El sistema VioGén supervisa en Palencia 334 casos activos de violencia de género en estos momentos. Entrevistamos al subdelegado del Gobierno, Ángel Domingo Miguel, y a la responsable de la Unidad de VioGén en la provincia, Almudena Luis, para profundizar en los recursos de prevención y asistencia a las víctimas de violencia machista
Los registros en torno al problema de la violencia de género en Palencia, tanto a través del Observatorio del Consejo General del Poder Judicial que refleja la cifra de denuncias como del sistema de vigilancia VioGén, muestran un aumento en los principales indicadores. ¿Cuál es la realidad en estos momentos en nuestra provincia?
Ángel Domingo Miguel, subdelegado del Gobierno en Palencia: Es importante distinguir entre denuncias y casos activos. Es verdad que el número de denuncias va en aumento, en algunos trimestres muy importante en relación al año anterior. Y eso se explica porque hay un aumento de la concienciación entre las mujeres. No es que los hombres seamos peores que el año anterior: lo que está ocurriendo es que, gracias a todas las campañas informativas y de concienciación que se están promoviendo en todos los ámbitos (educativo, medios de comunicación, etcétera), lo que crece es la conciencia de las mujeres para denunciar y poner fin a una situación que tal vez antes seguían aguantando. Por una parte tiene esa lectura positiva: no hay más violencia que antes, sino que esa punta del iceberg que veíamos antes sale más a flote y se conocen casos que antes no se denunciaban.
Los registros a día de hoy en la provincia de Palencia recogen 334 casos activos, cuya gravedad se reparte en grados distintos. No tenemos casos extremos; hay 6 casos de riesgo alto; 101 de riesgo medio; 184 de riesgo bajo y otros 43 no clasificados, es decir, en principio no se aprecia riesgo. ¿Cómo se dividen esos casos? Pues en la capital de Palencia son 147 casos activos; y en la provincia, 161, que lleva la Guardia Civil.
Además, tenemos la colaboración de las Policías Locales en aquellos municipios con quienes se ha suscrito un convenio para integrarlas en la red VioGén. Se les asignan casos de riesgo bajo, dado que sus recursos y plantillas son más limitados, como es lógico, y hacen también seguimiento del agresor.
Concretamente son Aguilar de Campoo, que lleva un caso; Dueñas, que no tiene ninguno en este momento; Palencia capital, donde se siguen 24 casos; Villamuriel de Cerrato, con un caso activo; y Venta de Baños, donde actualmente no hay ninguno.
Desde que comenzaron los registros ha habido en Palencia cuatro asesinatos de mujeres. Este año no ha habido casos y confiemos en que podamos seguir tranquilos, pero nunca se puede bajar la guardia.
En relación a ese desglose de datos de la red VioGén, llama la atención el número de casos por franjas de edad. A 31 de octubre de 2023, por ejemplo, había 6 casos activos con víctimas menores de edad y otros 85 en jóvenes de 18 a 30 años. Es llamativo que se den estos modelos de pareja tan peligrosos entre personas jóvenes…
A.D.M.: Es un tema que nos preocupa, desde la edad más temprana, donde estoy convencido que puede originarse el problema de la violencia de género. La educación tiene un papel fundamental, por parte de los colegios e institutos y también por parte de las familias. Me consta que, por lo menos a nivel educativo, se está haciendo un esfuerzo para concienciar en igualdad. De hecho estos días, por ejemplo, hemos entregado los Premios Meninas, uno por provincia de Castilla y León, además de un premio de honor a una persona destacada en la materia.
En Palencia este premio lo recibe el instituto de Educación Secundaria Tierra de Campos, de Paredes de Nava, porque llevan muchos años haciendo una labor muy importante de concienciación y prevención de la violencia de género, promoviendo que los chavales sean conscientes, e incluso activos a la hora de no consentir conductas de maltrato.
Me hablas de edades tempranas. Yo te pondría el ejemplo del uso de los móviles en parejas de chavales adolescentes. Las chicas no son conscientes de que cuando les piden controlar el teléfono para ver con quién hablan, con quién salen, qué hacen con sus amigas o a quién miran, eso es una conducta de entrada preocupante porque, aunque no suponga una violencia física, ya es un amago de control personal.
Cuando quieres controlar a alguien, significa que no le consideras igual que tú. Yo no puedo controlar a otra persona por muy pareja mía que sea, por mucho que yo la quiera, por ejemplo. No sé si la sociedad es consciente de esto, probablemente haya cierta consciencia, pero no obramos en consecuencia después…
Almudena Luis, responsable de la Unidad VioGén de la Subdelegación del Gobierno en Palencia: Y los jóvenes son aún menos conscientes. Es decir, no identifican esas conductas de control o no identifican esas conductas como de riesgo. Lo normalizan… Y eso siempre va a ir a más.
A.D.M.: En el momento en que se rompe el concepto de igualdad, algo falla. Porque una parte considera a la otra inferior. Esto es algo que se escucha hoy en día en relación a los conflictos internacionales: cuando el adversario deshumaniza al enemigo, automáticamente se está sembrando una violencia que puede ocurrir después. Algo parecido ocurre en el ámbito de la relación con la mujer.
Palencia tiene una herida reciente en relación a la lacra de la violencia de género: el asesinato de Raquel, madre de dos hijos, en septiembre del pasado año. Usted entonces, visiblemente, rogaba en declaraciones a los medios de comunicación que las mujeres afectadas por favor denuncien, porque si no se denuncia no se puede entrar en el circuito de protección, que fue exactamente lo que desgraciadamente vimos en este caso
A.D.M.: Con todo lo imperfecta que pueda ser la protección, porque tenemos un sistema muy complejo, siempre que haya una denuncias se va a actuar para proteger a esa mujer. Cuando se detectan casos, muchas veces, la las fuerzas de seguridad utilizan lo que llamamos el protocolo cero. Es decir, aunque esa persona no quiera denunciar, se actúa de oficio. Cuando se detecta que es un caso real, porque hay testigos, porque hay vecinos o familia que lo corroboran… Y muchas veces nos encontramos tristemente con que las mujeres se niegan, no quieren denunciar.
A.L.: O no ratifican la denuncia, o no siguen adelante con el proceso… Pero sigue la protección policial, aún en contra de la voluntad de la propia mujer en algunas ocasiones. Porque a veces ella continúa protegiendo al agresor, cree que lo va a poder controlar o no percibe el riesgo.
A.D.M.: Incluso encontramos bastantes casos de personas que tienen una orden de separación y el supuesto agresor es portador de la pulsera (el dispositivo COMETA) y la policía detecta que están juntos, y están juntos voluntariamente, porque han querido volver a verse. Las personas somos complejas y hay veces en que las mujeres no son conscientes de ese riesgo por su situación psicológica, porque se trata de un delito emocional, e incluso porque se sienten culpables… Son problemas muy tristes y complejos.
Y hay que recordar, en esta línea, que existe también toda una red de recursos: apoyo psicológico, trabajadores sociales…
Almudena Luis: El sistema tiene varias patas de protección y de asistencia a la mujer. Por un lado está la protección policial, que es fundamental, bien cuando ella denuncia o, como decía el subdelegado, cuando se entra en Protocolo Cero… Y en este sentido es también muy importante que haya conciencia social, que los vecinos o familiares puedan dar la voz de alarmca, porque normalmente nos encontramos que esos porcentajes no llegan ni al 1% hoy en día.
Luego hay otra pata que es la judicial: hay muchos casos activos en VioGén que no tienen medidas judiciales de orden de protección. Sin embargo, siguen activos. Y luego hay otra gran pata, que es la asistencia social. Ahí están los servicios sociales provinciales, municipales, está la Junta de Castilla y León… Todo un sistema que las ofrece apoyo en casos de urgencia o de extrema necesidad, casas de acogida, centros de emergencia…
Luego, por supuesto, está el teléfono ATENPRO [el Servicio Telefónico de Atención y Protección para víctimas de la violencia de género, 365 días al año 24 horas al día]. Además, el Ministerio de Igualdad amplió este servicio a todos los tipos de violencia machista, no solo aquellas generadas en el ámbito de la pareja o ex pareja, sino también violencia sexual, etcétera. Entonces, se les ofrece este dispositivo ATENPRO que les ofrece el apoyo psicológico, se les proporciona incluso una vivienda alternativa… Por supuesto que hay una red detrás.
A.D.M.: El problema que vemos es que muchas veces las mujeres rechazan estas ayudas cuando se las ofrecen, diciendo que no las necesitan porque creen que pueden controlar la situación…
Una red que también protege a los menores, que son casi las víctimas más invisibles.
A.D.M.: Estamos hablando últimamente de que en el 50% de los casos activos hay menores implicados. Es grave. Y si llegáramos al extremo de lo que se llama violencia vicaria, que es ejercer violencia sobre los hijos para hacerle daño a ella, es terrible.
Estamos hablando de toda esa red en torno a la lucha contra la violencia de género desde múltiples perspectivas. Y todo ello deviene de ese gran Pacto de Estado que se suscribió en 2017 y en torno al que había un consenso muy amplio que, sin embargo, se ha cuestionado últimamente. ¿Cómo valora esto el subdelegado? ¿Reivindica que se retorne a esa cohesión?
A.D.M.: Lógicamente, lo tengo que reivindicar. Me parece triste que no haya una conciencia generalizada porque hay un grupo político que lo clasifica de otra manera, como violencia intrafamiliar. Nosotros, en nuestros datos y en cómo trabajamos día a día, hablamos de violencia intrafamiliar en términos muy genéricos referidos a muchas situaciones: la que se ejerce de una sobrina a una tía, o de un hijo a un padre… Eso es violencia intrafamiliar. Pero estamos hablando de algo muy concreto que se produce, como decíamos, por un concepto de desigualdad entre dos personas, una de las cuales considera a la otra como su propiedad. Y por tanto, cuando teme que la va a perder o piensa que no le es fiel, por ejemplo, la agrede o la asesina.
Yo creo que hay una diferencia muy clara. Entonces, me parece triste que este grupo político esté rompiendo ese consenso que se dio con el Pacto de Estado, y lo esté haciendo en distintas instituciones, desde Ayuntamientos hasta gobiernos autonómicos, con situaciones en las que no se pueden realizar declaraciones institucionales porque la representación de ese partido se niega a hacerlo. Pero ojalá esto cambie, porque yo pienso que influye poco: el mensaje claro sigue llegando y el 90 % de las fuerzas políticas lo tienen clarísimo.
Un mensaje que se refuerza a través de importantes campañas de concienciación en todas las instituciones, amparadas precisamente por ese Pacto de Estado…
A.D.M.: Se están haciendo campañas muy importantes. Por ejemplo, este verano, la campaña ‘No estás sola’ que se impulsó en nuestra tierra por parte de la Delegación de Gobierno, que promocionó los puntos violeta y la difusión de información sobre todo en aquellos lugares donde había eventos multitudinarios con mucha gente joven, como fiestas de verano o festivales, por ejemplo, intentando ofrecer información y ayuda y animar a denunciar las agresiones. Funcionó muy bien.
A.L.: En lo que respecta a las campañas del Pacto de Estado, en la provincia de Palencia se ha ido aumentando la financiación a Ayuntamientos para el desarrollo de actividades preventivas, de asistencia u otro tipo.
Destacan también las campañas en torno al ocio nocturno, en colaboración con las empresas del sector. Porque vemos que las agresiones sexuales se denuncian muchísimo menos que otro tipo de agresiones machistas, y vemos en el ocio nocturno un punto rojo donde era necesario intervenir. Las campañas han funcionado muy bien y seguiremos trabajando en esta línea.
A.D.M.: Hay que recordar que las unidades del sistema VioGén no solamente trabajan en la prevención de la violencia en el ámbito de la pareja, sino de cualquier tipo de violencia que se ejerza contra la mujer, ya sea de tipo sexual, física, de una muerte violenta, etcétera. Es decir, el campo se amplía para tratar de averiguar qué puede haber detrás de este problema.
