Con P de Palencia. Por Marta Sastre (periodista/piloto)
Lo reconozco, no me gusta el fútbol, de hecho, creo que en total habré visto cuatro partidos enteros en mi vida y sí, soy de esas pesadas que preguntan cada cinco minutos qué quiere decir un penalti.
Dicho todo esto, enhorabuena a nuestra Selección, enhorabuena a este grupo de mujeres que han enseñado al mundo que no hace falta tener sueldos millonarios para ganar un Mundial. Enhorabuena a estas ganadoras que han enseñado a nuestras hijas que “jugar como una chica” no es un insulto sino todo lo contrario.
En mi caso particular, la Final representaba muchas cosas. Como en muchos países del mundo, en Inglaterra los españoles nos reunimos para ver el partido en una pantalla grande.
La expectación era máxima y en el polideportivo nos juntamos con los ingleses. La verdad es que teníamos el corazón un poco dividido, porque la mayoría somos familias mixtas, pero cuando pitaron el final del partido ese poquito de corazón dividido se desvaneció y corrimos todos a abrazarnos.
Qué pocas cosas nos unen últimamente. No seré yo la que critique el fútbol cuando esto sucede. Me refiero al fútbol con mayúsculas, a ese que se lucha sin apenas sueldo pero con muchas ganas. Al deporte que les enseña a nuestras futuras generaciones que el trabajo duro tiene su premio, que el dinero no es sinónimo de triunfo y que unidos todo es mejor. Ojalá hubiera más cosas que nos unieran a todos.
No quiero hablar de feminismo en este caso aunque sé que suena bonito. Al fin y al cabo, en gimnasia rítmica, por ejemplo, no hay hombres y nadie dice nada.
Mi lectura es otra, creo que nuestra asignatura pendiente es ayudar a todos los deportistas y científicos que luchan por salir adelante. Creo firmemente que no sólo existe el fútbol masculino que representa lo más superficial y banal de nuestra sociedad, con sus coches caros y sus novias de plástico.
Enseñemos a nuestros jóvenes que el esfuerzo siempre tiene su recompensa, aunque ésta no sea una cuenta llena de ceros.
Con P de se Puede.