El director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz afirma que, “mientras se está buscando un modelo de flexibilidad” en la gestión del lobo, “el Gobierno de España va justo en la dirección contraria”
Juanma de Saá / ICAL
El director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz, afirmó hoy que “no se entiende que, cuando se busca un modelo de flexibilidad” en la gestión del lobo, “el Gobierno de España vaya justo en la dirección contraria” y recalcó que “lo que se pretende en Europa es que el resto de poblaciones que están como las del sur del Duero pasen a la situación que tenemos en el norte del Duero”.
José Ángel Arranz hizo estas declaraciones en la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora, durante la presentación del XII Symposium Internacional ‘Nuevos retos para la gestión y conservación de las poblaciones de oso y lobo’.
“La situación española es difícil de explicar fuera de este ámbito. En Francia, por ejemplo, donde sus poblaciones están estrictamente protegidas, como las nuestras del Sur del Duero, están haciendo planes de control y, con una población de unos 900 ejemplares, controlan en torno a 160 ejemplares. Este año llevan ya más de 100 controlados, con el visto bueno y la conformidad de la Comisión”, expuso.
“En España, este año, no se ha podido hacer un control de un lobo cuando tenemos disparados los daños y los ataques a la ganadería en máximos históricos. Eso no es hacer una gestión basada en lo que nos dicen la ciencia, dicen los técnicos y los científicos. Es una gestión basada en decisiones unilaterales que impide llevar una correcta gestión de esta especie”, aseguró.
Arranz Sanz recalcó que la Junta “siempre ha defendido un modelo técnico, basado en lo que nuestros equipos de gestores, con la información que nos han aportado también los científicos, entendíamos que conseguía mejorar y conservar las poblaciones de lobo y ayudar a su dispersión” y apostilló. “Las mejores poblaciones del lobo de Europa e, incluso del mundo, estaban en nuestras reservas regionales de caza, que son las zonas donde estábamos cazando, en su momento, casi dos tercios de todo lo que se cazaba en Castilla y León”.
En este contexto, apuntó que la “emblemática” Sierra de la Culebra y las reservas de Riaño (León) y la Montaña Palentina “tenían las mejores poblaciones de lobo” en cuanto a número de manadas y densidad y unas “extracciones moderadas que permitían llevar una compatibilidad” con unos daños moderados.
“Ese era un modelo de éxito que pretendíamos extender y ese es un modelo de éxito que ahora mismo no podemos hacer, no porque no haya base técnica o científica, sino porque hay un impedimento legal sin fundamento que nos impide llevar a cabo este modelo”, dijo.
“En un congreso científico, nosotros tenemos que defender esa posición porque entendemos que es la que nos ayuda a mantener ese equilibrio entre la conservación de las especies y la compatibilidad con la ganadería, agregó.
Cambio de postura
El director general expresó su “alegría” por el “cambio de postura” de la Comisión Europea en cuanto al lobo. “Ya se posicionó el Parlamento Europeo en esta necesidad de modificar y flexibilizar la gestión del lobo y lo que no es comprensible en Europa es el planteamiento de lo que está pasando en España.
Las poblaciones del norte del Duero, de la Sierra de la Culebra, las poblaciones de Riaño toda la provincia de León Palencia y Burgos, están en el Anexo 5 de la Directiva, que permitía medidas de gestión, es decir, que permitía la caza y sigue haciéndolo porque la Directiva no se ha modificado.
Por lo que se refiere al número de lobos, Arranz apuntó que “hay un incremento” de las poblaciones. “En todas las zonas ha habido un repunte de los daños, especialmente en las provincias del norte, norte de Palencia y algunas zonas del norte de León”.
La mejor manera de controlar el lobo y el jablí es volver a la antigua ley de caza, en la que se exigía para crear un coto, creo recordar que 5000 héctareas, como mínimo, bajo una misma linde y un solo propietario, quedando el resto de las tierras libres.- Se cambió esta ley por otra que permitía formar cotos juntando las tierras de un mismo término, lo que expulsó de la caza a los cazadores medios.- Entonces se mantenía una población razonable de estas especies cinegéticas.