El espectáculo de música y danza flamenca ‘De Raíces y Ramas’ será el primero de la temporada de conciertos que la Asociación Amigos de los Clásicos de Palencia organiza tanto en la capital como en la Fundación Francis Chapelet de Abarca de Campos
La Asociación Musical ‘Amigos de los Clásicos’ arranca este viernes, 20 de octubre, su temporada de conciertos para este otoño e invierno con un espectáculo titulado ‘De Raíces y Ramas’, a cargo de la compañía Yorukalía Cía, que actuará también el domingo por la tarde en Abarca de Campos, en la Fundación Francis Chapelet.
Dicho espectáculo-concierto tendrá lugar en el salón de actos de la Fundación Díaz-Caneja, a las siete y media de la tarde, pudiéndose adquirir las entradas a partir de las siete de la tarde.
El domingo a las ocho el mismo grupo presentará otro programa distinto, igualmente mezcla de ambos espectáculos, en el auditorio de la Fundación Francis Chapelet de Abarca de Campos.
‘De Raíces y ramas’ es un espectáculo de baile flamenco, folklore y danza española con músicas de raíz popular en clave de flamenco jazz, que aborda expresiones dancísticas y musicales tradicionales desde un punto de vista contemporáneo. Una obra inspirada en la mirada de Federico García Lorca al folklore peninsular y el espíritu creativo de sus coetáneos, el bailaor Vicente Escudero y la bailarina Antonia Mercé “La Argentina”, estandartes de la vanguardia del baile español durante la Edad de Plata de la cultura española.
El programa del espectáculo está conformado por arreglos musicales propios de melodías populares como La Tarara, el Zorongo Gitano o Anda Jaleo entre otras, junto a composiciones originales de estilo jazz flamenco; todas ellas coreografiadas e interpretadas desde una visión actual del flamenco, la escuela bolera, la danza estilizada y el folklore peninsular.
‘Tierra Mestiza’ es el título de la propuesta que podrá verse el domingo en Abarca de Campos, que dibuja un encuentro de la danza española y el baile flamenco, con composiciones musicales originales inspiradas en las sonoridades de las tierras que conforman el denominado Caribe Afro-andaluz, y versiones propias de melodías populares del repertorio de ambos lados del Atlántico.
Así, folklore, danza estilizada, escuela bolera y flamenco dialogan, de forma original y sorprendente, con creaciones jazzísticas y flamencas que se acercan a estilos como el bolero, la bossa nova, la canción andaluza o la rumba, entre otros.
En sí misma, esta obra supone un pequeño ejemplo de la gran diversidad de influencias que, a lo largo de la historia, han sido claves para la conformación y desarrollo de nuestras danzas y músicas, así como de su carácter indudablemente mestizo. Un mestizaje que ha dado lugar a manifestaciones artísticas que muestran una enorme pluralidad y riqueza, una inagotable capacidad de absorción de nuevas influencias y una incesante evolución que continúa a día de hoy, sin perder su esencia característica. Aquella que las ha hecho viajar y ser reconocidas en los rincones más remotos del planeta.
