Hormigones Sierra ha vuelto a los trabajos del paseo fluvial en el punto en que el camino debe salvar el cauce del río
Apenas unos sillares y un poco de masa, pero después de unas largas semanas de trabajos parados, el proyecto del paseo fluvial del Río Carrión en la zona norte de Palencia ha vuelto a echar a andar.
Lo hace en el punto más sensible de todo el proyecto: junto al puente que debe salvar la barrera del Río Carrión, usando los pilares que en su día utilizaron los trenes del Secundario para sobrevolar por encima del río palentino.
Hormigones Sierra, que es la empresa a la que el Ayuntamiento le adjudicó en marzo la ejecución del nuevo paseo/vía ciclable entre Eras de Santa Marina y el Camino de San Román, ha vuelto a desplazar al norte de la ciudad maquinaria y operarios. Allí se han comenzado a colocar ya los primeros sillares sobre uno de los estribos, el del lado ciudad, que se deben recrecer y ensanchar para acoger el camino que llega con la senda vinculada en el proyecto desde Eras de Santa Marina. Si bien es cierto que también se podrá acceder a él desde la avenida de Asturias a través del camino de corre paralelo al Arroyo de San Antón, o desde San Antonio por el Camino de los Hoyos.
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Sillares antiguos, no de nueva factura como se puede observar en la fotografía tomada este mismo mediodía.
En el lugar, también una caseta de obra y diverso material, incluidos una retropala, lo que indica que las obras volverán a coger músculo tras el parón al que se vieron sometidas desde el mes de junio.
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De momento, casi de forma testimonial puesto que los sillares que hoy se estaban colocando servirán únicamente de sustentación para el relleno del camino que entroncará con la pasarela que debe llevar la senda del otro lado del Carrión.
Sin duda, esta pasarela es el elemento que le da sentido a toda la actuación, permitiendo unir la ciudad con el Segundo Sotillo, pero también con la continuación del camino natural que enlazará la ciudad con la Vía Verde más allá del Canal de Castilla y que el Ayuntamiento ya tiene en ejecución.
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Se trata de un puente, que salvará el cauce del Carrión, pero también la carretera provincial del Camino de San Román. De hecho, las pilastras deberán ser recrecidas en los puntos de apoyo del nuevo puente peatonal para poder mantener un galibo mínimo de algo más de cuatro metros de altura sobre esta carretera (que más adelante está limitada a menos altura por un puente ferroviario). Un recrecido que, por ahora, no se la llevado a cabo, aunque hay que recordar que las obras acaban de retomarse.
El estado de los vestigios del puente se considera bueno y válido para soportar el peso de la nueva estructura, teniendo en cuenta que en los años de su uso debía soportar un mayor esfuerzo. En todo caso, “se ha previsto en el presente proyecto una partida presupuestaria para realizar un estudio geotécnico complementario que incluya la auscultación de las pilas y estribos existentes a nivel superficial y subacuático, de cara a determinar sus capacidades portantes y si están afectados sus cimientos por posibles descalces o socavaciones en el cauce producidas por avenidas”.
La pasarela será solo peatonal y ciclable, como el resto de la senda. El suelo, de madera antideslizante, y con un pórtico de entrada elaborada en acero corten que “además de ornamentar el puente, pueda servir para albergar paneles informativos de los recorridos propuestos a los paseantes”, explicaba el proyecto.
