La organización agraria acusa a la Junta de no tener una política de ordenación del territorio propia y no meramente seguidista de lo que marca Europa
ASAJA de Castilla y León sale al paso del comunicado de prensa emitido ayer por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León que valoraba como “un éxito” el programa de forestación de tierras agrarias que se inició en el año 1993. Para esta organización agraria, el programa, ideado en un momento en el que la Unión Europea pensaba en los excedentes de alimentos y no en las necesidades de alimentación del planeta, ha servido sobre todo para retirar tierras de la producción agraria y ganadera, sin criterio medioambiental aparente, prevaleciendo únicamente el interés por captar subvenciones.
Con frecuencia, propietarios de terrenos forestales y la propia Junta de Castilla y León han descuidado la gestión de millones de hectáreas de monte y matorral, con el peligro que ello supone en caso de incendio, y han centrado sus esfuerzos económicos en forestar terrenos de vocación agrícola o pastizales, mermando así la riqueza agraria y ganadera de Castilla y León. A los agricultores y ganaderos se les ha echado de las fincas que tenían arrendadas, igual que ahora se le echa con la instalación de macroparques fotovoltaicos.
ASAJA quiere poner de manifiesto que los agricultores no se han beneficiado de este programa de forestación de tierras agrarias, pues los beneficiarios han sido los propietarios de tierras no agricultores, y particularmente administraciones públicas del ámbito local. Las generosas ayudas, en concepto de “gastos de forestación”, “prima de mantenimiento” y “prima compensatoria”, han servido para que hayan montado un buen negocio empresas de forestación, que por lo general son las mismas que contratan diversos trabajos con la administración, entre otros la extinción de incendios.
ASAJA acusa a la Junta de Castilla y León de no tener una política de ordenación del territorio propia y no meramente seguidista de lo que marca Europa. Una política que verdaderamente sirva para poner en valor la riqueza de la comunidad autónoma, y que proteja al sector primario agrario y ganadero de la especulación, como ha sido el caso de las políticas de forestación, o como lo están siendo los proyectos de energías renovables.
ASAJA afirma con rotundidad que Castilla y León no necesita más superficie forestal de la que históricamente ha tenido, tomando una referencia temporal de 50 años atrás. Lo que hace falta es una buena gestión de los montes que ya existen para evitar los incendios forestales, poner en valor los recursos maderables, favorecer el crecimiento de la masa arbórea, y regenerar y aprovechar el pasto allí donde sea posible con la cabaña de ganado extensivo.