promesas, da comienzo el baile del Niño Jesús por los entornos de la iglesia.
Cofrades y autoridades políticas y eclesiásticas se van turnando para “mecer” el paso del Niño al son del villancico palentino ‘Ea’, que interpretan dulzaineros y la Banda Municipal de Palencia, acompañados del coro de danzas de la cofradía.
“Es la primera vez que vengo, pero me ha parecido muy bonito”, cuenta Miguel, que se ha acercado con sus primos a ver la fiesta. “Nosotros venimos cada año, es casi una tradición”, relata Pablo, que ha venido a escuchar el rosario y a dar un paseo con sus padres y su tío.
La suerte ha querido que el tiempo acompañara en la tarde de hoy, y así, cientos de visitantes han podido vivir esta fiesta y escuchar el conocido villancico, que ha llegado este año bien lejos de nuestras fronteras. Puedes consultar la letra aquí.
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Y, cómo no, tras la procesión, ha tenido lugar la igual de tradicional “pedrada de caramelos y confites” desde los balcones situados enfrente de la Iglesia de San Miguel. Durante un buen rato, autoridades y cofrades han “apedreado a los cientos de palentinos que abarrotaban los aledaños del templo.
Algún abuelo lo ha pasado verdaderamente mal para agacharse a por los caramelos, pero “el ansia viva” se ha abierto camino y alguno que otro ya tiene caramelos de todos los sabores para todo el año 2024.
En cualquier caso, una ancestral costumbre religiosa, que atrae cada año a palentinos y visitantes para disfrutar de este Bautizo del Niño.