Los tres diestros abrieron la puerta grande del coso de Campos Góticos tras imponerse a sus lotes en una corrida de media entrada en los tendidos
Esta tarde, la Plaza de Toros de Palencia acoge la corrida goyesca en homenaje al 50 aniversario del matador de toros palentino, Félix López El Regio
Había ganas de vivir la fiesta de los toros en Palencia con un cartel que se presenta, a priori, fabuloso sobre el papel. Los aficionados sacaron sus pañuelos con fuerza tras la faena de cada torero que actuó en la tarde de ayer. Media entrada para una jornada de múltiples triunfos, siete orejas en total se cortaron en la primera de abono de la feria de San Antolín.
Reaparecía David Fandila, El Fandi en Palencia por medio de la sustitución a Daniel Luque, que no ha podido reponerse de la tremenda cogida que sufría el torero sevillano el pasado 11 de agosto en el Puerto de Santa María. Recibía el Fandi a su primero con hasta cuatro largas cambiadas. Rápido en los quites, le llevó muy fino hasta el caballo para entrar en materia en el tercio que hace único al de Granada. Colocó el primer par por dentro, el segundo desde el estribo para rematar con otro de fuera adentro que hizo las delicias del respetable. Brindó a un buen aficionado que le acompaña por todas las plazas de España y comenzó la faena, seria, por la derecha, con un toro manso que perdía las mano y apenas entró al caballo. Se encontró con un pisotón, que no impidió la buena faena, un tanto repetitiva. Dando espacio y respiro al toro, no dio ni uno por la izquierda, pero agitó al tendido con varios pases de pecho muy hondos. Estoconozao y fuerte petición para la primera oreja.
Empezó su segundo con otra larga cambiada y lo llevó por chicuelinas hasta el caballo. Todo lo hace bien el granadino. Tras el quite por delantales, llegó el espectáculo, ese que ha encandilado durante tantos años la plaza de Palencia y que, por algún extraño motivo, nos lo hemos perdido las últimas ferias, un tercio de banderillas que domina a la perfección Fandila Fandi: colocó dos pares por el pitón izquierdo y remató con un tercero al violín. La plaza entregada. Espero que el empresario no tenga dudas el próximo año. Brindó el toro al público e inició directo, rápido, llevándoselo a los medios. Ahí, lo hizo suyo, con un ritmo frenético, con un derechazo tras otro y algún que otro natural. Genio y figura. Pidió de nuevo la música para seguir la fiesta. Toreó de rodillas, bailando con el público palentino, que quería premiarle. Le falló el cañón que lleva en la mano en la primera estocada, pero se desplomó el morlaco con una media buena en la segunda. Dos orejas y vuelta al ruedo para el mejor toro de la corrida, Limpito.
Miguel Ángel Perera comenzó soso con el segundo de la tarde, de nombre ‘Profesor’. Fuerte el puyazo, que recibió la crítica del público. Pares de banderilla sin punta dieron paso a una faena en la que le molestaban en exceso los palos. La cosa no mejoró ante la falta de humillación del toro. Toda vez se quitó ese lastre de encima, Perera lanzó varios muletazos largos con un toro casi imposible. Poco por la izquierda hasta la insistencia de un toro muy cabezón. Mete saca en la primera estocada, bajonazo y perdió el triunfo por un toro que se llevó pitada del respetable.
Perera intentó repetir su idilio particular con Palencia y los Montalvo, que estuvieron muy por debajo de sus rivales en toda la corrida. El pacense indultó a pitito de Valdefresno en 2006 y a otro Montalvo, catedrático, 10 años después. A ‘Monitor’ lo devolvieron a los corrales por una falta de fuerza palpable, y salió en su lugar ‘Caracolillo’, otro negro de 581 kilos con mejor presencia que la de su hermano. Lo toreó a gusto a la verónica para darle, luego, salida por gaoneras con el capote. Comenzó la faena del quinto citándolo desde el medio, pero, poco a poco, su rival se fue desfondando para dejar a Perera en mal lugar, que lo intentó hasta la saciedad, incluso toreando de rodillas. Estocada tendida que le valió dos orejas y la puerta grande.
‘Chiquito’ siguió el mismo patrón que el de sus hermanos, perdiendo las manos desde el inicio. Marcó el picador al morlaco. Siguieron quites por chicuelinas y un alarde, cosas de Ginés Marín, siempre cumplidor. La cosa se torció a partir del terrible tercio de banderillas por parte de la cuadrilla de Marín, a un toro que le acabó de rematar una voltereta. Y así, todo parecía un “no puedor, no puedor” del toro que Ginés no pudo levantar en la faena de su primero. Cambió a la izquierda tras un par de tandas, y evitó el peligro tras un par de coladas. Eligió suerte contraria, casi siempre mata bien a la primera el extremeño, lo que le valió la oreja.
Marín brindó su segundo al público e inició de rodillas muy pegado a tablas, sabedor de que el triunfo estaba cerca. Mirando al tendido, practicó muletazos con maestría y destreza hasta que el toro volvió a caer, la tendencia natural de unos Montalvo, sin embargo, muy bien presentados. Bajonazo y oreja para que los tres diestros abrieran la puerta grande en la primera de abono de la feria.
